Fútbol 2011-2012 / Eurocopa 2012 / Selecciones
1.- La selección sacrifica algunos aspectos de su juego, se adapta a la realidad de los elementos que dispone y conquista una cota que nunca antes tuvo España: la competitividad extrema. El reflejo de todo ello se advierte en la alineación francesa: Laurent Blanc cambia su propuesta de manera estruendosa por respeto a la alineación de Vicente del Bosque. No hay síntoma mayor que este. La alineación de España genera miedo en los rivales, tanto miedo que provoca modificaciones radicales en ellos. No hay mejor elogio ni símbolo.
2.- De hecho, España atemoriza más por su alineación, por su potencial, por lo que puede hacer, que por lo que realmente hace. Ha conquistado una jerarquía emocional que descompone rivales ya antes de que suene el disparo de salida. De nuevo en semifinales de un gran torneo, la jerarquía ya no se detiene. Pronto, algún afamado delantero internacional dirá: “El fútbol es un deporte donde juegan once contra once y siempre gana España“.
3.- Sin conceder ocasiones de gol, cabrá añadir. De nuevo portería a cero en una eliminatoria directa, ocho partidos acumulados. El último gol encajado por Casillas en este tipo de enfrentamientos ya data de 2006, ante Francia en el Mundial de Alemania. Desde entonces, tránsito limpio y mayoría de encuentros cerrados en el 1-0. Incluso el de hoy da la sensación de haber terminado 1-0 aunque el marcador diga lo contrario. Y desde octavos de final del Mundial, sólo un gol encajado (el de Di Natale hace trece días).
4.- Veamos: Francia se presenta desnaturalizada, agarrada a la ‘receta Bilic‘ pero con jugadores poco acostumbrados a defenderse de este modo, con la bayoneta calada. La Francia del ‘french flair‘, la alegre cuadrilla de los jinetes ligeros (Benzema, Ribéry, Menez, Nasri) reconvertida en pesado hormigón por temor a lo que pudieran hacer los españoles, especialmente por ese costado izquierdo que se ha revestido de salida natural del equipo. Así que doble lateral derecho para frenar a Iniesta, Alonso y Alba.
5.- ¿Qué hace España ante ello? Abrir a Silva por la derecha y volcar a Iniesta hacia dentro. Sí, la izquierda continúa llevando el peso, con un imperial Xabi Alonso cargando el juego desde allí, pero ahora ya hay una salida fluida por el costado débil, pues no todo recae en Arbeloa, sino que Silva -lastimosamente, cada día más agotado- ya está allí para lo que sea menester. El resumen es que la ‘fórmula Bilic‘, a su vez imitación de Emery en el Valencia, donde juntaba a Mathieu con Alba en ocasiones, se transforma en un recurso excesivo, visto que España decide no forzar su propuesta.
6.- Para colmo, Cesc Fàbregas cayendo a bandas, haciendo que Rami y Koscielny marquen al viento, al vacío. Francia había levantado un acorazado y se encontraba con una España que picoteaba por todas partes sin detenerse en ninguna en particular. Media hora inicial de circulación rápida, saltando líneas, retrocediendo para avanzar por el costado opuesto, obligando a los galos a carreras indeseadas, una pesadilla para quien está acostumbrado a situaciones más plácidas. Benzema más que nadie maldecirá la noche estéril, despedido de la Eurocopa sin marcar un solo gol.
7.- Monumental reparto de espacios y roles entre Alonso y Busquets. Esa dupla es, en mi opinión, un problema desde 2010 si valoramos la capacidad para circular el balón, un aspecto del juego al que se ha renunciado parcialmente; pero ambos se han empeñado, con el apoyo contundente del seleccionador, en resolverlo a base de talento, escalonándose, repartiéndose los dos ejes alternativamente. Peso del juego en Xabi, peso de las coberturas para Busquets. Como si se pusieran de acuerdo instantáneamente, uno se adelanta al otro en vertical, uno se cierra cuando el otro se abre en horizontal. Mayor búsqueda de los lejanos, buena mejora.
8.- La presencia de Silva en derecha da oxígeno al potencial atasco de la izquierda. España no renuncia a su salida natural, pero lo hace con un punto menor de insistencia, con Iniesta evitando atraer tantos rivales. Lo interpreta bien, yéndose hacia dentro, rehusando penetrar hasta el fondo del embudo francés que, de pronto, comprueba su inutilidad. ¿Para eso tanto refuerzo en el costado? ¿Para que Iniesta no aparezca por ahí?
9.- A base de ver como España empieza en izquierda y abre a derecha, Francia se traga el anzuelo y llega el golpe. Traslada Xabi su campamento a esa zona, retrocede Iniesta y cuando Révellière y Debuchy creen que el balón huirá de su zona, caramelo al hueco y sprint de Jordi Alba. El resto es un centro milimetrado y la llegada esplendorosa del iniciador del movimiento, Xabi Alonso, crecido, majestuoso, certero y seguro de sí mismo, cabezazo de especialista, Francia a la lona.
10.- Lo peor para el equipo de Blanc no es encajar el gol, sino la zona por la que llega: precisamente por la que había reforzado, por la que había sacrificado toda su personalidad. Un equipo sin profundidad como el español, logra quebrar el plan francés a partir de sus tres hombres más profundos, Alonso, Iniesta y Alba, los tres a los que el rival quería anular.
11.- Monumental ejercicio de inteligencia tactica de los centrocampistas, con Silva e Iniesta controlando el tempo de sus acciones, llegando en el moment exacto, sin precipitarse, protagonistas de la pausa, tan o más imprescindible que la velocidad, Silva hacia delante, Iniesta retrasándose en vez de seguir atrayendo hacia arriba, factor bastante diferencial. Busquets cubre y barre, lo que libera a Xabi para protagonizar un partido mayúsculo, en tanto Xavi continúa en estado menor, salvando con su visión posicional lo que no le alcanza con el físico.
12.- Mejoras en la recuperación de balón. No es una presión agresiva ni despiadada, pero sí continua, constante, incluso profunda en ocasiones vía Cesc, Xabi y Xavi. Esas recuperaciones terminan de matar a Francia, que se pasa la noche sin balón. Literalmente sin balón. Secuestro del cuero, podría titularse la película. ¿Para qué sirve la posesión?, se pregunta bastante gente. Cuando buscas abrir el marcador, para ordenarte, para desordenar al contrario, para construir el juego necesario que te permita llegar de forma colectiva arriba. Cuando buscas conservar el resultado, para defenderte con el cuero, para secuestrárselo al contrario y quitarle la máscara de oxígeno.
y 13.- Francia agotada, exhausta, inerte, sin balón. Sin sentido. España anestesiando al rival. Más Pedro el profundo, otro que se sube al barco en el momento oportuno. Fórmula Del Bosque. Renuncia a ciertos aspectos del juego posicional (profundidad, amplitud, circulación fluida) pero conquista una cualidad esplendorosa: la competitividad extrema. La España de hoy asusta más por lo que puede hacer que por lo que hace. Asusta, espanta al rival, le obliga a travestirse, lo anestesia, congela el tiempo, empieza a dominar al propio azar.
– Foto: Reuters
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