"La audacia tiene genio, poder y magia. Comienza ahora, ponte en marcha”. Johann W. Von Goethe
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El penalti que forzó la prórroga y sirvió para evitar la catástrofe ante Francia se convirtió en un bloque de hormigón armado que fue el preludio de la caída y rendición de Alemania ante Estados Unidos, que realizó un partido fenomenal golpeando a las alemanas donde más les duele: en el robo en mediocampo y transición rápida, con una Alex Morgan sutil en los movimientos y una Carli Lloyd excelsa en el lanzamiento de cada transición. La clave del choque fue el penalti que falló Celia Sasic a media hora para el final. Lo que podía ser el 0-1 se convirtió diez minutos después en el 1-0 estadounidense. Los penaltis, la mejor salvación ante el aplastamiento francés, fueron el detonante para que esta vez Alemania se rindiera y cayera ante una Estados Unidos que se ha activado en los momentos clave, con Johnston, Holiday, Lloyd y Morgan imperiales en la interpretación del juego.
Francia ya sembró las semillas para hacer daño a Alemania y de forma muy inteligente Estados Unidos recogió los frutos. Henry y Abily ya tejieron la maraña contra Leupolz y Mittag, lo que dejaba a Gössling sola contra la tempestad. Y en este punto se fraguó la victoria de Estados Unidos, que cambió el dibujo precisamente porque sabía cómo acribilló Francia a Alemania desde el punto de vista táctico. Jill Ellis dejó en punta a Morgan y renunció a su segunda delantera para dotar de una jugadora más al centro del campo. Brian y Holiday, que completaron una actuación sensacional, eran las dos mediocentros, lo que hizo que Lloyd jugase como más le gusta: liberada en la mediapunta para aparecer en el área con total libertad. Un cambio de esquema y piezas que de nuevo rompió a una Alemania que sufrió, no tanto como contra Francia, pero sí para necesitar sustentarse en Angerer, que salvó dos goles cantados: uno a Johnston y otro a Morgan.
Una lectura de partido sensacional por parte de la entrenadora del cuadro americano, que desactivó y cortocircuitó al conjunto alemán. La libertad de Morgan arriba fue un quebradero de cabeza para Krahn y Bartusiak, que vivieron una noche terrible ante la inmensa movilidad de la excelsa delantera. Rapinoe y Heath interpretaron de forma magnífica el estirar el campo para tener fijadas a las dos laterales y que no fuesen a la ayuda de sus centrales. El plan funcionaba porque Morgan desplegó su libreto de movimientos y comenzó a sacar a las centrales fuera de sitio. Lloyd, con su panorámica a campo abierto, lo vio todo con rotunda nitidez para comenzar a surtir balones a la espalda de la defensa alemana. La pesadilla para las centrales alemanas solo acababa de comenzar y se iría agravando, porque Alemania seguía con los mismos problemas que ante Francia.
Como hicieron Henry y Abily, Brian y Holiday se zamparon a Leupolz y aislaron a Mittag. Tras el partido de Suecia, Leupolz ha sido aplastada por las centrocampistas francesas y estadounidenses. Gössling tenía que venir a la ayuda de sus centrales para sacar el balón. Este hecho produjo que Leupolz estuviese cada vez más separada de su compañera en el mediocentro, espacio ocupado a la perfección por Brian, Holiday y Lloyd, que interpretaron a la perfección ese movimiento y se cargaron todo el inicio del juego alemán. Demasiados problemas para la Mannschaft, a la que salvaba una maravillosa Nadine Angerer en portería. De Alemania no se supo nada en ataque. Primero, porque le costaba horrores superar la telaraña mortal de Estados Unidos en el centro del campo. Y segundo, porque el mundial de las defensas estadounidenses, en especial de Julie Johnston, está siendo memorable. Salvo el penalti que cometió, que le pudo costar la expulsión, se zampó a Celia Sasic, que no hizo absolutamente nada. Ha minimizado a todas las delanteras a las que se ha enfrentado y ha dado un recital de juego en la interpretación porque siempre ha sabido cuándo anticiparse, cuándo esperar, cuándo dar el paso adelante. Además, es un peligro constante en las jugadas a balón parado: tuvo una gran ocasión de cabeza que encontró la respuesta extraordinaria de Angerer. Inicia la jugada porque posee un enorme desplazamiento de balón, gestos técnicos sensacionales de una jugadora que solo tiene 23 años y un futuro bestial por delante.
Alemania seguía sobreviviendo al descanso como hizo ante Francia, pero los errores no se corrigieron en esta ocasión y el fallo del penalti fue el principio su caída. Los detalles que deciden partidos: Thiney tuvo el 2-1 hace cuatro días en un gol que suponía la eliminación alemana y ni ella se creyó fallar, y ayer Sasic mandó fuera el penalti que habría adelantado a Alemania. Todo cambió, todo se vino abajo y ni Silvia Neid tuvo respuesta porque Alemania se encontró con un muro mental que le llevó a la eliminación mundialista. Las americanas se crecieron, fue como un grito de un gol que vale una final. Así celebraron el fallo del penalti de Sasic y siguieron conectadas, muy enchufadas en busca del gol que se les resistía. Un tanto que llegaría desde los once metros, a pesar de que Krahn derribó a Morgan fuera del área. Lloyd no falló y el partido se acabó. No hubo más Alemania. Ese gol la machacó y fue el estallido final para que Estados Unidos se deleitara en los últimos 20 minutos, cuando culminó la gran obra que fue componiendo desde el primer minuto.
Neid metió a Marozsán, tocada en el tobillo, pero ni eso activó el juego ofensivo alemán. Solo hizo un cambio la entrenadora alemana, que en este encuentro no encontró la solución como sí hizo ante Francia. Neid no encontraba la respuesta y las americanas disfrutaron en los últimos minutos. Jill Ellis dio entrada a Wambach de forma muy inteligente porque fijó a las centrales y retrasó a Morgan para que se moviese con total libertad, para que se moviera hasta la última jugada del partido dando un recital de desmarques y sacando de posición a toda la defensa alemana. Además, Lloyd tenía el partido donde más le gustaba: ventaja y la posición de mediapunta, libertad absoluta para moverse en el frente de ataque y aparecer siempre aparecer desde segunda línea. Y así lo hizo en el segundo gol, cuando Wambach apretó en la presión, Kligenberg, en otra actuación soberbia, habilitó para Lloyd, que entró desde segunda línea y asistió a O’Hara para culminar la fiesta americana y vencer a la temible selección alemana.
Francia, en una actuación memorable, no pudo tumbar a Alemania, pero dejó el camino de cómo se hacía, y Estados Unidos lo siguió, sin llegar al nivel de las francesas. Neid se despide de la selección; le hubiese gustado con el título, pero el poso que deja es de un nivel envidiable, brutal y memorable. Ante Francia dio un recital de dirección técnica. Si Japón consigue ganar esta noche a Inglaterra, tendremos la reedición de la final de hace cuatro años. Estados Unidos ya espera para tomarse una venganza que lleva esperando desde que las japonesas ganasen en la tanda de penaltis en Frankfurt.
* Fran Moreno es periodista.
– Foto: AP
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