1.- Fue valiente Pepe Mel en el partido del Villamarín y entonces dejó al Madrid con un color especial. Ganó 1-0 y pudieron ser más. Esa receta que en su momento fue tremendamente letal no obtuvo esta vez los mismos resultados positivos. El Real Madrid estaba vacunado y no enferma dos veces, al menos no dos veces contra el mismo equipo. Aquel día faltó pegada, contundencia y ganas. Hoy las ganas escasearon, pero las dos primeras aparecieron cuando más falta hacía.
2.- Salió Mesut Özil de titular contra el Real Betis. Pocos o ninguno hubiéramos apostado por el alemán de inicio en un partido relativamente intrascendente (como cualquiera de los que quedan de liga para el Real Madrid) a pocos días del Signal Iduna Park. Kaká salía de una pequeña lesión y Mourinho prefirió a Özil. Siempre podía haber incluido a Morata, pero se ha visto de forma evidente que cuando no ha jugado Özil al Madrid le ha costado infiernos ganar sus partidos, incluso más que sin Xabi, aunque pudiera parecer lo contrario.
3.- Ya que estaba en el campo en vez de en el banquillo o en el palco, Özil decidió que tenía que aprovechar y ser importante, una vez más, para el Madrid. En otra ocasión, Özil habría salido a pelear cada balón, a presionar a los centrales y a los creadores contrarios, además de colaborar y mucho en la gestión de la pelota y mandar a sus compañeros a la boca de gol. Esta vez corrió lo justo, aunque su rostro se congestionara a los quince minutos como le sucede siempre. No tenía que matarse, sólo ser importante. Y cuando un jugador destaca sin casi moverse, es un gran jugador.
4.- Casemiro, debutante y triunfador de la noche madridista, tenía como misión encontrar a Özil entre las líneas enemigas, y lo hizo a menudo, así como Luka Modrić. Cuando recibiese, Özil ya se encargaría de establecer el ritmo del ataque oportuno en cada momento. Si se frenaba y recortaba, el ataque sería en estático; si controlaba y aceleraba, imprimía velocidad. Esto último creó el gol inicial, al borde del descanso. Recibió, arrancó, tiró la pared y para adentro.
5.- En el lado verdiblanco, esa función la ejercía Beñat Etxebarria con la ventaja de contar delante, en su campo de influencia, con un efectivo más que el otro ‘10’, el madridista. El Real Madrid controlaba el partido y eso no le gusta. Mel lo sabía y por eso le entregó el balón sin que ello conllevara encerrar a su equipo. Tenía a seis en su campo, Beñat un poco por delante y tres cuchillos arriba que buscaban hacer sangre a Albiol y Carvalho. Probaron varias veces Campbell y Pabón, que se encontró con el larguero, pero el que asustaba era Rubén Castro. Sin previo aviso, se colaba entre los centrales, aparecía de la nada por la banda. Creó un tiro al palo cual ratón escurridizo y provocó un penalti. Poco más se le puede pedir al canario.
6.- El primer tiempo tuvo un ritmo bien diferente al segundo. Los veinticinco minutos que sucedieron al pitido inicial fueron de ida y vuelta. Con el balón, el Madrid creaba peligro cuando Özil entraba en contacto con el balón y buscaba a Cristiano o Benzema. No era sin embargo efectiva la asociación con Callejón. El canterano blanco sigue siendo voluntarioso como siempre. Se ofrece, tira desmarques y generalmente está en las zonas de influencia de las jugadas de ataque, pero no acierta. Cayó cuatro veces en fuera de juego en el primer tiempo, no estaba preparado en dos pases desde la línea de fondo atrás de Cristiano. No es, en resumidas cuentas, el Callejón del año pasado, que cuando jugaba, marcaba.
7.- El Betis buscaba generalmente el contragolpe, como se ha dicho, pero no hacía ascos en absoluto al ataque en estático, iniciado de cualquier forma por un balón tocado por Beñat. Aprovechó la profundidad de sus bandas, ocupadas arriba por dos hombres que tienden a irse hacia dentro, dejando espacio a la subida de los laterales. Muy peligroso fue en especial Álex Martínez, que también cumplió con su labor en defensa. En ese engranaje había una pieza que no estaba funcionando del todo. Nosa actuó detrás de Rubén Castro, pero le costó aparecer, el juego por su zona fue escaso. Entre Modrić y, en especial, Casemiro, lo ocultaron hasta el ostracismo.
8.- Mel lo vio y lo sacó del campo tras el descanso. Se la jugó con un órdago a la grande y estuvo a punto de triunfar con sus cuatro reyes arriba. Puso en el campo a Jorge Molina y completó el póker de delanteros. El problema es que no hay ninguna ley en el fútbol que asegure marcar más goles con más atacantes en el campo. De hecho, el Real Betis fue menos peligroso en el segundo tiempo que en el primero. Las actuaciones de Varane y Nacho (improvisados laterales por la lesión de Marcelo, que mandó al canterano a la izquierda y al francés a la derecha) fueron soberbias hasta el punto de anular a Campbell y hacer intrascendente la entrada en el campo de Vadillo.
9.- El técnico bético quería hacer el campo estrecho al Madrid y subió la línea defensiva, arriesgándose a sufrir a su espalda. Mientras que a Callejón lo llevaron por la calle de la amargura, los otros tres atacantes madridistas estaban más cómodos. Cristiano estuvo muy asociativo. De hecho, en varias acciones en las inmediaciones de la portería de Adrián pudo disparar pero siempre buscó el pase. Bueno, menos una, que probó con la zurda y la mandó al poste. El portugués, habilitado por Özil, asistió a Benzema, que esta vez la quiso para sí en lugar de asistir a Özil. 2-0 y partido muy cuesta arriba para el Betis.
10.- Con menos agresividad que en el primer tiempo, el Betis parecía muerto en el segundo tiempo tras doblarse su desventaja. El Madrid cambió entonces el estilo y volvió al de siempre. Su rival ya no le cedía el balón y se encerró atrás para buscar el contragolpe. Así marcó Benzema. Pero curiosamente el gol del Betis llegó en un contraataque en el que apenas había tres hombres del Madrid para defender a otros tantos del Betis. Nacho no podía hacer otra cosa que tirarse al suelo y rezar por tocar el balón para evitar el gol de Rubén Castro. Tocó pie y Molina transformó el penalti.
y 11.- Quedaban veinte minutos por delante que podían hacerse molto lunghi para el Madrid. Ahí apareció Özil para calmar el ambiente, hacer correr el reloj y acabar de matar el partido cuando éste agonizaba. Lo peor para el Madrid, el desgarro de Marcelo y el susto de Modrić.
– Real Madrid-Real Betis (Liga BBVA, 32ª jornada). 20-abril-2013. Estadio Santiago Bernabéu. 3-1 (Özil, Benzema, Molina, Özil).
* Jesús Garrido es periodista.
– Foto: Víctor Carretero (Real Madrid)
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