El sueño se acabó de la manera más cruel, más dolorosa y que más daño hace. Un 3-1 incontestable, con un sometimiento aplastante de Noruega de principio a fin y con muchas reflexiones para al futuro. La Eurocopa deja un gran sabor de boca porque con pocos recursos estas jugadoras se han ido ganando lo conseguido con un enorme trabajo. Pero también nos deja reflexiones sobre la gestión y dirección del equipo que el partido de hoy lo ha reafirmado. De más a menos en la Euro, hay base y calidad, las primeras piedras están puestas, pero ahora hay que moldearlo, trabajarlo y gestionar desde fuera las enormes virtudes que tiene el fútbol femenino español.
El choque ha dejado la sensación de una España impotente ante una Noruega que se ha convertido en un gigante en el campo y ha dominado todos los aspectos desde que comenzó. La vuelta de Nagore con Meseguer, repitiendo errores del día de Inglaterra en el centro del campo, la ausencia de Sandra Vilanova, Sonia o Vicky, o acabando con Vero jugando de pivote. Demasiadas preguntas en el aire que desde fuera Quereda no ha sabido resolver. Cometiendo errores de gestión como en la agónica eliminatoria contra Escocia.
España comenzó con buena circulación de balón y Noruega esperaba muy atrás, como le gusta a ellas. Un equipo nórdico hecho y construido para defender. No le importa ceder el balón al contrario, porque se siente tan cómodo sin él que ni lo necesita. Sabe de su poder defensivo, su principal arma, teje una telaraña que atrae al rival y lo mete en su juego. Noruega fue creciendo poco a poco y España se contagió de su fútbol. Noruega tejía la araña, España caía y el partido entraba en la cueva que nadie quería.
Noruega daba pasos hacia delante. Cargando continuamente sobre Hegerberg, saliendo Hansen y Hegland desde fuera como balas y trayendo en jaque a Marta Torrejón e Eli Ibarra por fuera. Hegerberg era un martirio para Irene y Ruth porque por arriba lo peleaba absolutamente todo y dejaba de cara a Stensland y Gulbrandsen, que se apoderaron de la segunda línea.
Las dos interiores noruegas se hicieron con el centro del campo. Detrás tenían a su guardaespaldas Isaksen para atajar el peligro si éste se producía. Stensland y Gulbrandsen superaban a Nagore y Meseguer una y otra vez. Mayor poderío físico, mayor oficio y la condena comenzaba a ser dura. Noruega, recordando al planteamiento defensivo del Chelsea ante el Barça, arriba tenía una aguja que daba punzadas cada vez que llegaba. Todos los ataques se acababan, no había otra premisa.
Hegerberg avisó en otro balón aéreo. Fijaba muy bien a Irene y Ruth y permitía que Gulbrandsen y Stensland llegaran libres desde la segunda línea. Nagore estaba totalmente superada, como el día de Inglaterra. Y el martirio comenzó a sentirse en goles. Si Noruega le sacó máximo rédito a sus goles, tres en la primera fase y siete puntos, hoy no ha sido una excepción. Nueva punzada de Hansen, que puso el balón con veneno para que Gulbrandsen la tocara ligeramente y el balón entrara. La peor noticia posible era que Noruega se adelantara en el marcador.
El equipo de Even Pellerud, con el marcador a favor, se siente en su salsa. Como más le gusta. Se fortalece defensivamente, mentalmente sigue creciendo y a su rival la va mermando, la sigue atrayendo y metiendo en su embudo para después asestarle el zarpazo definitivo en ataque. Hegerberg traía en jaque a la defensa, lo ganaba todo por arriba. Ha sido un martirio para la zaga española.
El gol fue como una losa para España. Un muro mental insuperable que se fue haciendo cada vez mayor hasta llegar a ser una cordillera al final del choque. Demasiados errores en la salida de balón, siempre cayendo por dentro, donde Noruega ganaba en número y se sentía más cómodo. Por fuera, nada. Si Adriana y Alexia juegan a banda cambiada, no hay otro remedio que caer en el embudo. La telaraña Noruega era casa vez más grande y Vero estaba desconectada jugando en una posición que nos hace reflexionar porque es tener desconectada a la killer del equipo.
Las dudas y los nervios se apoderaban de una España que no encontraba la manera de hacer daño ante una Noruega muy cómoda. Recuperación y cargar sobre Hegerberg, la receta era tan clara que con el 1-0 a favor aún fortalecían más esta vía. Una falta lateral al final del primer tiempo fue la muerte definitiva. Los nervios y las dudas de los que hablamos acabaron con el trágico gol de Irene en propia puerta. Falta de comunicación con Ainhoa y la pelota acabó dentro haciendo un daño mortífero. La losa que acabó por matar el partido y dejar a España sin oxígeno alguno.
La segunda parte es de donde hay que sacar la reflexión. La gestión, la dirección, los cambios, etc. Decisiones difíciles de digerir, poco entendibles y con una España que estaba fuera del choque. Desorden táctico, daño mental del primer tiempo terrible y reacción nula desde el banquillo. Sin cambios al inicio, después sacando a la central más rápida como Ruth para cerrar con tres, justo cuando Hegerberg redondeó su partidazo con un mayúsculo golazo. Recibió de espaldas, se dio la vuelta y la clavó donde Ainhoa no podía llegar.
Tras este gol el partido murió. No hubo nada más. España estaba desordenada tácticamente, fuera del choque, y Noruega disfrutaba de su partido porque lo había vuelto hacer a la perfección. Vero jugando de pivote, líneas muy distanciadas, equipo sin ningún tipo de orden y con unos minutos que iban a pasar mucha factura porque mentalmente el martirio estaba siendo muy grande. Jenni maquilló el choque con un gran gol tras una asociación con Vero Boquete.
Fue en estos minutos donde vimos y comprobamos la falta de gestión, de dirección y la nula reacción que se ha tenido. Y no solo hoy, ya ante Rusia se vio cansancio físico. La no decisión de poner a Mely, que hoy se despedía del fútbol y no ha jugado nada en toda la Eurocopa. La profundidad y sentido al juego de Vicky, que hoy no se han podido ver cuando el equipo lo necesitaba ante un rival con tal orden defensivo. La ausencia de Sonia, que era de las más destacadas en el torneo. Gestión y dirección que ha acabado pasando factura al cuadro español.
La calidad, la base que viene desde abajo, es muy buena, hay mucho futuro, las primeras piedras están puestas. Hay jugadoras de mucho talento con otras veteranas y muy contrastadas. La calidad hay que intentar explotarla y eso pasa porque haya una mejor gestión y dirección. Dentro del campo hay una calidad espectacular, ellas han hecho una Eurocopa que permite soñar a la gente que apuesta por este deporte tan minoritario en España. Las jugadoras lo han luchado hasta el final, aunque el final no ha sido el más deseado, pero siempre nos han permitido soñar. Ahora hay que ver desde fuera si la gestión se mejora y se aprende de la lección de hoy. Una lección para el futuro.
* Fran Moreno es periodista.
– Foto: Sportsfile
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