Una semana después de debutar con el PSV en la fase previa de la Champions, Bakkali se estrenaba como titular en la vuelta de la eliminatoria ante sus compatriotas del Zulte. Sus desbordes por la derecha sacaron de quicio a la defensa belga y su partidazo –golazo incluido– no pasó desapercibido para Marc Wilmots, seleccionador belga, que 24 horas después no dudó en convocarlo con la selección absoluta para el amistoso Bélgica-Francia. La prensa acusó de precipitada la decisión de Wilmots, pero Bakkali se iba a encargar de sacar la cara por él cinco días después. Phillip Cocu le dio la alternativa como titular en la Eredivise y el extremo belga pasó en forma de huracán por encima de la defensa del NEC, con un tremendo despliegue de facultades técnicas y con tres goles que le convertían en el jugador más joven de la historia –17 años y 196 días– en anotar un hat-trick en la liga neerlandesa.
Bakkali fue fichado por el PSV con 12 años, procedente del Standard Liège. Tras su llegada, fue quemando etapas a un ritmo vertiginoso, tanto en el club como en la selección belga –17 goles en 23 partidos–, donde fue pasando por todas las categorías inferiores con años de antelación. Ahora se le abren las puertas de la mejor selección belga del último cuarto de siglo, con el mundial de Brasil a la vuelta de la esquina.
Estamos ante un jugador de baja estatura y con un tren inferior poderoso que le otorga una potencia descomunal, aplicada en la salida del regate estático, en el cambio de ritmo cuando conduce en carrera y en el violento disparo que posee con ambas piernas. Como buen extremo destaca por su velocidad –tanto en carrera como en conducción– y en la resistencia a la fuerza explosiva, es decir, es capaz de soportar físicamente la exigente carga que conlleva encarar continuamente al oponente y esprintar para apurar la línea de fondo en repetidas ocasiones. A pesar de ser diestro, su dominio de la pierna izquierda hace dudar en ocasiones. Su golpeo es igual de violento con ambas piernas, pero su calidad para buscar el palo largo con la derecha cuando se perfila desde la izquierda y su preferencia por la diestra para conducir el balón y ejecutar jugadas a balón parado lo delatan.
Su personalidad y la seguridad en sí mismo intimida. Desde el día del debut en el PSV asumió la responsabilidad de sacar los córneres que se botaban desde la izquierda. Antes de su debut absoluto su protagonismo era indiscutible, pues todos sabían cuando saltaban al campo –Bakkali incluido– que no había nadie como él. Ha dado el salto y parece no haber cambiado nada. Pide el balón, el ataque se vuelca sobre su banda, no duda en volver a encarar cuando pierde un envite y jamás se esconde. Queda por ver cómo reaccionará cuando, asentado en la élite, le vengan mal dadas, porque hasta hoy su vertiginosa carrera aún no le ha puesto en esta tesitura.
Tres cualidades técnicas resaltan sobre el resto en su juego: la poderosa salida del regate en seco hacia ambos lados, la potencia y colocación en el golpeo de balón con ambas piernas y la rapidez que tiene para armar el disparo, sobre todo tras salir del regate. Estas cualidades son todas fruto de la potencia de su tren inferior, a la que hay que sumar la velocidad en la conducción y la calidad en el regate, del que busca salir airoso sin necesidad de adornarse. Domina especialmente el autopase, la arrancada en seco y un regate de arrastre de balón que, sin llegar a completar la cola de vaca, le sirve para acomodarse el balón en la zurda cuando, jugando en la banda izquierda, quiere buscar un centro. No es recargado en la técnica y busca la eficacia en las facetas técnicas donde no influye tanto la potencia como en el control o en el pase corto.
Es extremo derecho y así lo ha entendido Cocu, que lo acuesta en la derecha del 4-1-4-1 por el que parece que va a apostar esta temporada. El abanico de variantes tácticas ofensivas que se le abre a un entrenador con un jugador así es brutal. Su total dominio de ambas piernas le permite, bien apurar línea de fondo para centrar con pierna derecha o bien sorprender saliendo hacia el centro, buscando enlazar con el mediapunta o perfilarse para el disparo con la zurda. En principio, Cocu lo utiliza en esa posición porque busca en la banda derecha la profundidad que no encuentra en la izquierda con Memphis Depay, joven diestro que juega a banda cambiada y que tiende a enlazar con el centro. Sin embargo, repentinos cambios de banda –que ya hacía Bakkali en las categorías inferiores de Bélgica– forzados por Cocu a lo largo de los partidos le valen para buscar la jugada individual, donde partiendo desde la izquierda encara con descaro a los defensas buscando, a la salida del regate, perfilar el disparo al palo largo, al más puro estilo Robben. Sus desmarques buscan más ofrecerse para recibir que romper en carrera para recibir en profundidad, aunque ante equipos más ofensivos –sobre todo en categorías inferiores– su velocidad tras robo ha sido crucial para montar contragolpes letales. La zona natural donde suele recibir es pegado a la cal en tres cuartos de campo, sin embargo en las categorías inferiores de la selección belga la superioridad insultante respecto al resto de jugadores le hacen adquirir un protagonismo en ataque que le ha permitido crecer como jugador, pasando a recibir en el círculo central y a conducir y desbordar por el carril central –algo para lo que todavía se muestra tímido en el PSV–, combinando a la perfección con sus compañeros en una zona más poblada de lo que acostumbra a encontrarse en las bandas. que un tipo de su edad tenga la sangre fría de temporizar perfectamente en zonas comprometidas, esperando la llegada de un compañero al que cederle el balón. Defensivamente, su afán por recuperar el balón le hace ser impulsivo y anárquico en la presión, incluso ha habido que frenar su ímpetu cuando no ha sabido medir las entradas al rival.
Ante el interés de los grandes clubes de Europa tras ser nombrado mejor jugador joven del mundo en la prestigiosa Copa Nike en el 2011, en marzo de 2012 Bakkali extendió su contrato con el PSV hasta verano de 2015. Rebosa talento, tiene hambre, se le adivina pelea, ambición y constancia, y está en la liga perfecta para crecer como atacante. De allí salieron Van Basten, Romario, Ronaldo, Van Persie o Luis Suárez. Difícil será que Bakkali no se sume a esta lista de fenómenos.
* Alberto Egea.
– Foto: Julien Warnand (Ilta-Sanomat)
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