Si ha habido un jugador que ha sobresalido en la preponderancia del colectiva en la época triunfal de la Selección ése ha sido el 8 de España, por lo que prácticamente de modo unánime ha venido siendo considerado el mejor jugador del equipo. Probablemente, a esta afirmación le quede muy poca vigencia, pues las molestias ocasionadas por el inexorable paso de los años han provocado que Xavi haya perdido su mejor nivel. Seguramente, si aún no ha dejado de ser el mejor jugador español, muy pronto deje de serlo. Aún así, me gustaría describir cómo ha bajado su rendimiento en la Selección (hasta el punto de funcionar mejor el equipo sin él) desde la llegada de Vicente del Bosque.
En primer lugar, cabe recordar que la auténtica eclosión del jugador de Terrassa, la que le catapultó al podio futbolístico mundial, se produjo de la mano de Luis Aragonés en la Eurocopa 2008. Sí, fue importante en el Barça de Rikjaard gracias a la decisión del técnico holandés de que abandonara el pivote para pasar a ser interior, pero para Frank nunca fue la piedra angular de su sistema, habiendo expresado públicamente Hernández incluso que el técnico holandés no creía en él por considerar que para competir en Europa eran necesarios jugadores más físicos. Obviamente, también ha sido fundamental con Guardiola, quien desde el primer día le convirtió en el eje de todo.
Sin embargo, fue ese anciano al que no se recuerda con el cariño que se debería quien, por primera vez, le entregó completamente la batuta de un equipo, convirtiéndole en el jugador más importante del mismo. Huelga decir que para ello situó a un jugador con una gran capacidad defensiva y una buena lectura de juego ligeramente detrás de él (Senna), a 2 o 3 interiores con los que asociarse (Silva, Iniesta y, tras la lesión de Villa, Cesc) y a 1 o 2 delanteros con mucha movilidad a los que servir balones en profundidad (Torres y Villa). Como ejemplo más significativo del rendimiento constatado, Xavi fue galardonado con el premio al mejor jugador de la Eurocopa (primer premio individual de máximo prestigio de su carrera).
Para su desgracia, con aquel torneo finalizó la etapa del que ha sido el entrenador más importante en su carrera, como el mismo jugador del Barça ha reconocido en múltiples ocasiones.
A su llegada, la principal novedad que introdujo Del Bosque, al contrario de lo que se piensa, no fue un nuevo sistema, sino la conversión en titular indiscutible de un jugador que hasta aquel momento era suplente: Xabi Alonso. Por la calidad del tolosarra, pieza fundamental del mejor equipo de la última Liga e indiscutiblemente uno de los mejores centrocampistas del mundo, no parece una decisión rebatible, mas sí por el enorme cambio (a mi juicio, a peor) que produjo esta modificación. Para conseguir acoplarle definitivamente en la alineación, se atravesaron 3 etapas:
1.- Ocupación del puesto de Xavi en el 4-1-1-2-2 (con Villa) o 4-1-1-3-1 (sin el Guaje, por lesión, con Cesc como sustituto) de la Eurocopa. Es decir, jugar un poco por delante de Senna. Ello llevó a mover a Xavi a la línea de medias puntas, ejerciendo como falso interior derecho en ocasiones, perdiendo al mismo tiempo la mejor versión del jugador de Terrassa y la banda derecha, pues tendía inevitablemente a ir al centro.
