Y cuando ríe, el mundo entero me da igual

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Y cuando ríe, el mundo entero me da igual

por RAFAEL LEON el 16 marzo, 2014 • 19:06

1.- Una de las mofas preferidas en el ámbito futbolístico consiste en resaltar los comentarios de Xavi sobre el césped tras cada pinchazo del Barça en feudo ajeno. Probablemente no sea la causa más importante de estos pinchazos. Con seguridad no es el mensaje más adecuado para transmitir tras no ser capaz de ganar a un equipo de potencial netamente inferior. Pero que es un factor importante es una verdad como un templo. Tanto que, unido a las dimensiones del terreno de juego, jugar en casa o fuera se ha convertido en dos universos distintos para este Barça escaso de variedad táctica y lectura técnica de campo.

2.- Hoy tocaba en el Camp Nou, y ese mismo fiero equipo que en su terreno no consintió victoria culé ni madridista ha parecido un tierno y desprotegido grupo. La causa principal, como tantas otras veces, es la misma: cuando el balón corre y tiene por donde correr, todo es mucho más sencillo para el conjunto catalán.

3.- Pero eso no es todo, evidentemente. Hoy ha sido uno de esos días en que se ha impuesto uno de los grandes logros de Martino, en el que quizá pueda parecer que hacemos poco hincapié por cuestionar sus decisiones tácticas, pero que es innegable: la mayoría de jugadores se encuentran en un momento excepcional. Bien físicamente y con confianza, sólo necesitan un contexto táctico en el que desenvolverse con cierta comodidad. Y en el Camp Nou, con el impulso positivo de una victoria importante y sin tener enfrente a ningún titán, ellos mismos son capaces de fabricarlo sobradamente.

4.- Un Alexis con 17 goles fundamental para que el Barça siga peleando por la liga, un Xavi que vuelve a dejar algunos de esos giros mágicos que le elevaron a lo más alto (como en el primer gol), un Jordi Alba que además de atacar está defendiendo de maravilla, un Busquets que parece ir recobrando sensaciones, un Pedro que definitivamente ha dejado en el pasado las dos anteriores temporadas, un Iniesta que ha unido a su momento dulce de la temporada la motivación generada por una desgracia (más que meritorio haberla encauzado de esta manera)…
5.- Y Messi. Él está por encima de cualquier factor medible, cuestionable o analizable. Sólo hace falta que esté a gusto. Si lo está, el equipo que cuente con él será prácticamente imparable. Con un estado de forma mucho mejor al de la primera mitad de la temporada, tras la vuelta de vacaciones ciertos desajustes del equipo y falta de ritmo competitivo estaban ocultando que está en muy buena forma. Sólo hacía falta que sonriera para que lo demostrara cada tres días y con ello dejara sin palabras a los que tanto nos gusta hablar. Y ha vuelto a sonreír, convirtiéndose en el máximo goleador de la historia del Barça. De las decisiones que tome su técnico y cómo las ejecuten sus compañeros dependerá dónde llegue el Barça esta temporada. Si consiguen que siga sonriendo, al despertar no habrá acabado la primavera. Ni el fin de semana que viene en Madrid ni ningún otro.