La zona norte de Londres asiste esta temporada a una lucha de sus dos equipos por el título de Premier League. Tanto Arsenal como Tottenham se han acostumbrado estos últimos años a luchar por la clasificación para las competiciones europeas y pocas veces se han permitido mirar más alto. Pero el declive de los equipos más potentes de la competición ha facilitado las cosas para estar en la lucha por el título más deseado por todo club inglés. Sin embargo, ninguno esperaba que el Leicester City, elemento sorpresa, ocupara la primera posición en estas fechas y se mantuviera firme y decidido hacia un título utópico. El Tottenham ansía un trofeo que aún no tiene en sus vitrinas en el formato Premier League. Este es el momento de asaltar la primera posición. Pocas oportunidades así se presentan para un club, en teoría, del segundo escalón inglés.
Desde la temporada 2012-2013, el Tottenham se ha mantenido entre las diez primeras posiciones de la tabla, siempre siendo un gran animador del campeonato, pero sin llegar a destacar demasiado en la competición doméstica. El objetivo deseado siempre fue volver a la Champions League, pero el rendimiento del equipo era insuficiente como para llegar a clasificarse para la gran competición europea. El equipo del norte de Londres se debía conformar con disputar la Europa League en la mayoría de las ocasiones.
La temporada 2012-2013 estuvo marcada por la llegada de Villas-Boas al banquillo de White Hart Line tras su frustrada aventura en el Chelsea. En lo que se refiere al rendimiento en la competición doméstica, el equipo londinense estuvo sobresaliente. Su plantilla no le permitía competir con los clubes punteros de la competición, pero logró terminar en quinto puesto por debajo de United, City, Chelsea y Arsenal. Esa posición en la tabla le valió para batir el record de puntuación del club. Las demás competiciones solo dejaron decepciones: en Europa League cayó en octavos de final ante el Basilea y en la FA Cup perdió a las primeras de cambio ante el Leeds United. La plantilla mantenía a los jugadores que habían sido importantes años atrás, como Bale, Dawson, Lennon, Sandro, Parker o Dempsey.
El primer año le valió a Villas-Boas para ganarse el crédito ante toda la afición Spurs, pero esa credibilidad se perdió realmente rápido nada más comenzar su segunda temporada al cargo del equipo. El Tottenham comenzó con buen pie y encadenó victorias con derrotas que entraban dentro de toda lógica. Hasta que el West Ham asaltó White Hart Line con un 0-3 que dolió demasiado. A partir de ahí el equipo cayó ante el Newcastle en casa y ante el Manchester City en el Etihad (6-0). Derrotas demasiado dolorosas para un equipo que buscaba desesperado las plazas Champions. La gota que colmó el vaso fue el 0-5 que recibió en casa ante el Liverpool. Esa derrota significó el adiós de Villas-Boas. Tim Sherwood lo sustituyó, pero el equipo no consiguió el rendimiento que se esperaba a principio de la temporada. Los resultados fueron muy dispares, con rachas de varios partidos sin ganar alternadas con otras en las que las victorias llegaban sin parar. Eso le valió para mantenerse en la sexta posición, con un rendimiento muy similar al del año anterior.
La temporada siguiente, la plantilla del Tottenhan sufrió un lavado de imagen. Los jugadores más veteranos del equipo en las pasadas campañas fueron sustituidos por savia nueva que aportara hambre a una plantilla que necesitaba dar un salto más para pelear por cotas más altas. Dawson, Naughton, Paulinho, Lennon y compañía dejaron sitio a jugadores jóvenes y ya contrastados como Dier, Fazio, Mason, Chadli, Lamela, Bentaleb o Kane. La cosa no se quedó ahí, ya que en el banquillo también hubo variación. El rendimiento del equipo con Sherwood no fue suficiente y fue sustituido por Mauricio Pochettino. El equipo no fue convincente en la primera mitad de la temporada, pero esta vez se fue paciente con el técnico argentino. El conjunto del norte de Londres acabó remontando el vuelo y finalizó la temporada de forma regular en el quinto puesto.
