White Hart Lane aún no se habrá repuesto del partido sin tregua que protagonizaron Tottenham y Chelsea. El encuentro no tuvo un dominador claro en ningún momento y fue evolucionando hacia un cuerpo a cuerpo sin red, dos equipos sin pausa, valientes, buscando la portería contraria en un cara a cara en el que terminó imponiéndose el conjunto que tenía más talento de mediocampo en adelante. El Chelsea, que estuvo a punto de besar la lona después de haberse ido por delante en el marcador al descanso, terminó el partido desatado en ataque, con un Mata que firmó una actuación estelar.
De salida, el Tottenham tenía dos bajas que podían condicionar su forma de jugar. El belga Dembelé en mediocampo y el extremo galés Gareth Bale no podían ser de la partida. Villas-Boas decidió alinear un once con muchos centrocampistas cuya condición natural es jugar por dentro, buscando poblar la zona ancha para crear superioridad.
Di Matteo, por parte del Chelsea, consciente del talento que atesora en la zona de tres cuartos, intentó consolidar la línea de tres formada por Mata, Oscar y Hazard por detrás de Torres.
Tras el gol de Cahill en el primer tramo del primer tiempo, el partido derivó en un escenario donde el Tottenham tenía el balón pero su medio campo compuesto por Sandro y Huddlestone no era capaz de dar la fluidez necesaria al equipo para generar peligro en el área del Chelsea. Lennon no tenía situaciones de uno contra uno para explotar su velocidad en la banda derecha y en la izquierda Dempsey perdía sus virtudes como llegador. Además, el islandés Sigurdsson estaba desconectado del partido.
Por el contrario, el Chelsea estaba a gusto con el marcador a favor. La pareja en la zona de creación formada por Obi Mikel y Ramires tiene dificultades para dominar el balón y gobernar los partidos teniendo la posesión, pero si el equipo tiene espacios y metros por delante el escenario cambia. En la primera parte Ramires, que es un futbolista cuya condición natural le lleva a la banda derecha, jugó más centrado. Cuando el Chelsea recuperaba la pelota tenía muchos metros por delante para desplegar todo su recorrido y potencia en la conducción del balón.
En el descanso, Villas-Boas cambió por completo la mentalidad de su equipo. El Tottenham salió al campo con un nivel de intensidad tremendo, se fue a buscar al Chelsea muy arriba y durante los primeros veinte minutos arrasó al conjunto de Di Matteo, le dio la vuelta al marcador e incluso pudo ampliar la ventaja recordando a aquel Oporto que dirigía el propio entrenador portugués y asfixiaba al rival en campo contrario y recuperaba la pelota muy arriba. La intensidad y el compromiso de los Spurs compensaba las carencias y desequilibrios de un equipo que sin Parker (lleva tiempo lesionado) y Dembelé en la zona de gestación y Assou-Ekotto y Gareth Bale en banda izquierda se queda muy tocado.
En ese primer tramo del segundo tiempo el Chelsea estuvo a punto de quedarse sin opciones de puntuar en el partido, pero un hubo un aspecto que terminó teniendo mucho peso en el encuentro: la incapacidad de ambos para manejar el partido con el marcador a favor. Tanto el Chelsea en el primer tiempo como el Tottenham cuando le dio la vuelta al marcador fueron incapaces de someter al contrario y cerrar la contienda. Cuando el duelo se convirtió en un intercambio de golpes apareció el talento del Chelsea cerca del área contraria con un Mata estelar y se llevó el gato al agua.
El tramo final del partido fue una exhibición de jugador español, bien secundado por Hazard, que le dio un pase espectacular en el gol que ponía de nuevo al Chelsea por delante en el marcador. Antes, el propio Mata había empatado el partido llegando desde atrás y todavía tendría tiempo de robar un balón en banda izquierda y asistir a Sturridge para el cuarto tanto que sentenciaba el encuentro.
El Chelsea ganó un partido que no puede esconder las carencias del equipo en mediocampo y el Tottenham, con muchas bajas, extrae la conclusión de que si es intenso y juega con la determinación del comienzo de la segunda parte, puede competir en los partidos, pero necesita recuperar jugadores con urgencia para no estar permanentemente en el filo del abismo en cada partido.
* Alberto López Frau es periodista.
– Fotos: EFE
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