La MLS celebra esta semana su All-Star con un amistoso ante el Bayern Múnich, que pule sus últimos detalles antes de que comience la Bundesliga. El simple hecho de que las estrellas de la MLS jueguen frente a un rival europeo deja clara la aún existente brecha entre esta competición y las cuatro majors estadounidenses (NBA, NFL, MLB, NHL), en las que estos partidos se conciben siempre entre dos equipos con jugadores de la propia liga. A lo largo de los años se han probado varios modelos, jugando el Este contra el Oeste, extranjeros contra locales o estrellas de la liga frente a la selección de EE. UU. antes de que se instaurara el modelo actual, en el que un equipo europeo viaja a territorio estadounidense para medirse a los jugadores que más brillan en la MLS. Este partido no siempre lo ha disputado un equipo de primer nivel como el Bayern o el Chelsea en 2012, los All-Stars también han visto la presencia de otros equipos con tradición pero alejados de lo más alto de la elite, caso de Fulham o West Ham.
El carácter lúdico de estos partidos hace que competitivamente el interés del evento que tendrá lugar en Portland esté lejos del que pueda presenciarse en un Clásico de Cascadia oficial entre los Portland Timbers y los Seattle Sounders o los partidos de Vero Boquete, Alex Morgan y compañía con las Portland Thorns en la NWSL, que recientemente vio batido su récord de presencia de aficionados en Providence Park, con casi 20.000 almas en el estadio. Además, la filosofía con la que ambos equipos afrontan el partido es radicalmente opuesta. Mientras que los All-Stars, dentro de la conciencia clara de que es un amistoso en mitad de la temporada regular, buscarán gustar a un público entendido, el Bayern lo toma como una etapa más dentro de la preparación que lo llevará a disputar la Supercopa alemana la próxima semana y el inicio de la Bundesliga a continuación. Sin ir más lejos, Julian Green, considerado una estrella de futuro tanto para el Bayern como para la selección de EE. UU., tendrá bastante protagonismo como guiño a la afición, a pesar de no ser aún un jugador capital en el Bayern.
Para los jugadores locales, que serán dirigidos por Caleb Porter, técnico de los Timbers, el All-Star es la última oportunidad del año para salvar el honor del fútbol estadounidense ante las potencias europeas. En la pretemporada que varios equipos del Viejo Continente han desarrollado en EE. UU. en las últimas semanas, tan solo los New York Red Bulls consiguieron una victoria por la mínima ante el Arsenal. El resto de equipos dobló la rodilla ante los representantes de la Premier League y el Atlético de Madrid, único equipo español que se enfrentó a uno de la MLS (San José Earthquakes). Especialmente hiriente fue el 0-7 que el Manchester United endosó a Los Angeles Galaxy a escasos días de la llegada de Louis van Gaal al banquillo red devil. Esta es una de las mayores debilidades que presenta a día de hoy el fútbol estadounidense, que palidece cuando se tiene que medir ante equipos de otros países.
Los amistosos de pretemporada europea llegan cuando los equipos de la MLS están en el ecuador de la fase regular de su competición, por lo que el rodaje de estos es mucho mayor y las fuerzas deberían quedar, en teoría, más igualadas, algo que no se produce. El gen competitivo de estos equipos también brilla por su ausencia en competiciones internacionales, siendo la Champions League de la CONCACAF la gran asignatura pendiente del soccer. Bajo la anterior denominación del torneo, Copa de Campeones, tan solo DC United (1998) y Los Ángeles Galaxy (2000) consiguieron proclamarse campeones de la zona que incluye Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, y solo el conjunto capitalino lo consiguió ante un rival mexicano (Toluca). Con la nueva denominación de Champions League, vigente desde 2008, el dominio mexicano ha sido aplastante, acaparando los seis títulos disputados hasta la fecha.
Dentro de la plantilla del All-Star figurarán estrellas del fútbol mundial que han forjado sus respectivas carreras en Europa. Thierry Henry, Obafemi Martins, Landon Donovan o Tim Cahill acapararán muchos focos, pero el partido también servirá para reconocer la labor que han desempeñado durante la temporada regular de la MLS otros jugadores con menos cartel mediático y mucho futuro por delante. El sounder DeAndre Yedlin, de 21 años, es uno de los que más atención acapara en EE. UU. dados los rumores que lo sitúan en Europa. Los delanteros Bradley Wright-Phillips, Erick Torres y Dom Dwyer castigan semana tras semana las redes de las porterías rivales en la MLS y también tienen mucho que decir, así como Graham Zusi y Matt Besler, los dos flamantes jugadores franquicia de Sporting Kansas City, que apuesta por los jugadores locales para potenciar la competición desde dentro. Para el fútbol estadounidense, el All-Star de Portland es una buena oportunidad para demostrar que verdaderamente hay brotes verdes, aunque sea a costa de un Bayern que aún no dispone de los campeones del mundo.
* Agustín Galán es periodista.
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