"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
Los Wasps que pasaron por el RDS de Dublín demostraron, ante un rival tan poderoso como Leinster, todas las virtudes que han ido desarrollando durante las últimas temporadas.
El equipo entrenado por Dai Young tiene una vocación ofensiva indiscutible, pero ha ido corrigiendo el desequilibrio que le llevaba a convertir todos sus partidos en un correcalles dentro del cual tenía tanta facilidad para sumar puntos como para recibirlos.
Matt Mullan y Jake Cooper-Woolley han conseguido darle entidad a una primera línea que fue capaz de contener el empuje de la delantera de Leinster, e Irlanda, una de las más compactas de rugby europeo actualmente; la segunda línea del equipo de Coventry es una de sus señas de identidad: Joe Launchbury, Bradley Davies y James Gaskell destacan más por su dinamismo, lectura del juego y buena relación con la pelota que por su contundencia física; dan salida a las jugadas de ataque y permiten superioridades numéricas a su tercera línea a la hora de superar a la primera cortina defensiva del equipo rival.
Una de las incorporaciones más destacadas de los Wasps para esta temporada se ha producido en la tercera línea: la llegada del veterano George Smith (111 veces internacional con Australia) ha dotado al equipo de un especialista defensivo en los puntos de contacto. Su trabajo, junto con el del lenguaraz James Haskell, permite mayor libertad ofensiva a Nathan Hughes (el futuro 8 de Inglaterra, que aúna la potencia de Billy Vunipola con la lectura de juego de Ben Morgan) en su labor como ball carrier.
La pareja de medios está formada por Joe Simpson, un 9 rápido en el relanzamiento del juego y con excelente capacidad para la toma de decisiones, y un 10 “clásico” en la figura de Jimmy Gopperth y Ruaridh Jackson. Los dos últimos aperturas de Wasps (cuando todavía eran London Wasps) fueron Stephen Jones y Andy Goode. Ese es el modelo de jugador que busca Dai Young: veterano, fiable en el juego con el pie (estático y dinámico), y con dotes de mando para ordenar el caudal ofensivo de un equipo que arrastraba una marcada tendencia al descontrol.
En la pareja de centros se ve otro de los rasgos diferenciales del proyecto de Wasps: Elliot Daly, Alapati Leiua y Ben Jacobs no alcanzan los 100 kilos de peso; no se dedican a embestir, se dedican a intentar esquivar a los rivales y generar desajustes defensivos para que su back three tenga los espacios necesarios para poder demostrar todo su potencial.
Wasps tienen los alas y zaguero más ofensivos de Europa: Christian Wade, Frank Halai y Charles Piutau. Velocidad, potencia y capacidad para desequilibrar a cualquier defensa. Piutau y Halai han sido internacionales con los All Blacks siendo alas. Pocas aclaraciones hacen falta al respecto para determinar su nivel; la obcecación de Stuart Lancaster de no contar con Wade para el XV de la Rosa es algo que los aficionados del equipo, en realidad, siempre han agradecido.
El proyecto de Wasps sigue sumando etapas y cada vez se consolida más. En Dublín ya tienen constancia de todo su potencial.
* Javier Señaris es analista de rugby.
– Foto: Getty Images
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