1.- Ninguno de los dos quería hacer al Barcelona campeón de liga esta noche. Ambos equipos son los máximos rivales históricos de los culés en España y para ellos ver fiesta en la zona blaugrana de la ciudad condal es poco menos que desagradable. Pero claro, cada uno también tenía sus propios intereses profesionales. El Espanyol no quería que el Barça ganara esta noche, pero como es lógico ellos sí querían ganar al Madrid, para estrenar el casillero de victorias contra los blancos en Cornellà, todavía inmaculado. El Madrid, pues bueno, tenía que ganar por aquello de aparentar que le importa un poco la liga. Uno por otro y la liga para el Barça.
2.- Desde un primer momento pesó más la voluntad perica de entregar a su afición un triunfo contra el monstruo capitalino que el frío deseo merengue de seguir compitiendo por un torneo que hace tiempo que ni les va ni les viene, y más con una final dentro de seis días que sirve de maquillaje. Rotaciones en el Madrid y voluntad y ganas en el Espanyol, o lo que es lo mismo, momentánea victoria blanquiazul.
3.- Hace 19 jornadas Javier Aguirre sacó del Bernabéu un punto, o un puntazo mejor dicho. Consiguió aguantar a un Real Madrid que todavía esperaba poder engancharse a las pocas opciones reales de título que tenía. Un contragolpe y un gol a balón parado fueron sus goles. Las armas realmente no cambiaron esta noche. Sergio García seguía siendo el estilete para hacer daño a los centrales blancos a la carrera y, bueno, a balón parado cualquiera podía ser el protagonista, gracias a la benevolencia madridista al defender jugadas de ese estilo.
4.- Cualquiera de los ocho córneres de los que dispuso el Espanyol podía haber acabado en gol. En todos ellos el Real Madrid sufría su incapacidad para despejar balones que le llegan llovidos a su área, ya sean largos o cortos, al primer palo o buscando el segundo. El estilo de saque más usado por el Espanyol fue el más antiguo de todos, el peinado en el primero para un posterior remate en el segundo. No llegó el gol en el segundo toque, sino en el tercero. Falló Nacho en el despeje y llegó Stuani para remachar. Fue el único error del canterano, probablemente el defensa más seguro del Madrid en todo el partido. Héctor Moreno hendió otro golpe a pelota parada, pero se lo quitaron por supuesta falta.
5.- El otro joven de la zaga, Varane, dejó la peor noticia de toda la noche. Poco pasaba del cuarto de hora cuando se lesionó la rodilla derecha al luchar un balón con Wakaso. Parecía poca cosa, hasta que se vio la cara de dolor del francés cuando uno de los médicos del Madrid trataba de mover la articulación. Adiós al partido y probablemente a la final de Copa del Rey.
6.- A decir verdad, el Madrid no estaba jugando del todo mal, aunque muy lejos del potencial calificativo de bien. El balón era blanco, con Modric y Kaká participando mucho en el juego que oscilaba reiteradamente hacia el costado izquierdo que ocupaba Álvaro Morata. Al delantero no se le puede achacar falta de intención, ni siquiera de calidad, pero no consigue dar ese paso que le convierta en algo parecido a decisivo. Por el otro lado, Di María tendía a irse hacia el centro al no recibir pelotas en la derecha.
7.- El Madrid tenía el balón, sí, pero las ocasiones eran inexistentes. De hecho no estuvo ni cerca de crear peligro en toda la primera mitad. Higuaín, harto de no participar, aparecía por todos los frentes del ataque para ser una opción más de pase, para que el juego no se parase, atascado ante la buena colocación defensiva periquita. Alonso entró por Varane casi sin calentar y estaba tan frío como el juego que pudo desplegar en el primer acto. Cuando se activó en el segundo, ya con las piernas a su temperatura ideal, desapareció cualquier atisbo de posesión espanyolista.
8.- Curiosamente, justo cuando Xabi estaba siendo más determinante, con cambios de juego para oxigenar y pases al hueco para habilitar, Modric le arrebató una de sus especialidades: las faltas laterales colgadas al corazón del área. Eso sí, el croata la puso de dulce, directa a la cabeza de Higuaín, que tocó la pelota lo justo con toda la intención de mandarla allí donde aunque llegara a tocarla, Casilla no pudiera sacarla.
9.- Coincidió también el gol del Madrid con la reciente entrada al campo de Cristiano Ronaldo. No fue un partido excelso del portugués, más allá de un par de buenas arrancadas que asustaron a las gradas de Cornellà, pero sí generó el miedo en el Espanyol que buscaba Mourinho con el ingreso de su compatriota en el campo. Los de Aguirre dieron un par de pasos hacia atrás, comenzando su tímida presión ya en campo propio, obligando a sus delanteros a iniciar los contragolpes desde demasiado atrás, por lo que llegaban exhaustos a los dominios de Diego López.
10.- El Madrid buscaba el gol del triunfo y el Espanyol quería un punto que le sabía a gloria. Y mientras uno no conseguía encontrar el camino hacia la portería rival y el otro sentía que perdía su valioso tesoro, se fue tensando el ambiente. Tarjetas por doquier, unas más justas que otras, derivaron en una roja a Víctor Sánchez por una fuerte entrada a Higuaín cerca del final. Aunque no tocó al argentino, sí fue excesivamente fuerte, en criterio del colegiado Iglesias Villanueva.
y 11.- El campeonato liguero se ha acabado para unos y para otros. El Espanyol no ha sabido dar continuidad a la racha de resultados positivos que le llevó a firmar su permanencia hace mucho tiempo y no ha podido soñar con Europa. El Madrid lleva desde la vuelta de semifinales mirando más hacia el futuro, hacia un horizonte en el que para conseguir un objetivo harto complicado, como es la Décima, no se tenga que renunciar desde tan temprano a ganar la liga.
* Jesús Garrido es periodista.
– Foto: Antonio Villalba (Real Madrid)
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