Esta edición de Copa Libertadores cuenta con dos representantes inusuales por Colombia: Santa Fe y Millonarios. Ambos campeones en los dos torneos ligueros del 2012. El primero no daba la vuelta por el torneo local desde hace 38 años, y el segundo (el más laureado del país, con 14 estrellas), no se hacía con la liga desde 1988. Situacíón atípica para dos equipos insignia de la capital del país e incluso de los colores de los partidos políticos tradicionales (rojo y azul, respectivamente). El tercero, Tolima, aunque menos tradicional en el aspecto nacional, ha sonado más en el continente en los últimos tiempos por su buen desempeño dentro del país y su presencia en las copas internacionales. La primera fecha de la Libertadores dejó un balance de una victoria, un empate y una derrota para los representantes del país cafetero.
Tolima se impuso 2-1 a Cerro Porteño de Paraguay; Santa Fe dejó en tablas a un gol su encuentro en Perú contra Real Garcilaso; y la derrota tuvo como protagonista al campeón vigente del país: Millonarios. Perdió 0-1 en el estadio Nemesio Camacho El Campín de Bogotá contra el Club Tijuana de México. Los encuentros arrojaron sensaciones buenas, regulares y malas, respectivamente. Vamos al detalle.
El partido de Millonarios fue muy poco entretenido para el hincha y el espectador e interesante para el análisis. Fuera del torneo local, el embajador tuvo que medirse ante un equipo de talla internacional. En la previa se mencionaba que las carencias se acentuarían, o el conjunto daría un golpe de autoridad. La primera se cumplió a cabalidad. La única situación verdaderamente peligrosa que generaron los azules fue el doble remate dentro del área del Tijuana. Wason a quemarropa primero, Montero de chilena después. Luego de esa acción vino el partido en el que el Tijuana se refugió bajo la idea de un repliegue medio-bajo, sin referencia en punta de ataque (esto último como mencionó su técnico en la rueda de prensa posterior al choque).
La defensa mexicana, igualmente, no se vio exigida por el rival. No se puede decir que se defiende bien si no se reciben ataques medianamente aceptables. Millonarios no tenía salida alguna. Ni por los carriles exteriores, ni por la zona central. Járol Martínez y Lewis Ochoa no mostraron esa potencia y verticalidad para salir desde atrás por los flancos. Los centrales no tuvieron una noche lúcida para la salida de balón y Elkin Blanco, quien formó pareja con Rafael Robayo en el centro del campo, no se mostró capaz de batir una sola línea de presión con un pase. Su compañero Rafa, tampoco realizó algo rescatable, aunque mostró más ímpetu. El azul manejaba el balón en el primer cuarto de cancha y se quedaba en la mitad. Pocas veces pudieron habilitar a Harrison Otálvaro, su jugador más diferente sobre el césped, y las únicas veces que lo lograron Otálvaro no encontró un socio para generar y manejar el tiempo del encuentro. El ‘20‘ extraña sobremanera a Máyer Candelo, su compañero ideal. Ambos artífices de la estrella 14 de Millos. A cambio del mago, estaba Leudo. Apareció pocas veces y no para el bien el equipo. Lento de pies y de mente, no hizo nada por mejorar el juego del conjunto. Fue un cero a la izquierda.
Con los problemas de salida y gestación, Millonarios quiso apostar en contadas ocasiones por el juego directo para saltar fases de la elaboración en el medio. Sin embargo, en ningún momento tal cosa pudo llevarse a cabo, porque los delanteros no fueron capaces de ganar un balón por alto y sostenerlo hasta que llegaran sus compañeros. Perdían el cuero con una facilidad increíble. Siendo este el panorama general del encuentro, los Xolos se encontraron muy cómodos en la cancha, sin exigencia ni peligro signiticativo. Esperaron atrás, y una vez robaban, enviaban balones a la banda con Fidel Martínez por la izquierda y Riascos por la derecha. La defensa centro-lateral de Millos estuvo acertada en líneas generales sin la pelota, a la hora de cortar los avances contrarios, por lo que la escuadra mexicana no generó peligro alguno. El partido se desarrolló así hasta la jugada del gol. El tanto acomodó todavía más al visitante. Con la superioridad en el marcador tramitaron el partido hasta que el árbitro dio el pitazo final. Antes de terminar el encuentro, Román Torres se fue expulsado (90′). Un cierre que empeoró una noche carente de fútbol. Las sensaciones para el embajador, en general, no fueron para nada buenas y debe encontrar una figura que cohesione su juego. El equipo se vio roto en su debut.
