1.- Luiz Felipe Scolari tiene claro el estilo que quiere implantar en su segunda etapa al frente de la selección brasileña. El sistema es un 4-2-3-1 que busca solidez defensiva, con un Thiago Silva imperial, y siempre que se pueda, favorecer su línea de tres por delante de los mediocentros, donde acumula más talento. Hoy le bastó completar 25′ buenos y dos genialidades de Neymar para doblegar a México por 2-0, pero el equipo deja bastantes dudas. Pese a ello, ya está en semifinales.
2.- Luiz Gustavo y Paulinho son dos jugadores muy válidos en sus posiciones, pero sus características no son para llevar la iniciativa. Luiz Gustavo trabaja, recupera y da pases sencillos; Paulinho espera su momento para llegar. No buscan gobernar, aportan otras cosas. En la medida en que Brasil encuentra rápido al trío Hulk-Oscar-Neymar, es más peligroso.
3.- México demostró ante Italia que si le presionan arriba sufre muchísimo para sacar la pelota rápido desde atrás. Brasil entró en el encuentro apretando la salida del balón mexicana y tuvo un efecto devastador. El balón llegaba rápido sobre todo a Hulk y Neymar, que cada uno en su estilo ejecutaban acciones veloces y peligrosas. De repente, Alves irrumpió por la derecha, su centro terminó en una volea de Neymar con la izquierda tras aprovechar el despeje de cabeza blando del Maza Rodríguez. Golazo.
4.- El partido le pasaba por encima a los cuatro mediocentros, Luiz Gustavo y Paulinho en la canarinha, Torrado y Salcido en la selección mexicana. La diferencia a favor de Brasil fue que su línea de tres cuartos recibía en condiciones de hacer daño, mientras México tiraba pelotazos que terminaban en Julio César. Flores, Guardado y Gio no encontraban la forma de activarse y Chicharito era un islote en medio del océano.
5.- Neymar no depende excesivamente del colectivo para generar peligro. Sus recursos son ilimitados, lo demostró en el gol, y minutos después con un control de pecho orientado zidanesco, su disparo se fue arriba por poco. El paso de los minutos aplacó el entusiasmo brasileño y México pudo aliviar en parte sus apuros del primer tramo del partido.
6.- Oscar fue el que tuvo menos peso de la línea de tres cuartos brasileña en la primera parte, quizá el ritmo alto de juego no le beneficia, y terminó siendo sustituido por Hernanes. De la Torre retiró a Flores y dio entrada a Herrera, un mediocentro que puede jugar cerca de la derecha. Allí se colocó para alternar dentro-fuera con Gio, aunque era poco riesgo para la necesidad mexicana.
7.- La entrada posterior de Barrera por Torres Nilo modificó varias posiciones. Salcido se fue al lateral izquierdo, Torrado y Herrera se establecieron como pareja de mediocentros y por delante se situó el trío Barrera-Gio-Guardado, dejando arriba a Chicharito. Era lógico asumir riesgos y finalmente el técnico mexicano, Chepo De la Torre, lo hizo.
8.- Brasil no encontró su ritmo en todo el segundo acto. Y a México le faltó convicción y capacidad para generar ventajas cerca del área de Júlio César con continuidad. Pese a ello, los cambios surtieron efecto y Brasil comenzó a sufrir mediada la segunda parte, especialmente con las incursiones de Barrera por la banda derecha. Marcelo era superado, y por el otro costado Alves se empeñó en hacer una falta tras otra que hizo peligrar a su equipo y su propia participación en el partido.
9.- Da la sensación que Brasil tendrá problemas cuando necesite controlar un partido para administrar una ventaja. Le falta un futbolista que asuma esa responsabilidad y marque el ritmo que necesita su equipo en cada momento. Mientras presiona arriba y lleva la pelota rápido a sus mediapuntas, funciona; si tiene que elaborar desde atrás o aguantar el balón, sufre. La solidez de Thiago Silva y la genialidad de Neymar le sirven de momento.
y 10.- Es obligatorio volver a Neymar. Su jugada en el segundo gol de Brasil, obra de Jo, fue un regalo para la vista. Su forma de atraer a dos defensas en su costado favorito, el izquierdo, y su facilidad para habilitar a un compañero en mejor posición para el remate significó un hermoso colofón al partido. Neymar no necesita que su equipo sea superior para aparecer y poder decidir un encuentro, pero mal haría Brasil en confiar todo a este tipo de acciones. Ante otro rival con más convicción, recursos y acierto que la actual México, lo puede pagar.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: O Globo
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