Hay multitud de casos de deportistas que al finalizar sus carreras convierten su vida en un infierno de adicciones, malas inversiones y problemas con la justicia. No fueron capaces de asimilar que con su retirada la fama no sería la misma y, a la vez, sus ingresos caían en picado. Lo curioso de la historia que voy a explicar es que la destrucción del jugador se inició al inicio de su carrera y con escasas cinco temporadas en la élite del futbol sudafricano.
El protagonista de la historia es Lerato Chabangu, actualmente jugador de Moroka Swallows y nacido el 15 de agosto de 1985. Es un chico nacido en Tembisa, un área próxima a Johannesburgo donde acostumbran a aparecer un gran número de futbolistas con talento, al ser una zona obrera en la que los niños pasan multitud de horas enganchados a una pelota.
Durante su infancia, Chabangu se pasa el día jugando al soccer sin prestar atención a los estudios, al ser considerado por todos los entrenadores un fenómeno, siendo siempre el protagonista de los partidos que disputaba con su escuela o club. En el año 2003, con 18 años, ve cómo se cumple su sueño de firmar un contrato profesional al vincularse a la Universidad de Pretoria, equipo de la segunda división sudafricana en aquel momento. Dos temporadas en TUKS son suficientes para captar la atención de los ojeadores de los Mamelodi Sundowns, que deciden firmarlo en el 2005.
El jugador muestra un rendimiento excelente entre 2005 y 2009, aunque todos los componentes del equipo y directiva conocen sus problemas con el alcohol, a los que nadie pone solución al tratarse de un futbolista que les solucionaba los partidos. En ocasiones se presenta a las concentraciones en un estado de embriaguez evidente, con lo que debe estar en el hotel descansado sin realizar el entreno previo al partido y con una persona encargándose de recuperarlo para el encuentro. A la hora del mismo no tiene ningún problema en calzarse las botas y deslumbrar a todos con una gran actuación, ya que afortunadamente ha nacido con unas condiciones físicas y técnicas que lo hacen destacar por encima del resto.
Al finalizar el encuentro, Chabangu organiza fiestas para todos sus amigos y familiares en las que vuelve a sumergirse en una dinámica donde todo gira alrededor del alcohol y el descontrol.
A finales de la temporada 2009 surgen los problemas para Chabangu, al negarse a entrenar con Sundowns por recomendación de su agente (otro de los problemas), exigiendo una subida salarial importante y amenazando a la directiva con abandonar la entidad. Bajo esta medida de presión se esconden numerosas deudas que el jugador ha contraído por la vida de desenfreno que lleva.
Al no producirse una oferta de su agrado decide abandonar el club, sin conseguir la carta de libertad, y firmar un contrato con Supersport United, el otro gran equipo del área de Pretoria. Con ellos disputa tan solo 9 partidos, al interponer una denuncia Mamelodi Sundowns a la PSL por la situación contractual del jugador al tener este contrato en vigor con ellos por lo que al final del año 2009, y después de 4 meses en Supersport United, vuelve a unirse a la disciplina de los Brazilians. Los actos de indisciplina se suceden durante una temporada, donde las lesiones y los excesos le permiten jugar dos partidos decidiendo abandonar el fútbol al finalizar la temporada 2010, a punto de cumplir 25 años.
Todos aquellos amigos que le acompañaban en sus juergas lo abandonan y su vida se convierte en un infierno. El futbolista se encuentra sin trabajo y con una lesión que requiere una rehabilitación que no se puede costear, impidiéndole realizar pruebas para demostrar que puede seguir compitiendo al más alto nivel. El abandono de los estudios a los 14 años tampoco le ayuda a encontrar ningún otro empleo, ya que lo único que es capaz de hacer y que siempre ha hecho es darle patadas a un balón.
Cuando todo parece perdido para Chabangu, una nueva oportunidad se cruza en su camino. Gordon Igesund, entrenador que coincidió con el futbolista en Sundowns y que se encontraba a cargo de la dirección deportiva de Moroka Swallows en aquel momento, decide ponerse en contacto con su agente e informarle de que estaría interesado en invitarle a realizar la pretemporada con ellos. El jugador acepta la propuesta e inicia los entrenamientos con los Swallows. Igesund le informa de lo que quiere de él y que estará entrenando con el equipo siempre que sea capaz de abandonar todas las adicciones que le acompañan.
Gordon Igesund apuesta por él y una semana es suficiente para que el jugador lo decepcione al no presentarse a los entrenamientos programados. Pese a ello, el actual seleccionador de los Bafana Bafana no se rinde y decide ir a buscarlo a su casa donde encuentra al jugador en un estado lamentable, y junto a sus padres deciden ingresarlo en un centro de rehabilitación al que debe asistir a diario si quiere continuar con su carrera deportiva.
Pasan las semanas y Chabangu muestra claros síntomas de mejoría, por lo que deciden hacerle un contrato con el primer equipo. Éste demuestra en entrenamientos y partidos su implicación y sacrificio por salir del agujero en el que se había metido.
La temporada 2011-2012 la finaliza como uno de los jugadores más destacados del equipo, que termina en la segunda posición. La nueva campaña demuestra que su estado de forma es mejor que en al anterior, consiguiendo la MTN 8 (Copa sudafricana) con los Swallows en la final disputada en Johannesburgo contra Supersport United. Acompaña su recuperación y buen rendimiento con la llamada de la selección para los amistosos contra Brasil y Mozambique.
Esta es la historia de Lerato Chabangu, un jugador con unas condiciones excelentes para practicar este deporte, pero al que las malas influencias, las adicciones y la falta de autocontrol le pusieron al filo del abismo. Por suerte para él, apareció una segunda oportunidad a la que ha sido capaz de engancharse cuando todo parecía perdido.
* Enrique Durán es Director Técnico de fútbol base de los Mamelodi Sundowns de Sudáfrica. Anteriormente fue Coordinador de la FCB Escola.
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