2.- Reemplazo de Marcos Senna. Alonso de único mediocentro, lo que gran parte de la afición (esa parte que no conoce lo suficientemente bien a Busquets y sólo ve las virtudes, que son muchas, de Xabi; y que nunca incluye a un centrocampista defensivo en sus onces ideales, cosa que ningún entrenador de élite hace) ha reclamado. La apoteosis de esta apuesta fue la Copa Confederaciones, en la que se vio a una España extremadamente vulnerable a las contras, lo que le costó caer eliminado contra un rival apriorísticamente muy inferior como USA. El ex del Liverpool es un organizador brillante para un equipo en el que prima el juego directo, que también destaca en lo táctico y en la contundencia a la hora de robar el balón, si bien carece de la capacidad física necesaria para ser el único medio defensivo, ésa que permite a Busquets (o, en su momento, a Senna) ser el abanderado de la presión de 6 segundos o llegar a tiempo a cubrir el espacio. Como defensor, de Xabi se podría decir lo mismo que de grandes centrales sin velocidad como Terry, Samuel o Nesta: bien acompañados, destacan incluso más que sus acompañantes; sin esa compañía, en mar abierto, naufragan. Cabe hacer notar también que, si bien Alonso es el mediocentro de un grande como el Real Madrid, el auténtico medio defensivo es Sami Khedira, quien sí posee esa capacidad física.
3.- Acompañante de Busquets (opción que se mantiene hasta hoy, y que todo hace pensar que se mantendrá en toda la Eurocopa). En mi opinión, una de las mayores equivocaciones del técnico salmantino (y por la que ha recibido más críticas). «Busquets o Xabi Alonso» era la decisión que se debía tomar según la mayoría de los especialistas tras los primeros partidos del Mundial. Saliéndome del guión, me gustaría recordar que fue éste el artículo que me hizo seguir al autor de esta página, pues fue el único periodista de un medio reputado que supo (o quiso) ver una realidad, para mí, más que patente.
Al margen de ello, el enfoque de este artículo es otro: la infrautilización del mejor jugador, Xavi Hernández, quien ha pasado a ocupar la posición de mediapunta. Cabe recordar que, con Aragonés, también Alonso acompañaba a Senna y el de Terrassa ocupaba esta demarcación, con la notable salvedad de que esta variante se introducía cuando se quería conservar un resultado favorable, como el 1-0 ante Alemania en la final de la edición de 2008 del máximo torneo europeo de selecciones.
Cabe recordar que la mejor versión del de Terrassa ha aparecido siendo el metrónomo del equipo, comportándose como jugador más móvil (pese a sprintar muy pocas veces, no es raro ver que acabe el partido como el futbolista con más kilómetros recorridos), apareciendo igual en zona de centrales para sacar el balón como tirando un desmarque en el área rival, siendo el permanente apoyo de cualquier compañero. No obstante, estas funciones, en mayor o menor medida, se han dado en la época decadente del Barça de Rikjaard y en la Selección actual. La diferencia reside en las opciones de pase: cuántos jugadores tiene por delante (normalmente, entre 4 y 5 en los dos equipos en los que ha mostrado su mejor versión y rara vez más de 3 en la España de Del Bosque), cuántos desmarques de ruptura se producen… También en el marcaje al que se ve sometido: mayor cuanto más avanzada es la posición inicial que ocupa y cuanto menos se estira el campo (a lo ancho y/o a lo largo).
Probablemente, éstas sean las causas principales de que Xavi sea menos trascendente, recibiendo con frecuencia de espaldas, con la Selección actual, sin ser tampoco su mejora en la producción goleadora de la última temporada un factor que haga pensar en una reconversión, pues la mayoría de los goles han venido arrancando desde posiciones más retrasadas, con más jugadores en posiciones avanzadas que atrayeran defensores.
Me entristece decir que, por todo ello, en esa posición, el equipo probablemente mejore sin el 6 del Barça, ya que hay otros como Cesc, Silva o Iniesta que le superan haciendo de mediapunta, ya que poseen una mayor capacidad de desequilibrio individual y/o goleadora. A los mencionados sólo les supera claramente en este papel como defensor, por ser el más capacitado para retener la posesión. No obstante, también en este papel ha sido más decisivo en el Barça de Guardiola, llegando a ser el mejor defensor del equipo.
Es cierto que el de Terrassa, en el sistema utilizado, en ocasiones baja a recibir, pero con ello no mejora, ya que le faltan opciones de pase vertical a causa de la saturación de opciones horizontales. Este panorama tampoco cambia cuando Alonso se descuelga, pues si bien ha marcado algunos goles gracias a su buen disparo y a una sorprendente capacidad para estar en el sitio adecuado en el área, es completamente inane en la producción de juego en zonas tan avanzadas.
