Cuando Lev Yashin recogió su Balón de Oro en 1963, dijo que no era el mejor portero del mundo, sino que ese honor pertenecía a Vladimir Beara, portero yugoslavo de su misma generación. Seguramente estas palabras nacieron de la modestia del soviético, pero de lo que no hay duda es de que Beara ha sido uno de los grandes porteros de la historia. Nacido en Sinj (actual Croacia) en 1928, fue un guardameta majestuoso y sin ningúna discusión el mejor de la escuela balcánica. Poseía unos grandes reflejos, agilidad, elasticidad y potente salto, virtudes que aprendió de joven cuando practicaba ballet. Además tenía mucha facilidad para atrapar el balón con sus manos, puesto que hizo ejercicios con pelotas de béisbol con su entrenador de la infancia, Luka Kaliterna. En el mundo futbolístico era apodado como Big Vlad.
Su trayectoria deportiva la inició en el Hadjuk Split, que lo descubrió en su adolescencia mientras entrenaba en un estadio local. Llegó al primer equipo en 1947 y pronto se convirtió en titular. Fue en la temporada 1949-1950 cuando consiguieron el título de liga sin perder ningún partido y recibiendo Beara solamente 13 goles. Los dos siguientes entorchados que logró con el conjunto de Split llegaron en 1952, tras superar al Estrella Roja, y en 1955, al hacer lo propio con el BSK Belgrado. Esta fue la última campaña en el Hadjuk, ya que en verano fichó por el Estrella Roja en una decisión muy controvertida de la época. Nunca se ha sabido con exactitud el motivo de este cambio, aunque hubo rumores de que fue forzado por las autoridades del país. También se comentó que el conjunto de Belgrado tuvo que vender su autobús para poder financiar el fichaje. Tras 8 años y 308 partidos en el Hadjuk Split empezaba una etapa victoriosa tanto para él como para el Estrella Roja.
En su estancia de cinco temporadas ganaron la liga en cuatro ocasiones (1956, 1957, 1959 y 1960), superando en dos de ellas a su eterno rival (Partizan) y en las restantes a la Vodvojina y el Dinamo de Zagreb. Además, lograron el doblete en 1958 y 1959 tras imponerse en la final de la copa al Velez Mostar (4-0) y al Partizan (3-1) respectivamente. Participó en tres ediciones de la Copa de Europa. En 1957 el Estrella Roja consiguió su mejor participación al llegar a semifinales, donde caerían ante la Fiorentina. Un año más tarde se enfrentaron al Manchester United, que les eliminó, y en el viaje de vuelta desde Belgrado fue cuando se produjo el fatídico accidente aéreo que costó la vida a 23 personas. Y en 1960 cayeron derrotados por el Wolverhampton inglés en octavos de final. Le llegaron cantos de sirena desde Europa Occidental y se marchó a Alemania a finalizar su carrera. Se enroló en las filas del Alemania Aachen entre 1960 y 1963 y en el Viktoria Colonia en 1964, antes de retirarse con 36 años. Lamentablemente no pudo rendir a buen nivel debido a las lesiones, entre ellas dos fracturas en la pierna derecha.
En la selección yugoslava jugó 59 partidos en 9 años. Fue convocado para el Mundial de Brasil en 1950, aunque no disputó ningín encuentro. Su debut tuvo lugar unos meses después en un amistoso ante Austria. Desde ese instante no cedió la titularidad, más aún cuando en noviembre fue el héroe en un partido frente a Inglaterra en Highbury que terminó con empate a dos gracias al inmenso partido que realizó. Participó en los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952, donde Yugoslavia ganó la medalla de plata al perder en la final contra la Hungría de Puskas por 2-0. En 1953 fue citado junto con otros cuatro compañeros croatas para formar parte de la selección de la FIFA que se enfrentó a Inglaterra en Wembley con motivo del 90 aniversario de la fundación de la federación inglesa. Sus otras participaciones mundialistas llegaron en las ediciones de 1954 y 1958, esta vez sí como títular. El resultado en ambos torneos fue similar, y tras pasar segundos en la liguilla de la primera fase cayeron ante la República Federal de Alemania en cuartos de final, concretamente por 2-0 en Suiza 1954 y por 1-0 en Suecia 1958.
Inició su periplo como entrenador tras dejar el fútbol en activo y el Friburgo fue el primer club al que dirigió en 1964. A continuación entrenó al Fortuna Sittard holandés en 1966, al Rijeka de su país en 1967 y al Fortuna Colonia en 1969. Regresó al Hajduk Split como asistente de Slavko Lustica y ganó la primera liga desde que él fue jugador del equipo, dieciséis años antes. Se marchó en 1973 y firmó con Camerún para intentar su clasificación para el Mundial de Alemania en 1974, pero fracasó en el intento tras la eliminación contra Zaire en la segunda ronda. Estuvo un periodo de varios años sin entrenar hasta que cogió las riendas del First Vienna en 1979 y el RNK Split en 1980. Puso fin a su estancia en los banquillos en el equipo croata Zmak Blato en 1987.
En la actualidad reside en Split.
* Alberto Cosín.
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