El Arsenal está cambiando. Siempre hay formas de ver las cosas, nadie está en posesión de la razón, pero uno de los aspectos que más han cambiado de los gunners en este inicio de curso es la solidez con la que afronta el equipo los partidos. Talento en la mediapunta siempre tuvo en los últimos años, de lo que carecía es de consistencia, y el Signal Iduna Park es un estadio en el que sin ella es imposible puntuar.
Wenger junta muchos centrocampistas en sus alineaciones, es su marca Arsenal, pero de todos ellos hay que destacar dos especialmente: Mikel Arteta y Aaron Ramsey. El español se sitúa por delante de la defensa como guardián de la morada, roba muchos balones, los distribuye con criterio y pierde la pelota muy pocas veces. Cuando se recupere Flamini, es posible que Wenger arme un 4-2-3-1 con él y francés; de momento, Arteta lo está bordando. Ramsey va camino de ser el centrocampista total con gol en este inicio de curso inmaculado que lleva.
Durante la primera parte el Arsenal tuvo el balón a lo España en la Eurocopa 2012, para protegerse, consciente que los contragolpes del Dortmund tienen un efecto devastador en los rivales.
De todos modos es imposible evitar que el equipo borusser no monte algún contragolpe, y así fue. Allí se desplegaron las avispas de la Cuenca del Ruhr con Mkhitaryan a la cabeza. Las conducciones frenéticas del armenio son equivalentes a una picadura de avispa para el contrario, aunque falló en la definición delante de Sczesny. Poco antes la tuvo Neven Subotic tras una falta lateral que lanzó Kuba. El Arsenal sabía que exponerse era sufrir, y su forma de gestionar el primer tiempo fue la de protegerse lo más posible.
Saltaron con brío las huestes de Klöpp al comienzo de la segunda parte y ahí estuvo Szczesny para aparecer ante Reus y Kuba con dos paradones casi consecutivos. El portero polaco fue un bastión importante en la noche de ayer.
Poco después, un centro de Özil, que tocó Giroud de cabeza, lo cazó Ramsey para poner en franquicia a los londinenses en el marcador. Ahora el Arsenal tenía más justificación aún amarrar el botín; se había cumplido ya una hora de partido y el resultado le sonreía. Además, el efecto del gol fue un shock momentáneo para los locales. En los minutos posteriores, Ramsey y Mertesacker tuvieron dos ocasiones para ampliar en el marcador.
Reaccionó Klöpp con la entrada de uno de sus dinamitadores: Pierre-Emerick Aubameyang saltó al césped en sustitución de Kuba. Más electricidad para romper la barricada. Un minuto después, Jonas Hoffmann entró Sven Bender para dotar al equipo de más desequilibrio en la zona de tres cuartos; se marchó un mediocentro más posicional y entró un jugador más capaz de desengancharse en ataque.
La reacción de Wenger no se hizo esperar y realizó un cambio que dejó bien claras sus intenciones: Nacho Monreal por Santi Cazorla y a defender con un sistema 4-5-1, cediendo el balón al Dortmund pero evitando dejar metros a su espalda para que los alemanes pudieran desplegar sus temidos contragolpes. Cuando tuvo la pelota buscó salir por el costado derecho, con Özil acostado sobre esa banda como hizo tantas y tantas veces en el Madrid. Sin la pelota, la consigna fue la reducción máxima de espacios.
Así ganó el Arsenal en Dortmund. También tuvo algo de fortuna y a Szczesny, pero supo enfocar el choque en una plaza nada fácil. Estamos asistiendo a la puesta en escena del Arsenal más competitivo de los últimos años: el talento de siempre y una buena dosis de oficio en sus partidos. En la Premier League es candidato claro a pelear el título hasta el final y en la Champions League veremos hasta dónde puede avanzar.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: Bongarts
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