A lo dicho se podría objetar que el Barça ha funcionado a las mil maravillas con dos medios defensivos (Busquets y Keita) más Xavi. Sin embargo, hay una diferencia brutal. En la creación, cuando se juega con este esquema, el malí se comporta más bien como un mediapunta, tirando constantemente desmarques en profundidad, dejando libre la zona de creación a los jugones. Está de más decir que entre las infinitas virtudes del ex del Liverpool no se encuentra esta capacidad. Además, en las contadas ocasiones en que Guardiola ha hecho uso de un doble pivote con Xavi más adelantado (como en el último Clásico), ni el tercer clasificado en la última edición del Balón de Oro ni el equipo han funcionado al mismo nivel.
Por esa razón, hasta con Javi Martínez desempeñando ese rol, sentando a Alonso, España funcionaría mejor. Asimismo, este ejemplo muestra la única manera de la que, con estos hombres, no empeoraría el nivel del segundo capitán culé: Alonso haciendo de Busquets, Xavi haciendo de Xavi y Sergio haciendo de Keita. Con el complemento del de Badía, buena parte de las lagunas de Xabi quedarían paliadas, si bien esta opción continuaría siendo más defensiva, ya que obligaría a prescindir de uno de los geniales mediapuntas españoles (o del delantero, ya parta de la posición del 9, 7 u 11).
Por otra parte, me gustaría recordar que, a pesar de este error, considero que Vicente del Bosque ha realizado un magnífico trabajo, gracias a poseer la virtud más importante para dirigir a un equipo en el que no hay tiempo para preparar excesivamente la táctica y los automatismos, como sucede en una Selección: la gestión del grupo y del entorno. También se le ha de reconocer que, con sus variantes, al disponer de un centrocampista más y manteniendo o incluso aumentando el ratio de posesión, la Selección se ha convertido en un equipo al que probablemente seamás difícil meterle un gol.
No obstante, muchos de los méritos que se le atribuyen no me parecen tales, como ir renovando la Selección (¿cómo no ibas a convocar a Piquè, Pedro o Busquets si eran titulares indiscutibles en el equipo del momento, ganando la mayoría de los torneos?) o practicar un estilo de juego atractivo, cosa que, en mi opinión, ha dejado de suceder por las causas antes expuestas, que han llevado a perder la profundidad y el carácter ofensivo inherentes, hasta entonces, a cualquier equipo con porcentajes de posesión tan elevados.
De hecho, el debate que, en parte, con este artículo vuelvo a tratar, sólo se cerró por la consecución de un título que se ganó sin superar claramente (ni en marcador ni en ocasiones, por mucho que se superara en posesión) a ningún rival (a excepción de Honduras). Pese a acabar ganando, una vez superada la primera fase, no hubo un solo rival al que se marcara más de un gol. ¿Para qué engañarnos?, hubo mucha suerte. Si Paraguay hubiera marcado el penalti; si Puyol no hubiera marcado de córner contra Alemania; si Robben hubiera acertado… La cuestión es que la balanza se decantó de nuestro lado como pudo haberse decantado del otro.
Si echamos la vista atrás, esto no pasó en la Eurocopa, en la que, si bien hubo marcadores cortos (e incluso una victoria en la tanda de penaltis), siempre se generaron muchas ocasiones. El maestro Aragonés nos regaló aquel equipo (del que aún queda una parte importante) y al mejor Xavi, quien para muchos es (o ha sido) el mejor futbolista español y el mejor centrocampista de la historia.
Por ello, El Sabio de Hortaleza ha merecido recibir, como mínimo, los mismos galardones y títulos honoríficos que ha recibido su sucesor, quien, a pesar de todo lo dicho, ha sacado nota reemplazando a un mito (su labor era casi tan complicada como la que se le presenta a Tito Vilanova), lo cual tiene un mérito incalculable.
* Rafael León Alemany.
– Foto: UEFA – EFE
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