1.- Spalletti llegaba al Vicente Calderón con la ausencia de Roman Shirokov, su particular bombero que apaga todos los fuegos que aparecen alrededor del equipo. Y ante eso tiró por la versión más defensiva: cinco defensas que a veces encajan como línea de tres centrales más dos laterales pero que en realidad no pretendían serlo. Luciano nos ha vuelto a dejar muestras de que, pese a que su Roma pudiera ser muy atractiva, es de la vieja escuela italiana. La defensa, lo primero; los riesgos, lo último.
2.- El Atlético aceptó de entrada la propuesta visitante, aunque tanteándola en el arranque de partido. No quería entrar de lleno en una posible trampa. Cuando observó que aquello era cierto y que el rival prefería no lanzar excesivos golpes para no recibirlos, se adaptó al choque y se amoldó al ritmo bajo que pretendía el Zenit que llevara el partido. Desde ahí nació su control, pero sin encontrar alguien que desestabilizara a un equipo ruso que aparentemente parecía ordenado pero que realmente era un ejército atrincherado con la principal misión de tapar a su portero Lodygin. Amontonamiento era la consigna de Spalleti. Y parecía funcionarle.
3.- No se desmelenaban los de Simeone en la búsqueda de fracturar el muro defensivo rival. Este Atlético tiene poso, es competidor y sabe manejar las emociones. Era un gran día, el del debut en la Champions, por lo que mantener el control emocional se convertía en básico. Superó la afrenta el equipo colchonero con nota, hasta en los peores momentos tuvo la capacidad para no dejarse sobrepasar por las circunstancias. El Zenit no conseguía salir –gran trabajo de Gabi y Mario Suárez en la presión ante la salida al contragolpe ruso y excelsa la figura de Godín tapando las escasas fisuras que dejaban sus mediocentros–. El Atlético tampoco llegaba con exceso peligro, pero el control del partido era suyo y trataba de cocinar el choque.
4.- La propuesta de Spalleti surtía efecto; Ansaldi sobre Arda Turan reducía el desequilibrio colchonero. El domino era infructuoso pese a vivir cerca de la portería rival. La zona de remate estaba desploblada y las llegadas y centros desde las bandas no encontraban rematador de camisa rojiblanca. Adrián buscaba participar fuera del área, Arda se movía hacia posiciones interiores y el Zenit acababa ahogado en su área, pero no había excesivas ocasiones colchoneras. Pese a que Danny se situaba cerca de sus mediocentros para sacar el contragolpe, esta era imposible de montar para los rusos. Todo parecía ser cuestión de tiempo. Uno cercaba el tesoro –el Atlético– y el otro no conseguía salir del cerco –el Zenit–.
5.- Y el premio llegó desde la pizarra. Miranda puso el 1-0 en un remate a la salida de un córner llegando sólo al primer palo. En un partido planteado a escasos riesgos por ambos entrenadores, el domino de la pelota parada marcó las diferencias. Y aquí, además de en el control global del juego, el Atlético ganó con creces al Zenit. La superioridad en las jugadas de estrategia fue aplastante para los locales, con un Koke que nos mostraba por enésima vez el guante que tiene en los centros y un Godín que se imponía a todos. El Zenit defendía mal ante uno de los equipos que mejor trabaja la estrategia.
6.- Al descanso se llegó con una victoria ajustada pero justa para el Atlético. Spalletti, visto que así su equipo no tenía capacidad ni siquiera para ver de cerca a Courtouis, movió fichas. El cambio fue una declaración de intenciones –defensa por atacante– que se plasmaron en el terreno El Zenit subió líneas, incrementó el ritmo y potenció la agresividad en las disputas. Y el partido tomó un rumbo nuevo. Tras 45 minutos de plácido control de la situación, el Atlético se vio superado con total rotundidad. Danny, Witsel y Ansaldi empezaron a dañar el lado de Arda y Juanfran y desde esa zona voltearon completamente el partido. Los rusos ya sí salían de la presión local, combinabann con más fluidez y empezaban a jugar un partido completo, tras olvidarse de la mitad del mismo –el ataque– en la primera parte.
7.- En una salida al contragolpe, Ansaldi rompió la presión y Witsel condujo hasta campo rival para que Kerzhakov pusiera de cara a portería a Hulk, que firmó el empate con un golazo –lo único reseñable de un futbolista que evoluciona a jugador de jugadas puntuales–. El Zenit creció desde ahí y el Atlético empezó a sentir dudas. Durante quince minutos, el Zenit fue superior y jugó como más le gusta, a ritmo de transición. Danny y Witsel consiguieron sacar al equipo ruso de su campo con facilidad y era Lodygin quien parecía muy lejano. En una de esas, Kerzhakov estrelló el balón en la escuadra en un saque de falta. Pero el balón parado fue determinante y volvió a estar de cara del Atlético. En un error del guardameta del Zenit, Arda firmó el 2-1 tras múltiples rechazos. El gol fue un golpe de efecto tremendo para el partido y volvió a cambiar el guion del mismo. Los de Spalletti acusaron el palo de verse abajo en el marcador cuando eran los que más buscaban la victoria.
8.- Para ganar al Atlético de Madrid no vale con ser superior un tramo de partido. Los de Simeone muestran una capacidad de sufrimiento muy superior a la media y su capacidad para salir de los atolladeros que aparecen en los encuentros es tremenda. El Zenit es un equipo inconstante, capaz de lo mejor y de lo peor y por tanto muy por debajo del nivel competitivo que su plantilla muestra. El Atlético es todo lo contrario, pura competitividad. Y a la mínima revierte situaciones. Desde el 2-1 volvió el control del partido. Ante esta situación, Spalletti buscaba la última bala, un Arshavin que ejemplifica a este equipo mejor que nadie porque tiene su momento de brillo –el día que lo tiene–, pero es fugaz.
y 9.- Si durante 45 minutos Luciano planteó un partido a medias –se olvidó del ataque–, con la entrada de Arshavin volvió a las andadas. Con Andrei en el campo el Zenit perdió la perspectiva de la defensa y su búsqueda del gol del empate lo sacó del choque. Creció Arda entre la multitud de espacios que concedió el rival y en una de sus jugadas le regaló el 3-1 a Baptistao para deleite del Calderón. El Atlético ha cumplido con el pronóstico y comienza la Champions con una victoria merecida que que sirve para asentar, más aún si cabe, las bases de un equipo que por encima de todas las cosas es un competidor voraz.
* Miguel Canales es director del proyecto “Fútbol Global“.
– Foto: EFE
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