"La audacia tiene genio, poder y magia. Comienza ahora, ponte en marcha”. Johann W. Von Goethe
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Lo que el lunes pasado fue gloria para las danesas, anoche se convirtió en tristeza. De la cara a la cruz, y dulzura para Noruega, que ganó en los penaltis lo que tenía hecho hasta el minuto 89, cuando encajó el empate danés. Como ocurrió en el Francia-Dinamarca, la agonía y emoción de los penaltis aupó a Noruega a la final, con el reto heroico de destronar a la heptacampeona Alemania.
Un gol al minuto 2 y otro en el 89 significaron lo que se vio en los penaltis. Dos goles en minutos clave del encuentro, al principio y final, llevaron a la prórroga y a la tanda de penaltis un choque que Noruega tenía en la mano. Si no es por el paso atrás dado en los últimos 20 minutos, habría ganado mucho antes.
Noruega es una selección que se caracteriza por su magnífico y extraordinario orden defensivo, que cede el balón al contrario sin importarle. Pues su planteamiento le salió redondo, porque a los dos minutos, en un córner, el balón dio en el pecho de su defensa Christensen. No había mejor situación para Noruega que encontrase con este gol tan tempranero para desarrollar su juego. De nuevo, se volvía a adelantar en el marcador, lo que le iba a permitir realizar su juego con una labor defensiva fantástica.
Las noruegas tenían su primer gol y replegaban en su campo, dejando a su fantástica delantera Hegerberg descolgada para las salidas. Y digo fantástica porque volvió a hacer un partido espectacular hasta el minuto 80. Todo balón largo lo peleaba, le daba lo mismo si iba por arriba o por abajo, si iba al espacio o al pie. Todo lo luchaba y lo solía ganar ante las centrales. Su enorme trabajo en la punta liberó mucho a sus compañeras Hansen y Hegland, que pudieron descolgarse con mayor facilidad en tareas ofensivas para salir al contragolpe. El resto, igual. Dos líneas, una de cuatro y otra de cinco, con Isaksen salvaguardado a sus dos interiores por delante de la defensa.
Noruega dejó que Dinamarca saliese jugando desde atrás. No le importaba no ir a presionar tan arriba. Pero cuando Songerbaard Pedersen o Knudsen miraban portería, Stenslando y Gulbransen salía como el tigre cuando ve a su presa. Dejaban que Dinamarca fuese para arriba, pero a la mínima saltaban y ahogaban cualquier combinación interior danesa. Mismo guión y partido que contra España. Aunque a diferencia del pasado lunes, Dinamarca sí abrió las bandas con una Veje fantástica por la izquierda en el desborde y en el uno contra uno.
Dinamarca no lograba encontrar su combinación interior. Harder iba abajo a recibir y mantener la posesión, pero no lo conseguía. Sufrían pérdidas de balón considerables cuando acumulaban gran parte de jugadores delante del central, por lo que los contragolpes noruegos eran un peligro constante.
Noruega, fiel a su filosofía, seguía manteniendo su portería a cero y además iba ganando. Sus jugadoras bordaban el trabajo defensivo mandado por Even Pellerud, que sabía de la importancia del segundo gol para dejar de sufrir al final. Hansen tuvo la ocasión más clara, pero no logró definir y el esfuerzo se pagó con una final de infarto.
Las noruegas no sentenciaron y Dinamarca se fue descaradamente hacia arriba. Nadim y Madsen arriba; Rasmussen y Veje estirando por fuera. Era la única alternativa del equipo danés para vencer: balón directo, cargar sobre la segunda jugada y buscar los centros laterales. En un centro frontal, de lo que gustan a las centrales, un mal despeje dejó el balón a la goleadora Knudsen, para marcó el empate. Las prisas por cerrar el partido con pérdidas de balón muy rápidas para salir rápido a la contra sin tener un mínimo de pausa, sin enfriar el partido y sin saber gestionar mejor los cambios pasó factura a Noruega. Lo que no les falló a Even Pellerud y sus jugadoras durante los otros cuatro encuentros, les falló ayer. Cambios muy rápidos y ausencia de mejor gestión. Stenslando pudo marcar el 2-0 y Nadim el 2-1.
A la prórroga con una Dinamarca séper ofensiva debido a los cambios y una Noruega a la que no le importaban los penaltis. Esperaba atrás y buscaba el contragolpe definitivo. En los once metros apareció Hjelmseth, con dos paradas, para que su equipo siga soñando con el título. Por su parte, Dinamarca se despide sin vencer ni un encuentro, sumando la peor racha de su historia en una Eurocopa, pero llegando a semifinales y quedándose muy cerca de la final. Un día es cara, al otro cruz.
* Fran Moreno es periodista.
– Foto: AFP
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