Verano de 2013. El Barça acaba de ganar una liga agónica en San Mamés, antes de su demolición. Era la segunda liga consecutiva del Barça, con Marta Corredera, Sonia Bermúdez, Vicky Losada o Mely Nicolau como referentes. Un Barça donde destacabann Alexia y Virginia en su primera temporada. Un Barça donde Olga vivía los últimos días de toda una trayectoria en el club de su vida. La delantera de Dosrius quería más minutos. Se marchó con pena y tristeza de su club y viajó rumbo a Valencia para jugar con el Levante.
Lo que parecía una salida difícil, dura y un paso atrás han sido dos pasos adelante y un crecimiento en madurez y aspectos futbolísticos y mentales. En el Levante, Olga recuperó muchas de las sensaciones que fue perdiendo en el Barça. Con el equipo granota se convirtió en referencia del ataque. Junto Adriana Martín formó una pareja sensacional que metió al equipo entre los cinco primeros. Además, con Antonio Contreras recuperó su posición de delantero centro, aquella que en el sistema Barça tuvo que abandonar para desplazarse a la banda, donde explotaba en menor medida sus recursos y le costaba interpretar el juego de posición.
Todo lo que parecía quedarse en la orilla, lo recuperó en Valencia. Incluso el pensamiento de ser de nuevo convocada con la selección, a la que ya había ido en el 2011. En el Levante todo era distinto. Desde el primer día se integró de forma excepcional. Jugaba donde más le gustaba, marcaba goles, se compenetraba muy bien con Adriana Martín… Todo iba sobre ruedas porque recuperó de nuevo las mejores sensaciones que tenía en muchos momentos con el Barça. El crecimiento que tuvo en el Levante ha sido tan alto que este verano recibió una llamada muy especial.
En su móvil apareció de nuevo la palabra Barça, que llamaba a su puerta para ficharla de nuevo. Era el reencuentro con su club, con su equipo de siempre, con unas compañeras que llevaban cuatro ligas consecutivas y tres participaciones en Champions. Era el momento de volver a casa. Xavi Llorens reclamó sus servicios y Olga estaba a su disposición. Entrenador y delantera se han encontrado de nuevo, y esta vez la complicidad futbolística ha sido sensacional.
Olga ha tenido que dejar su puesto de delantera para volver a la banda, pero ahora sabe cumplir la función de extrema en el juego de posición del Barça, donde interpreta mucho mejor su rol. Aunque viva lejos del área, ha ganado en confianza y madurez para interpretar todas las situaciones del juego. Ante defensas cerradas, abre muy bien el campo, estira la lona como indica el ADN Barça. Con rivales que van a la presión alta, viene a la ayuda de la lateral y la interior para generar la superioridad en la salida de balón. Sus desmarques de ruptura generan muchos espacios libres, sus conducciones ya no buscan esa jugada individual, sino que va atrayendo rivales provocando que sus compañeras queden libres… Todo esto son detalles que Olga ha asimilado. Está siendo fundamental en el conjunto azulgrana.
Su sensacional actuación en la eliminatoria de octavos de final de Women’s Champions League ante el Twente, donde marcó en los dos partidos, ha sido la guinda al pastel para que Jorge Vilda haya pensado en ella para sustituir a la lesionada Silvia Meseguer en la convocatoria. De nuevo, tras cuatro años, Olga García vuelve a una convocatoria de la selección. Lo que parecía un sueño truncado se ha convertido en una vuelta al club en el que se formó. La vida pasa y da muchas vueltas. Olga, mejor que nadie, sabe el significado de esa frase. En 2013, el Barça se alejó de ella; dos años más tarde se han vuelto a reencontrar, a abrazarse y a caminar juntos para seguir creciendo.
* Fran Moreno es periodista.
– Foto: FC Barcelona
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