1.- El partido tiene dos análisis. Uno hasta el minuto 29, en el que el Rayo se quedó con nueve jugadores, y otro desde ahí hasta el final del encuentro. El Rayo se plantó en Chamartín como suele hacerlo ante los grandes, mirando a los ojos a su rival, decidido a ir a por él desde el primer instante. Paco Jémez diseñó un 4-2-3-1 muy atrevido desde el inicio. En la primera jugada ya fue a buscar muy arriba al Real Madrid. Esa fue su carta de presentación.
2.- El Madrid respondió de forma virulenta y con el registro que más y mejor domina desde hace muchos años: el contragolpe. Un córner a favor del Rayo concluyó en el uno a cero a favor del Real Madrid. El contragolpe fue de libro: Cristiano condujo y tocó para Kroos, el alemán progresó y habilitó a Bale, el galés hizo la pausa y esperó a Danilo, que llegaba desde atrás como el tren de Glasgow para batir con un disparo cruzado a Yoel. Un gran gol.
3.- El Rayo no se arrugó, como era de esperar, y siguió a lo suyo. Encontró petróleo por la banda derecha de su ataque, donde Marcelo estaba en inferioridad permanente por lo poco que aporta a nivel defensivo el trío de atacantes del Madrid formado por Cristiano, Bale y Benzema. Tito y Lass hacían sufrir al brasileño realizando un dos contra uno cada vez que podían, bien habilitados por Roberto Trashorras, que desde que se recicló a la posición de mediocentro juega cada día mejor, con una excelsa lectura del juego. En el minuto 10, el propio Trashorras botó un córner que el central Amaya remató a la red completamente solo de cabeza. En la primera desconexión del Madrid, el Rayo empató el partido.
4.- En la segunda, se puso por delante. La jugada llegó de nuevo por la banda derecha de su ataque. Allí apareció el lateral derecho Tito para centrar hacia Jozabed, que absolutamente solo remató de cabeza y batió a Keylor Navas. Era el 1-2 antes del minuto 15 y un justo premio para una puesta en escena extraordinaria del Rayo Vallecano en el Bernabéu. El partido se empezó a torcer para los de Paco Jémez por una torpeza de Tito, que realizó una entrada temeraria sobre Toni Kroos en mediocampo. El Rayo se quedó con diez.
5.- Pese a estar con un hombre menos, seguía estando a gusto. Escondía la pelota y el Real Madrid no era capaz de imponerse, de dar una sensación de dominio y control. El partido al Madrid le exigía ir por fuera y desgastar al rival moviendo el balón de un lado a otro, pero no era capaz de interpretarlo. En un primer momento, Jémez recompuso el equipo tres centrales: Ze Castro, Amaya y Nacho y dos carrileros, Lass y Pablo Hernández. Instantes después observó que Pablo podía sufrir ante Danilo y Bale e hizo un cambio. Quitó a Pablo Hernández y metió a Quini. Retornó a la línea de cuatro atrás con Quini, Amaya, Zé Castro y Nacho. En mediocampo, Lass, Trashorras, Baena y Jozabed, dejando arriba a Javi Guerra.
6.- En la primera jugada que el Madrid no verticalizó tanto el juego y acostó el balón sobre la banda derecha, un buen centro de Danilo encontró la cabeza de Gareth Bale, que puso el empate a dos en el marcador. Cuatro minutos después se acabó el partido. El árbitro señaló como penalti un forcejeo de Baena con Sergio Ramos dentro del área. Baena vio la segunda amarilla y Cristiano Ronaldo transformó la pena máxima colocando el tres a dos en el marcador.
7.- El Madrid no jugó bien ni contra once, ni contra diez ni contra nueve. La sensación era de poco dominio y nulo control. Kroos y Modric estaban a la misma altura y James muy arriba, el equipo transitaba mal y perdía muchos balones. El Rayo, incluso con nueve hombres, supo en algunos momentos esconderle la pelota al Real Madrid. Pese a todo, era lógico pensar que los goles irían cayendo a favor del Real Madrid, y así fue.
y 8.- Bale hizo el cuarto al filo del descanso. En el segundo acto llegaron hasta seis más, obra de Benzema, en tres ocasiones; Bale, dos goles más; y Cristiano Ronaldo, para completar un total de diez. Fue una goleada fantasma porque se produjo en un partido un tanto irreal. El Madrid no tuvo la culpa de que el Rayo se quedase con nueve, evidentemente, pero no había sido superior ni contra diez ni contra once. Sigue manejando defectos estructurales graves en el juego posicional a la hora de elaborar y a la hora replegar y defender. Le sigue salvando su pegada, el día que aparece, como hoy contra nueve, ante un Rayo que nunca perdió la dignidad en el partido.
* Alberto López Frau es periodista.
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