El único equipo que se vio en la obligación de dejar el país en esta fecha del torneo fue Independiente Santa Fe. Los primeros minutos del encuentro estuvieron marcados por la poca precisión de ambos conjuntos con la pelota y por los balones divididos que terminaban en peligro a favor del equipo local. Santa Fe solventaba bien la presión peruana, pero se quedaba corto de ideas para pasar la defensa. La pieza que decantó el encuentro a los 15′ de partido fue el enganche santafereño: Ómar Pérez. Es, hoy por hoy, el mejor ‘10‘ del torneo colombiano. Macnelly Torres cuaja buenas actuaciones con la selección, pero no sale en el Atlético Nacional. Pérez envió un pase en diagonal que pasó entre delanteros y pivotes y le llegó a Arias. Este remató y Borja agarró el rebote para poner a ganar al León.
La escuadra colombiana intentó bajar las revoluciones del encuentro y dejar a cero su portería por medio de la pelota, no sin ella. A falta de un cuarto de hora para el final llegó el empate gracias a un córner cobrado directamente al punto de penal y un testarazo que Camilo Vargas no pudo parar (había estado muy correcto en toda la noche en cuanto a paradas se refiere). El partido terminó sin exceso de emoción y con sensaciones de fragilidad a la hora de aguantar para el equipo de Bogotá. Volver a casa con puntos en la bolsa es muy positivo para el trámite de la liguilla y la consecución del pase a la siguiente ronda.
El fútbol mostrado por el Tolima en sus primeros partidos (fase previa y debut en el grupo) ilusiona, pues los fichajes han logrado suplir la ausencia de dos de sus piezas más importantes (Cristián Marrugo y Robin Ramírez, mediocampista creativo y centrodelantero, respectivamente). Así mismo, algunos de los jugadores que estaban en el equipo el semestre pasado han aumentado su nivel técnico y competitivo y se han entendido bien con los nuevos. Frente a Cerro Porteño tal cosa se ratificó.
El Tolima aprovechó la velocidad y el buen pase de sus jugadores. Los dos goles son reflejo inapelable de ello. En el primero, Yimi Chará realizó un pase entre líneas que el peruano Merino alcanzó, para después enviar un buscapiés que terminó en el autogol del equipo paraguayo. En el segundo tanto, Chará apareció de nuevo. Aprovechó su velocidad en un contraataque por la banda izquierda y mandó un cambio de frente que bajó el jugador David Macallister Silva, quien batió al portero a espaldas de un zaguero contrario.
Hay que aclarar que la línea defensiva del Tolima ha sido la que menos se ha adaptado, pues la marcha de su referente, Gustavo Bolívar, no ha sido solventada del todo. Breiner Belalcázar no ha sido ni la sombra del jugador al que reemplaza. Contra Cerro Porteño lució lento e inseguro para la toma de decisiones. Por esta razón, principalmente, hubo momentos del partido en el que los paraguayos llegaron con una facilidad impresionante. El Pijao pinta para cosas interesantes: dejó sensaciones buenas en el ámbito internacional, pero si aspira a llegar lejos, el equipo debe mejorar sin balón y en el acierto de cara a puerta.
* Sebastián Duque Sánchez.
– Fotos: Colprensa – EFE – Martín Mejía (AP)
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