1.– La media sonrisa de Wayne Rooney durante la ceremonia de los himnos era una mezcla de orgullo, confianza, ansia y miedo a lo desconocido. El del Manchester United cumplió su último partido de calvario (curioso usar esta palabra con el de Liverpool), pero el temor llegaba a tener que saltar al escenario fuera de las dos primeras plazas y con la presión de ganar o ganar. La confianza se la transmitió Andy Carroll, por fin un nueve de verdad en la vanguardia de los Three Lions. Cuestión de estilos.
2.– Con 18 partidos de la Premier League a su espalda este año y transmitiendo que esas ojeras rasgadas perdían poco a poco oxígeno e importancia se presentó Steven Gerrard en la EURO. El brazalete le presionaba, pero también le imprimió una dosis de orgullo británico. Con siete asistencias en la 2011/12 vistiendo la camiseta del Liverpool, Stevie ha dado dos de los cuatro goles de los suyos. ¡Y qué balones! Precisión en una falta lateral y pelota teledirigida desde el costado derecho directa, y con amor, para la cabeza de Carroll. Vuelve Gerrard. No para elaborar juego, pero todavía pone la bala donde su ojo proyecta.
3.– Los días largos y el estrés suelen ser un motivo para la alopecia, aunque la familia, como en casi todo, suele tener un peso predominante. No es el caso de Andy Carroll. Tras varios pecados de juventud y una temporada acorde a la de su club, el techo ofensivo inglés se encontró con la titularidad en la segunda jornada. La necesidad de una referencia ofensiva tras el intento fallido ante Francia, Carroll activó el imán, bajó balones, fue la solución para los balones largos y rentabilizó su titularidad con un cabezazo, aunque le faltó la puntilla.
4.– Y si Carroll cuenta con un campo magnético notable, lo de Zlatan Ibrahimovic reta a la gravedad. Pívot y playmaker en un mismo hombre. Ambicioso y egoísta a rabiar. Tozudo y superclase. Irreversible. Pero siempre con el gesto torcido cuando se viste con la casaca sueca. Lo intentó todo, normalmente sin mirar al compañero y acabó solo y cabizbajo porque quiso, y porque se lo buscó. Su única sociedad la conforma con Källström, fiel gregario en el campo, pero buscó resolver por su cuenta, y cerca estuvo de lograrlo en varias tentativas.
5.– Olof Mellberg, tosco y eterno central, descubrió las carencias de la dupla Terry-Lescott y del sistema defensivo inglés. Tras tirar mal el fuera de juego, amén de dejarlo libre de marca, puso el 1-1, para poco después obsequiar a su grada con el triunfo parcial en una acción en la que él, Granqvist y Jonas Olsson vieron llegar el balón de Larsson desde la izquierda sin atisbo de la presión rival.
6.– En 20 minutos, Theo Walcott ofreció velocidad y dinamismo a los de Roy Hodgson. Y por si fuera poco sacó de un marrón curioso al seleccionador de dudoso prestigio entre sus compatriotas. Con un disparo que describió una trayectoria más parecida a la del Jabulani y con un culebreo entre Jonas Olsson y Larsson culminó la proeza. Su centro lo remató con un semigiro, sin el centro de gravedad bien asentado, Danny Welbeck.
y 7.– Suecia tuvo imán con Zlatan y Mellberg, llegaba a la cita con los siete choques oficiales disputados contra Inglaterra sin perder, pero se encontró con el extremo del Arsenal que tiró por tierra sus opciones en Kiev y les echó del torneo continental. Inglaterra… esperando a Rooney, porque lo que hay no tiene un orden fijo ni una idea en la que asentarse para llegar lejos. De hecho, el Ucrania–Inglaterra será de traca. Todo un país luchando por un sueño, y mientras Rooney dando sus primeros pasos (y quizás los últimos) en esta Eurocopa.
– Foto: Reuters
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