Messi y Alexis sacan de centro y pasan el balón a Busquets, eje del equipo. Así, un partido tras otro. El primer balón siempre es para el mediocentro. Un símbolo. Siempre es así, salvo…
Salvo cuando el Barça está en dificultades. Por ejemplo, cuando Roque Santa Cruz empata para el Betis en el Camp Nou. O cuando Cristiano Ronaldo adelanta al Madrid en el Bernabéu. En esos momentos duros, la decisión varía. Sacan Messi y Alexis de centro, pero el balón es para Xavi. Directamente, sin intermediarios. Es un síntoma, un símbolo y el tañido de la campana: “Modo Xavi on”, dice ese pase.
Xavi con el balón es un bocinazo: toca juego de posición en grado extremo. Se acabó el correr arriba o abajo; se terminó el sesteo; fin de las tonterías. Metrónomo en mano, balón en pie, cabeza erguida, Xavi en la sala de máquinas para aplicar el modelo a rajatabla. Incluso, como en este nuevo acto del Bernabéu, volviendo a los orígenes del “4”, mediocentro puro en la base, vértice bajo desde el que organizar la remontada.
Artista del tiempo y del tempo.
– Foto. Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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