Una peligrosa indefinición

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Una peligrosa indefinición

por ALBERTO LOPEZ FRAU el 24 enero, 2015 • 20:03

1.- El Real Madrid tiene un problema de juego evidente desde finales del mes de noviembre. Esta temporada maneja un registro más, pero eso no quiere decir que lo domine. Con el balón ha tenido partidos magníficos. Es justo decir que en su mejor versión del curso 2014-15, con Modric e Isco en el once, alcanzó momentos brillantes en el juego de posesión, pero todo necesita un tiempo.

2.- Un cúmulo de circunstancias ha puesto en duda varias certezas. Es imposible ser tajante en el análisis, pero parece que que el equipo no tenía tan asimilado como parece su juego con la posesión del balón. Hoy el Córdoba supo explotar de maravilla las debilidades del Madrid. El mediocampo de los de Ancelotti fue una estación de paso y el Córdoba, juntando las líneas y buscando la espalda de los laterales al contragolpe, le causó muchos problemas.

3.- De inicio, Djukic alineó a Bebe en la derecha y a Ghilas en la izquierda muy abiertos. La idea era replegar y buscarles en largo para castigar la espalda de los laterales del Madrid, especialmente de Marcelo. El gol a favor del Córdoba en el minuto 2, de penalti transformado por Ghilas por mano de Sergio Ramos, facilitó a los de Djukic plasmar su planteamiento sobre la hierba del Arcángel.

4.- El Madrid, sin Isco y desprovisto de Modric desde hace tiempo, careció de destreza para jugar entre líneas. Solo Benzema se empeñó en fortalecer el juego colectivo de los de Ancelotti. Empató el partido en un control con cierta fortuna dentro del área, pero ya no es casualidad que marque ese tipo de goles. En el Lyon se hinchó a marcar goles de ese tipo. En el Madrid comienza a hacerlo.

5.- Al Córdoba le faltó puntería en sus centros laterales para plasmar en goles el daño que le estaba haciendo al Madrid lastimando sus costados, especialmente el de Marcelo. Ancelotti buscó soluciones en la segunda parte y metió a Illarramendi por Khedira. El Madrid necesitaba más manejo de balón, pero no pudo en ningún momento imponerse en el partido pegajoso que le planteó el Córdoba.

6.- El paso de los minutos invitaba a pensar en un empate al final del encuentro. El Madrid dio entrada a Jesé por James con una idea clara de verticalizar el juego en los últimos 30 metros, pero no tenía facilidad para que la pelota llegase con relativa ventaja a la gente de arriba.

7.- Kroos naufragaba una y otra vez en mediocampo. En parte por una posible fatiga, pero también por un Khedira muy bajo físicamente y un James que, hoy sin Isco, estaba obligado a mirar más la portería contraria que a la propia. El mediocentro alemán tampoco tenía fácil ser el encargado de dar el equilibrio a su equipo.

8.- El tramo final estaba más para el segundo gol del Córdoba que para el del Madrid. Cristiano lleva un tiempo ansioso, participando poco de las acciones colectivas e intentando imponer sus exuberantes condiciones individuales, pero lejos de su mejor momento físico y futbolístico. En una refriega con Crespo agredió al central del Córdoba y fue expulsado. Eso le puede pasar a cualquier jugador. Su gesto posterior acariciando el escudo que lleva el Madrid por ganar el Mundial de clubes es soberbio e impresentable, y ningún jugador se lo debe permitir.

9.- Cristiano parece un sufridor más de un falso estado de euforia que se instaló en el Madrid en el pasado mes de diciembre. Una mano de Fede Cartabia le supuso la segunda tarjeta amarilla y fue castigada con penalti por el árbitro. Bale lo transformó en el 1-2 y le dio al Madrid tres puntos que tienen su peso en oro al final del campeonato.

10.- El problema para el Madrid sería quedarse con el resultado. Con la vuelta de Modric y con Isco en el once mejorará la capacidad ofensiva del equipo y el equilibrio con balón. Pero ese aspecto solo es uno más a la hora de controlar el juego.

y 11.- El problema es que da la sensación de que el Madrid está atascado desde el pasado mes de noviembre y no lo quiere asumir, amparado en un merecido título de campeón del mundo de clubes y un atisbo de dominio de un nuevo registro de juego. Es evidente que tiene la posibilidad de ser un equipo más completo, por momentos lo ha sido, pero aún no lo ha interiorizado lo suficiente para decir que lo controla. Está a tiempo de todo, pero ahora mismo lo que predomina es una peligrosa indefinición.