En las 116 ediciones de la maratón de Boston disputadas hasta hoy habían fallecido dos personas: se trataban de un atleta sueco de 62 años que falleció en 1996 de un ataque al corazón y de una joven de 28 años que pereció en 2002 a causa de hiponatremia, un trastorno hidroelectrolítico. Durante los primeros 100 años la carrera no había sufrido ni una sola victima, pero en el Centenario la organización abrió la mano por primera vez a una participación masiva y, como trágica coincidencia, ese año se produjo la primera víctima de la maratón bostoniana.
En la edición de este año, la 117ª, ese número se ha visto multiplicado a causa de la barbarie terrorista que atentó contra el evento. El documental «Spirit of marathon” empieza con la frase de que las pruebas de maratón son el mayor acontecimiento pacífico de una comunidad en toda la historia de la humanidad. Solo en Estados Unidos la maratón congrega a 485.000 personas cada año y esa cifra se multiplica por cuatro si hablamos de pruebas de media maratón. Después de lo acontecido en Boston ha dejado de ser un acontecimiento pacífico.
Un elemento sorprendente es que lo acontecido hoy fue predicho, de manera novelada, hace una década por Tom Lonergan en su obra “Heartbreak Hill”. El libro toma su título de la parte más dura y mítica de la maratón de Boston: Heartbreak Hill son varias subidas situadas entre el kilómetro 32 y 34 y que suelen ser decisivas para el desenlace de la carrera. Tanto para los atletas de élite como para los populares es un momento crítico ya que es en pleno “muro”, lo que provoca que en caso de no llegar en buenas condiciones puedas acabar completamente vacío. El libro es un thrilller que se sitúa en el domingo 28 de octubre de 2001, seis semanas después del ataque terrorista contra el World Trade Center. En la ficción, el periódico The Boston Globe recibía una llamada de amenaza de Rocky Suhayda, presidente del Partido Nazi Americano. Lo que estaba en la imaginación de un escritor se convertido hoy en trágica realidad.
El libro se puede descargar aquí
En USA siempre se percibieron las maratones como un lugar ideal para un ataque terrorista, al congregarse multitud de personas en 42 kilómetros de recorrido. Pero siempre se pensó que Nueva York era el potencial objetivo terrorista, dado el recuerdo permanente al atentado a las Torres Gemelas. La maratón de 2001 se disputó solo dos meses después de dicho atentado, lo que hizo que se extremaran las medidas de seguridad hasta límites insospechados, llegando a suspender los vuelos sobre el espacio aéreo de la ciudad durante la disputa de la maratón. La salida sobre el puente de Verrazano, siempre espectacular, se consideró por los responsables de seguridad como un punto crítico, llegándose incluso a valorar la posibilidad de variar el lugar de la salida de Nueva York.
Como comentábamos en la previa a la maratón, Boston es más que una maratón. Es la más antigua del calendario y es la referencia de cualquier maratoniano. Los atletas más populares pueden soñar con Londres, Berlín o Nueva York, pero los atletas de cierto nivel y conocedores de la historia optan por Boston. No es una maratón para hacer marca; los estadísticos de ARRS calculan que la pérdida potencial en Boston con respecto a una prueba normal es de 91 segundos, un tiempo que se incrementa a 2:52 si lo comparamos con la maratón de Berlín.
Para participar se exige tener marca mínima, algo que no acontece en ninguna de las las otras grandes maratones. Los espectadores potenciales de la maratón suelen ser más de medio millón de personas y es el segundo evento deportivo, de un día, más importante de USA, solo superado por la Super Bowl. El día de celebración de la maratón de Boston siempre es el Patriots Day, tercer lunes del mes de abril. Día festivo en el estado de Massachusetts.
Además siempre nos depara imágenes gratificantes. La más recurrida es el paso de los atletas por la media maratón que coincide con el emplazamiento del Wesllesley College. Se trata de una de las instituciones universitarias, estrictamente femenina, de más prestigio de Estados Unidos y que tuvo entre sus ilustres alumnas a Hillary Clinton. Al paso de los atletas, esta Universidad detiene las clases y las alumnas se lanzan a la calle con carteles pidiendo besos de los atletas.
Estas imágenes bucólicas se cambian este año por la sangre de los heridos y la desolación.
No es la primera vez que se atenta contra una maratón. En 2008 se produjo un ataque con bomba en la salida de la maratón de Colombo (Sri Lanka) que segó la vida de al menos 12 corredores y un ministro que estaba a punto de dar la salida, provocando también más de 90 heridos. Entre los asesinados estaba el atleta olímpico en Barcelona’92 K.A. Karunaratne (ganó el oro en el 10.000 y maratón de los Juegos del Sudeste asiático en 1991 y la maratón en 1993. En el momento de producirse el atentado ejercía como entrenador nacional). Aquel atentado fue atribuido a los tamiles, población que originariamente no era de Sri Lanka, sino que procedía de la India, del estado Tamil. Fueron trasladados por los ingleses a Sri Lanka, en época colonial, para trabajar en la construcción del ferrocarril y ahora reclaman la independencia.
También hemos vivido ataques al movimiento olímpico: en la memoria de todos está la masacre en Munich’72 y las bombas en Atlanta’96.
Está por ver la repercusión que este mortífero atentado de Boston pueda tener en el resto de maratones mundiales, pero todo hace presagiar que puedan cambiar muchas cosas. Hasta ahora, las medidas de seguridad en las grandes maratones eran, básicamente, previas a la prueba. Los perros peinaban la zona y, a continuación, se abría paso a los espectadores y atletas. La primera prueba de fuego será la maratón de Londres este próximo domingo. El Reino Unido siempre se encuentra en el ojo del huracán ante posibles atentados terroristas, lo que ha llevado a acrecentar las medidas de seguridad para la maratón del día 21. Unas horas más tarde del atentado en Boston se anunciaba en la capital británica un nuevo plan se seguridad. En Londres participarán 37.500 atletas y los espectadores directos suelen superar el medio millón.
Hoy han ganado la prueba Desisa y Jeptoo, aunque esto tiene poca importancia en un día tan trágico.
* Óscar Fernández Villar.
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