1.- Chelsea y Swansea protagonizaron el primer pulso entre líderes de la temporada en la Premier League. Ambos equipos habían sumado el pleno de puntos tras las tres primeras jornadas y Stamford Bridge se presentaba como el escenario en el que ambos enfrentarían sus capacidades de dominio en busca de una consolidación. Además, el estadio londinense albergaba el duelo entre el mejor jugador y el mejor entrenador del mes de agosto: Diego Costa y Garry Monk.
2.- El delantero hispano-brasileño ha llegado a la Premier League para dominarla, descartando periodos de aclimatación, idioma, cultura o cualquier otra licencia que muestre indulgencia con los debutantes en Inglaterra. Si con Diego Simeone se estableció en la elite como un delantero de referencia, bajo el mando de José Mourinho parece dispuesto a dar un nuevo salto de calidad y situarse por derecho propio entre los aspirantes a entrar en la exquisita lista de 23 candidatos finales al Balón de Oro. A su cuenta previa de cuatro goles hay que sumarle un hat-trick que devolvió al Swansea al mundo real tras un mes en lo más alto.
3.- A pesar de la rotundidad del 4-2 final para el Chelsea, fue el Swansea el que golpeó primero. Routledge fue consciente de que intentar frenar el torrente que es Ivanovic resultaría una tarea condenada previamente al fracaso, por lo que se dedicó a percutir constantemente por su banda, dejando que fuera Taylor el que se centrase en el lateral blue. Su planteamiento fue acertado, y una de sus muchas internadas por la izquierda terminó con John Terry lamentando haber batido a su compañero Courtois al intentar despejar el peligro.
4.- Los galeses aguantaron bien durante toda la primera mitad el juego ofensivo propuesto por José Mourinho, hasta que la lata se abrió a balón parado poco antes del descanso. Fàbregas, que echaba tanto de menos la Premier League como la Premier a él, puso el balón en la cabeza de Diego Costa, y éste no perdonó ante Fabianski tras varios intentos previos. Además de preciso, los dardos de Costa tienen también un efecto psicológico sobre la moral del rival.
5.- Pasaron ambos equipos por vestuarios y en ellos se quedaron Schürrle -Mourinho quiso reforzar el centro del campo con Ramires- y Amat, quien tras ver una amarilla y llevarse un golpe en la rodilla dejó su lugar a una de las caras nuevas del Swansea: Fede Fernández. El dominio del Swansea pasó a ser un recuerdo del pasado con la reanudación del juego, y el balón comenzaba a moverse armónicamente de una banda a otra, tensando y desquiciando a la defensa de Fabianski, impotente ante la velocidad a la que corría el balón.
6.- El hambre de Diego Costa seguía maravillando en la grada a Roman Abramovich a medida que llegaban sus goles. El semblante del magnate ruso ha pasado de ser el de un niño aburrido mirando por la ventana del instituto esperando que terminara una clase soporífera a reflejar una felicidad difícilmente disimulable. Este estado de ánimo se puede extrapolar también a la grada de Stamford Bridge, que disfruta de un fútbol de altos quilates mientras los goles van sumándose al marcador con un ritmo constante y natural.
7.- Las constantes vitales del Swansea en ataque se habían reducido al máximo. Gomis desperdició su oportunidad en el once titular mostrándose especialmente impreciso. En el momento en el que el francés apunte entre los tres palos, su potencia física puede dar muchas alegrías a la afición del Liberty. Mientras tanto, se siguió echando de menos a Wilfried, que entró en la recta final cuando el desaguisado no tenía arreglo posible.
8.- Con poco menos de veinte minutos por delante, José Mourinho decidió que era hora de guardar en la jaula a la bestia que este año ha llegado al oeste de Londres. Stamford Bridge se rindió a los pies de Diego Costa, quien parece no conocer el significado de la palabra piedad, y recibió con aplausos a Loïc Rémy, el último en llegar para completar una plantilla temible diseñada para luchar por todo.
9.- El francés fichó por el Chelsea aguijoneado en su orgullo después de que el Liverpool, escudándose en un reconocimiento médico no superado, decidiera cancelar su llegada a Anfield. Asociándose con Hazard, Oscar y Fàbregas no le fue difícil encontrar el camino del gol. Se estrenó con uno como bien pudo hacerlo con dos. La armonía parece haberse instalado en Stamford Bridge esta temporada.
y 10.- Shelvey maquilló un poco el resultado para dar una apariencia en parte impostada de que el duelo entre los dos equipos imbatidos de la Premier League fue disputado. En parte lo fue, y en parte no. La culpa de que el Chelsea imponga más miedo que respeto en el inicio de la temporada es de Diego Costa, el animal que llegó para dominar el fútbol inglés desde el primer día.
* Agustín Galán es periodista.
– Foto: Tim Ireland (AP)
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