Una mezcla para agitar
Tras vivir una época inolvidable a nivel deportivo, con un protagonismo no tan alejado de los clubes que han dominado históricamente la liga, con subcampeonato liguero y las semifinales de Champions League y Europa League en ese camino, el Villarreal C. F. sigue su proceso de readaptación a la nueva realidad económica en la que vive el fútbol español.
Porque aunque siguen moviéndose cantidades astronómicas en torno a este deporte, son muchos los clubes que utilizan otros elementos para confeccionar sus equipos. Evidentemente el factor monetario sigue estando presente, pero pesa tanto como el ingenio, la astucia, la paciencia, la discreción, el manejo de los tiempos, el control del mercado y la realización de apuestas, en más de un caso, arriesgadas.
Por tanto, no es de extrañar los movimientos realizados hasta la fecha por el Villarreal, basándose en la idea que transmite el presidente Fernando Roig desde hace cinco temporadas: no gastar un euro más de lo que se dispone en caja. Si hay que realizar algún desembolso más alto, que sea en futbolistas puntuales por los que hay que sacar el talonario. Para el resto, recurrir a agentes libres, solicitar cesiones y comprar parte de la propiedad de algún diamante por pulir.
Todo ello siguiendo las directrices que marca el técnico, Marcelino García Toral, en consenso con la dirección deportiva, que coordina Antonio Cordón, y contando siempre con el visto bueno final del consejero delegado, Fernando Roig Negueroles. El preparador asturiano elaboró una lista con algunos nombres sobre las demarcaciones que necesitaban ser reforzadas. En algunos casos se ha accedido a la opción número uno; en otros, no. Cuando se apunta alto, hay muchos ‘cazadores’ preparados, y acertar (llegar a tiempo) siempre no es factible.
Marcelino detectó qué le pasó al equipo en la segunda vuelta, donde en una fase de la misma, el juego y, como consecuencia, los resultados no fueron idénticos a los obtenidos en la primera parte del campeonato. La cantidad de lesiones que se acumularon en la parcela defensiva, gran parte de las mismas de carácter traumático, no muscular, y la larga ausencia de Cani explicaron en parte esa irregularidad. Sin embargo, no fueron las únicas causas.
Por ello, los fichajes cerrados y los jugadores que restan por llegar lo hacen con el propósito de agitar un equipo bastante joven, aunque no carente de experiencia, que requiere de nuevas piezas que aumenten la competitividad. Es decir, que el fondo de armario sea más amplio y el técnico no reduzca el reparto de minutos entre catorce o quince jugadores, sino en veinte, pues se suma la opción de jugar la Europa League si, como se desea, se supera la última fase previa.
En ese propósito de agitar, la mezcla es perfecta, por variedad de perfiles, edades y condiciones de llegada. Así, tras su gran año a préstamo por el Atlético de Madrid, Sergio Asenjo ha pasado a ser propiedad del club amarillo. Sus años de calvario encadenando dos lesiones en la rodilla han quedado atrás y, como les sucedió a Palop, Reina o Diego López, el Villarreal se ha confirmado como un club ideal para relanzar la carrera de un jugador que llegó entre dudas y ha otorgado unos rendimientos excelsos.
Rukavina, como agente libre, proporcionará físico, altura, experiencia, profundidad y competencia en el lateral derecho a un Mario Gaspar que cada año crece y, ahora sí, oposita claramente para llegar a ser internacional absoluto pese a la amplia nómina de nombres con los que compite.
Jonathan dos Santos, Javi Espinosa y Cheryshev, este último en calidad de cedido, son la nota de calidad, juventud y hambre necesaria en cualquier grupo. Un trío de jugadores que sin gozar de protagonismo en los primeros equipos del F. C. Barcelona y el Real Madrid deben exhibir desparpajo, irreverencia y ganas de derribar puertas para convertirse en realidades.
El dinamismo de los exazulgrana puede ayudar en la creatividad, para afrontar encuentros donde haya que llevar el peso del juego, uno de los problemas que no supo siempre resolver en la pasada campaña. El ruso, tras un paso por el Sevilla donde las lesiones le lastraron, dará un plus con su velocidad en la zona de tres cuartos y el ataque.
Mientras, y a la espera de las llegadas de un defensa central y, posiblemente, un volante y otro delantero, Gerard Moreno y Luciano Vietto, dos jugadores sin pelos en la barbilla, acompañarán a Uche y Giovani dos Santos en la suma de goles. Moreno regresa tras un año en Mallorca donde fue el máximo goleador, y espera ganarse un puesto en la plantilla. Vietto es la apuesta arriesgada de este mercado, pues el presente y futuro es suyo. En Racing Club bien lo saben, y aunque no es oficial su fichaje, se confirmará en breve. Su talento en la punta de ataque puede mezclar muy bien tanto con el mexicano como con el nigeriano.
Por ahora, han causado baja respecto a la plantilla de hace un año Farinós (retirado), Óliver Torres (regresó al Atlético de Madrid, que lo ha cedido al Porto), Joan Román (ha regresado al F. C. Barcelona B), Pantic (cedido al Córdoba, recién ascendido, por una campaña) y se traspasó a Perbet (Istambul Basaksehir) por una cantidad próxima a la que se pagó al Mons belga cuando llegó en diciembre de 2012.
Se esperan más bajas, con Jonathan de Guzmán como el candidato fijo a marcharse traspasado tras dos cesiones al Swansea, y algún secundario (Aquino, Jonathan Pereira, Espinosa y los canteranos Íñiguez y Moi) entre los demás acompañantes en la puerta de salida. La marcha de cualquiera de los puntales de la plantilla (Musacchio, Bruno, Cani o Gio dos Santos) sería posible si llegasen ofertas irrechazables. En este caso, con dinero fresco, según quién sea el futbolista traspasado, se reemplazaría por alguien de fuste para esa demarcación. Un esfuerzo que será necesario, porque para competir en tres frentes y no sufrir en la liga, la mezcla agitada debe convertirse en un cóctel casi perfecto.
* Pablo Beltran es periodista.
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