1.- El Real Madrid perdió 1-0 en Villarreal en un partido muy frustrante para sus intereses. El equipo blanco fue un caos táctico en ambos tiempos. En el segundo acto no mejoró tácticamente, aunque sí mostró actitud y empuje, siendo insuficiente para puntuar. Entró muy tarde en el partido y además le faltó fútbol. El sistema oscila entre el 4-3-3 en ataque y el 4-4-2 en defensa. Con ambos dibujos es un equipo descompensado cuando el rival tiene entidad suficiente para atacar sus debilidades. Hay algunos jugadores lejos de su posición ideal, aspecto clave, y carece de una idea clara de juego. Cuando mejoró fue un equipo demasiado vertical y directo, expuesto tras perder el balón y mal asentado atrás.
2.- Rafa Benítez dispuso un once con Casemiro de mediocentro defensivo, James y Modric como interiores y Bale, Benzema y Cristiano arriba, en ese orden de derecha a izquierda. Jugar con los tres juntos en esa disposición ante rivales exigentes supone conceder mucha ventaja al contrario de inicio. Su esfuerzo defensivo es insuficiente y en ataque mezclan mal, porque solo Benzema es altruista, Bale se ve obligado a culminar las jugadas con su pierna mala, una y otra vez, y Cristiano abusa del juego individual, perfilándose para buscar el disparo con su pierna derecha, en la mayoría de ocasiones en las que recibe la pelota en el costado izquierdo y decide ir hacia adentro.
3.- Otro mal endémico del Madrid es jugar sin centrocampistas puros. O con menos de los que exige el partido. Benítez prescindió de Kroos en favor de Casemiro de inicio. Por delante del brasileño, Modric y James recibían permanentemente de espaldas, siendo de ese modo incapaces de habilitar a los tres de arriba, con el agravante añadido que tras la pérdida del balón su equipo quedaba en inferioridad numérica.
4.- Marcelino armó un 4-4-2 con Bruno Soriano y Trigueros en mediocampo, Jonathan dos Santos y Denis Suárez en los costados, dejando arriba a Bakambu y Soldado. El Villarreal tuvo momentos en los que se atrevió a presionar muy arriba en la primera parte, sobre todo en los primeros quince minutos. A los medios del Madrid les solía pillar de espaldas y el conjunto amarillo podía así encerrar a los blancos en campo propio. En el minuto 8, Bruno Soriano encimó a Modric, provocando la pérdida de balón del croata; la pelota llegó a Bakambu, que le ganó la acción a Pepe y habilitó a Soldado, que se deshizo de Sergio Ramos y batió a Keylor Navas.
5.- Con el 1-0, el Madrid no supo qué hacer. Con unos problemas estructurales galopantes, el equipo blanco era incapaz de progresar con el balón. El Villarreal esperaba bien asentado en campo propio, desplegándose en ataque con sentido cada vez que podía. Pepe y Ramos sufrían más de lo habitual a campo abierto, Casemiro era incapaz de llegar a todas las coberturas y Danilo y Marcelo sufrían la escasa ayuda defensiva de Bale y Cristiano. El Madrid era un embudo en ataque que se ahogaba una y otra vez por dentro. En defensa se partía permanentemente en inferioridad numérica.
6.- Tras el descanso, cambió su actitud, pero no la efectividad de su fútbol. James asumió la responsabilidad de conducir los ataques pidiendo balones una y otra vez. El problema que tuvo fue de equilibrio. Modric se ahogaba y sus pases no tenían continuidad, y además participaba poco. James verticalizaba en exceso el juego, Bale en la banda derecha era cada vez menos trascendente y Cristiano y Benzema no recibían nunca con ventaja. El Villarreal juntó sus líneas y pese a que sufrió un poco, tras aumentar el Madrid las revoluciones de su juego, no se vio nunca desarbolado.
7.- Benítez arriesgó en el tramo final con Kovacic e Isco por Casemiro y Modric. Los cambios no mejoraron los defectos estructurales del Madrid. Kovacic de mediocentro defensivo arriesgó un poco más que Casemiro, pero ya sin Modric, con James muy arriba y con Isco en un costado, sus arranques no tenían continuidad. Además quedaba más expuesto aún tras la pérdida de la pelota sin Casemiro. Marcelino quitó a Soldado y dio entrada a Nahuel, más tarde a Rukavina por Bailly, que estaba tocado. El Villarreal siguió aplicándose de forma intensa, juntando líneas y simplificando sus ataques con balones largos en dirección a los costados para que sus delanteros aguantasen el balón permitiendo salir al equipo. Ahí Soldado brilló especialmente, gol aparte, ofreciendo siempre las soluciones que demandaba su equipo.
8.- Los esfuerzos del Madrid en ataque cada vez eran más largos. Marcelo recorrió muchos metros conduciendo en exceso el balón hasta que cayó lesionado, fruto del esfuerzo. En ese momento, minuto 44, vimos por primera vez a Gareth Bale en la banda izquierda. Es una anécdota, pero en cuatro minutos que jugó a favor de pierna metió al menos un centro peligroso. En el Madrid actual es difícil comprender su presencia en la derecha: en ataque se aísla y en defensa se dispersa.
y 9.- No hubo tiempo para más. El Villarreal ganó con justicia. El Madrid vive sumergido en un mar de dudas, sin una idea clara de juego y con un futuro pleno de interrogantes. En todos los partidos en los que se ha enfrentado a rivales de entidad en lo que va de temporada, ha terminado naufragando. En diciembre no es buena idea plantearse el modelo, pero ya son muchos diciembres similares. Algún año pone algún parche en mayo, pero parece lógico plantearse qué pasa, por qué pasa y hasta cuándo va pasar.
* Alberto López Frau es periodista.
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