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Los primeros minutos del partido entre el Zenit y el Dortmund condicionan cualquier análisis posterior y resta valor a cualquier pronóstico que pudiéramos hacer en la previa. Los gravísimos errores defensivos del conjunto de Spalleti permitieron al conjunto de Klopp llegar en transición, lo que más le gusta, colocando el encuentro 0-2 en el minuto cinco. Ver para creer.
Ambos tenían bajas muy importantes que condicionaban los onces. El Zenit no podía contar con el centrocampista Roman Shirokov, sancionado internamente, ni con el portugués Danny, un futbolista capital por lo que aporta arrancando en conducción desde la izquierda hacia dentro. Spalletti optó por alinear un centro del campo con Witsel y Fayzulin y Shatov, un jugador más capacitado para jugar en cualquiera de las dos bandas, como teórico enganche. Hulk y Arshavin ocupaban la mediapunta y el venezolano Rondón estaba como único punta. El equipo nunca pudo sacar la pelota jugada desde atrás con Lombaerts y Neto, y la espalda de los laterales, Anyukov y Criscito era una autopista de peajes abiertos para el Dortmund.
No fue la mejor versión del conjunto de la cuenca del Ruhr, ni mucho menos, aspecto que pondera peor aún la impotencia de un Zenit que ya se clasificó con muchas dudas en su grupo, solo con seis puntos, y que no compite en partido oficial desde primeros del mes de diciembre, cuando la liga rusa se detuvo por el descanso invernal. Sin los centrales titulares, Subotic y Hummels, Sokratis Papasthopoulus y el veterano Manuel Friedrich ocuparon sus plazas. Sebastian Kehl, que firmó un buen partido plagado de oficio, y Nuri Sahin fueron los mediocentros y la línea de tres por delante la formaron el polivalente Grosskreutz (derecha), Mkhitaryan (centro) y Reus (izquierda). Arriba jugó un Robert Lewandowski cada día más completo, sobre todo fuera del área, donde maneja más recursos con el paso de los partidos.
Un taconazo del delantero polaco hacia Marco Reus atravesó la zaga del Zenit como cuchillo en mantequilla, la jugada se embarulló y finalmente el armenio Mkhitaryan puso el primer gol. Dos minutos después, de nuevo el mediapunta armenio centró desde la derecha con total comodidad hacia Kevin Grosskreutz, que regaló una dejada maravillosa con un toque seco de media espuela para que Reus marcase el segundo tanto. ¿Y la defensa del Zenit? Mirando.
El resto del primer acto fue un quiero y no puedo del conjunto ruso con el único recurso de los disparos lejanos de Hulk. El partido era de bajas pulsaciones, tan bajas que Arshavin se lesionó a los quince minutos, aquejado de un tirón muscular. Entró Anatoli Tymoschuk para jugar junto a un lentísimo Witsel, pasando Fayzulin a la mediapunta. Dio igual porque el equipo ruso fue incapaz de subir el ritmo de juego. El Dortmund jugaba con total comodidad esperando algún contragolpe más.
Una acción de perseverancia de Hulk en el primer tramo del segundo acto concluyó con el primer gol del Zenit en el partido. El balón llegó a Rondón, en fuera de juego que no señaló el árbitro, su remate fue al palo y Shatov, que llegaba desde atrás, ya ubicado en banda derecha, acortó distancias. En ese momento parecía que el encuentro se podría abrir, pero fue un espejismo. De nuevo un contragolpe iba a penalizar al conjunto local, pero que nadie piense que fue una acción fulgurante made in Dormund; fue una transición al trantrán. Mkhitaryan, que no aparecía desde la jugada del 0-2, habilitó al buen lateral ofensivo que es Piszczek, y el centro del polaco lo remató su compatriota Lewandowski colocando al 1-3. Parece increíble que ninguno de los centrocampistas del Zenit llegase a defender la jugada.
Un penalti que no existió del propio Piszczek sobre Fayzulin lo transformó el brasileño Hulk acortando de nuevo distancias. Ninguno de los dos goles del Zenit fueron fruto de una mejora en su juego. Como no podía ser de otro modo, un nuevo error defensivo dejó la eliminatoria vista para sentencia. El central brasileño Neto envió un balón por dentro a Tyomschuk con el ucraniano de espaldas. Reus, muy atento, le robó la pelota y asistió a Lewandowski, que batió a Lodygin con un disparo cruzado.
Los últimos minutos del partido fueron un carrusel de cambios en ambos equipos que no modificaron en nada el juego ni el resultado final. Un Dortmund con bajas importantes solventó la eliminatoria en la ida, salvo sorpresa mayúscula en la vuelta, ante un Zenit que pese a la inactividad y sus bajas confirmó las mala sensaciones ofrecidas en la fase de grupos.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: Borussia Dortmund
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