Un punto de fe

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Un punto de fe

por ALBERTO PEREZ el 27 mayo, 2013 • 12:18

1.- Si el fútbol es un estado de ánimo, el jugador es el resultado de su confianza. Cuando te sientes seguro (y esto no va con segundas por Casillas) eres capaz de hacer muchas más cosas y de reaccionar ante los golpes con suficiencia. La Real recibió muchos, pero no pareció muerta en ningún momento. Si dura un poco más, o ganan o aparece Diego López.

2.- Buena media temporada del nuevo portero del Madrid. Otro ejemplo de autoconfianza. No jugaba en el Sevilla y venía de una curva descendente en el Villarreal. Mourinho le dio la portería que ansió toda la vida y ha cumplido. Su rendimiento podía darle una coartada al portugués si antes no hubiera mostrado sus vergüenzas poniendo a Adán.

3.- Frente a Osasuna terminará la etapa Mou y habrá conseguido alguno de sus objetivos, entre ellos manchar para siempre el historial de Casillas. Hay quien compra teorías contrarias al mejor portero del mundo. Si antes de la lesión era unánime su condición de número uno, ¿qué ha cambiado? Debería pensar el madridista que cada uno de sus rivales es feliz cuando la portería rival no la ocupa el de Móstoles.

4.- Dicho lo cual Diego López salvó a los blancos de una derrota más que siempre resta en un club como el merengue. La Real jugó mejor, tiró el doble, quiso más, pero se quedó con menos. El privilegio de depender de ti mismo está a la altura del peso de llevar siempre el pelotón a rueda. Quizá le venga bien a los de Montanier afrontar la última jornada atacando desde atrás.

5.- El francés se despidió de Anoeta a su estilo. Es el antagonista de Mou. Nadie abriría un informativo con su rueda de prensa ni ocuparía una portada de ningún periódico. No se pelean por él los grandes programas de televisión ni genera profundos debates. Es elegante, pero frío, alguno dirá que hasta soso. Lo de ser un señor y que el espectáculo lo den los jugadores parece que no se lleva.

6.- Caprichoso esto del fútbol. La Real ha llegado hasta aquí, en buena medida, gracias a los goles de Agirretxe y hoy pierde una parte de su Champions por aquellos que no se guardó. Las claras ocasiones que se fueron no deslucen la excelsa y sorprendente temporada de un guipuzcuano y realista de cuna. Tenía cualidades guardadas que merecía la pena disfrutar.

7.- El Madrid empató, y casi gana, sin quererlo demasiado. Es el reflejo de un equipo que colectivamente no funciona, pero cuya calidad le da para que los goles caigan solos. Demasiado ego individual como para que el personal desista de hacer lo que sabe, y si además hay carácter y orgullo aparecen los tantos de Higuaín.

8.- El Pipa parece fuera del club (otra vez), algo que hundiría a otros pero que espolea al argentino. Probablemente no es uno de los delanteros más brillantes ni reúne las condiciones que espera el madridista para un nueve de primer nivel europeo, pero tiene el gen ganador con el que no todos saben convivir en un clima de exigencia extrema. Quizá llegue otro mejor, aunque habrá que ver si es capaz de mostrarlo.

9.- Las constantes ventajas del Madrid fueron contestadas por Xabi Prieto. Para quien asegura que en el fútbol no hay colores ni sentimientos le recomendaría que analice la trayectoria del capitán de la Real. Su equipo no ha estado nunca a la altura de su talento. Pudo coleccionar títulos fuera, pero decidió ser fiel a su escudo incluso en Segunda División. Tiene tanto talento que resiste la fulgurante llegada de los jóvenes siendo igual de importante que antes. Cuando la velocidad se marcha queda la clase, y de eso anda sobrado.

10.- Había sensación en Anoeta de sueño esfumado, pero llegó ese minuto 48 para dejar, sobre la bocina, la idea de que sí se puede. En una temporada donde cada afición se ha apropiado del lema no lo será menos la afición donostiarra. La confianza no abandonó a la Real, que tiene fe en sí misma aunque ahora necesitará tenerla también en el Sevilla y en su rendimiento contra el Valencia.

y 11.- Lo que pasó en San Sebastián es bueno para el fútbol. Se da por hecho desde hace un tiempo que el equipo que no tiene exigencias clasificatorias va a perder un partido e incluso se le penaliza si decide emplearse con vigor. No entiendo este deporte de otro modo diferente a que cada uno salga a hacerlo lo mejor que sabe, sin importarle nada más. De cara a la última jornada sería interesante que todos fueran igual de honestos.