En la presente temporada, el equipo ha experimentado el salto que se venía esperando desde hace dos cursos. Está compitiendo con los clubes punteros de la competición aprovechando el mal momento deportivo por el que pasan algunos de ellos. Contra todo pronóstico, el Tottenham se encuentra en la segunda posición de la tabla a cinco puntos del primer clasificado. Casi nadie habría apostado que los spurs ocuparían esa posición a estas alturas de la competición, pero completamente nadie se habría jugado el dinero apostando que su rival más inmediato por el título iba a ser el Leicester City. Cosas del destino.
La portería del Tottenham está custodiada, sin oposición, por el francés Hugo Lloris. Cuando llegó al club londinense le costó adaptarse a una competición como la Premier y no fue indiscutible desde el comienzo de la temporada. Poco a poco ha ido demostrando ser uno de los líderes del vestuario (se ha convertido en el capitán del equipo inglés). Su frialdad bajo los palos y sus buenos reflejos le han dado muchos puntos a los suyos. Además, posee una gran visión de juego y es capaz de ordenar a su defensa con rigor, lo que se traduce en una gran seguridad para los suyos.
La posición que actualmente ocupa el Tottenham en la tabla no es fruto de la suerte. Entre otros muchos factores, uno de los más destacables es el gran nivel defensivo que ha mostrado hasta la fecha. Podemos nombrar algunos nombres importantes en la zaga del equipo inglés, pero por encima de todo sobresale el del exjugador del Atlético de Madrid Toby Alderweireld. El central belga se ha convertido en el líder de la línea defensiva por su gran capacidad para hacer salir a los suyos y su habilidad a la hora de anticiparse. Su carácter le ha convertido en uno de los hombres clave en el rendimiento del equipo. Las demás posiciones defensivas las ocupan los laterales Walker y Rose y el otro central belga, Vertonghen. Sin embargo, Pochettino ha dado muestras de confiar mucho en los teóricos defensores suplentes. Así se puede conformar un conglomerado de jugadores defensivos que están preparados para casi cualquier situación de partido. Trippier, Davies o Wimmer son laterales y centrales de garantías para suplir a los teóricos titulares.
En condiciones normales, el esquema utilizado por Pochettino se basa en un 4-2-3-1. El doble pivote que más veces hemos visto sobre el campo y que mejor rendimiento ha dado es el formado por Dier y Dembelé. Los dos forman una pareja que se complementa a las mil maravillas. Mientras que el inglés realiza labores más tácticas y posicionales para ayudar en la salida de balón, el belga posee una mayor llegada desde atrás y mayor presencia atacante. Bentaleb y Mason son sustitutos de garantías para los dos titulares mencionados. El eje de todo el juego ofensivo de los Spurs no está en la delantera, sino en la línea de tres cuartos. Es en esa zona del campo donde se juntan las mejores individualidades del equipo. Eriksen, Lamela y Dele Alli son los que mejor combinan en esa demarcación, los líderes del juego ofensivo del club del norte de Londres. El fichaje de Son, exjugador del Bayer Leverkusen, añade otro jugador de gran calidad que puede ocupar cualquiera de las tres posiciones de la zona de tres cuartos. Además de los anteriores, encontramos a Chadli, que ha perdido algo de peso en el equipo con respecto a anteriores temporadas, pero que sigue contando con minutos.
La posición de punta de lanza en el Tottenham tiene nombre y apellidos: Harry Kane. El delantero inglés parece estar pasando algo más desapercibido esta temporada, pero sus números indican lo contrario. La anterior campaña fue la de su irrupción a nivel internacional, y se puede entender el escándalo mediático que provocó. Sin embargo, esta temporada, más alejado de los focos, está trabajando y mejorando a partes iguales. Su contribución goleadora es otro de los argumentos clave para explicar la posición del Tottenham en la clasificación. Se beneficia de la gran calidad de los pasadores y lleva ya 19 goles en 30 partidos de Premier League, empatado en la primera posición de la tabla goleadora con Jamie Vardy.
* Christian Sánchez.
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