"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
El tiki-taka fue un slogan feliz que, sin embargo, ha destilado una profunda incomprensión del estilo de juego que lo inspiró. Lo mismo ocurre con algunas herramientas del juego de posición, interpretadas como causas cuando son, simplemente, efectos. Me refiero a conceptos como la posesión o la presión, conceptos que nos confirman a diario que todos somos capaces de ver las consecuencias, pero son muy pocos los que advierten las causas.
Viajar juntos. Todos juntos y con el balón. Este es uno de los criterios fundacionales del juego de posición que practica el Barça, equipo que viaja junto, como si se tratara de una cordada en la montaña. Tomando posiciones de manera gradual y paulatina. Si alguno de los viajeros no está en su sitio, simplemente se vuelve atrás y el viaje empieza de nuevo. Desde el Campo Base hasta la cima, escalando todos en la misma cordada. Así se concibe el modo de jugar del Pep Team, fruto de la evolución conceptual de grandes equipos legendarios: la Hungría de los 50, el Brasil de los 70 y el 82, la Francia de Platini, Giresse y Tigana, el Dream Team o el Ajax de Van Gaal. Alimentado intelectualmente por maestros como Lillo, Lavolpe o Cruyff. Jugar agrupado, viajar agrupado: equipo y balón, sin que exista la opción de abandonar a nadie a su suerte fuera del grupo, no por compasión, sino por necesidad.
El balón es uno más del viaje y la propia idea de cordada ya nos indica que no es posible descolgar a nadie, pues todos resultan imprescindibles en el avance desde el Campo Base. De ahí que veamos muchas acciones que resulten incomprensibles a ojos profanos o incluso muevan a la burla sardónica de quienes no alcanzan a entender de qué va semejante forma de jugar. En realidad, se trata de avanzar como un grupo compacto y plantar el campamento en cada nueva posición alcanzada, lo que hace inviable que haya rezagados en esta escalada gradual. Hasta que se avizora la cumbre y entonces se desatan las cuerdas para proceder al asalto final, donde ya no importa si el avance es colectivo o individual, dado que se trata de plantar la bandera del triunfo.
Comprendiendo que su juego es un viaje en grupo con escalas pautadas y etapas intermedias es como percibiremos la verdadera magnitud del equipo que entrena Pep Guardiola y también la razón por la que decimos que presión o posesión son efectos o herramientas más que causas del éxito conseguido. En el sentido metafórico, pero también en el real, este equipo viaja junto, agrupado en cordada, estableciendo campamentos a nuevas alturas y con el balón como compañero de viaje.
– 2ª parte: La posesión como instrumento
– y 3ª parte: La presión como consecuencia
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