La noticia del viernes ha supuesto un impacto demoledor: el capitán del Linares, equipo que milita en el grupo IV de la Segunda División B, Fran Carles, fallecía tras haber sufrido un fallo multiorgánico. Así rezaba el titular. Sinceramente, antes de leer la noticia en detalle imaginé que la causa habría sido un accidente de alta energía o una intervención quirúrgica compleja que se hubiera complicado. Pero no, nada de eso. Al parecer, el deportista sufrió un accidente en el gimnasio. Una pesa le cayó en el muslo. Hasta ahí nada raro puesto que pudo salir por su pie y dirigirse a su domicilio. Sin embargo, en los sucesivos días su estado general empeoró: se encontró mal, cansado, fatigado hasta que llegó a perder el conocimiento. Cuando fue trasladado al hospital, poco se pudo hacer por salvarle la vida. La autopsia desvelará la causa de la muerte. Todos estamos desolados.
¿Cómo es posible que haya ocurrido? Nadie entiende cómo un accidente banal puede desembocar en tragedia y acabar con la vida de un deportista sano. Hay dos hipótesis que pueden ser las responsables del fatal desenlace:
Es el proceso por el cual la fibra muscular se rompe. Tras un ejercicio intenso o cuando las fibras musculares se rompen durante el ejercicio, la mioglobina -que es el pigmento en el que se deposita el oxígeno dentro del músculo- se libera, pasa a la sangre y de ahí a los riñones y orina para ser eliminado. Todo ello debe aclararse transcurridos dos o tres días desde el esfuerzo. Sin embargo, si la lesión ha sido muy importante y las fibras musculares rotas son muy numerosas, o la persona está muy musculada, la cantidad de mioglobina que pasa a la sangre es tal que el riñón es incapaz de filtrarla, se acumula en los glomérulos (la unidad funcional del riñón, como lo es la neurona en el cerebro), y se atoran, produciéndose un fallo renal. Si no se resuelve, el paciente puede sufrir una insuficiencia renal aguda y precisar diálisis urgente porque su vida está en peligro. De esta manera, se aclara la función renal junto con una importante hidratación y los riñones deben responder.
Como deportista que era, Fran Carles debía poseer un tren inferior potente por lo que suponemos que el traumatismo debió destruir un volumen muscular importante. La función muscular se mide en sangre por dos enzimas como la CPK y la LDH. La CPK se origina en el músculo y en el corazón. Aumenta de forma importante con el ejercicio, sobre todo dentro de los dos primeros días. Se normaliza en dos o tres días, pero si el esfuerzo ha sido muy importante puede tardar hasta una semana en alcanzar valores normales. La LDH también se incrementa con el ejercicio a las pocas horas y se recupera mucho más rápidamente que la CPK.
El proceso de coagulación que lleva a la hemostasia consiste en un conjunto complejo de reacciones en el que participan aproximadamente 30 proteínas diferentes. Estas reacciones convierten fibrinógeno en fibrina, la cual, con las plaquetas, forma un trombo estable. La coagulación se produce desde tres tipos de vías que dan lugar a la cascada de la coagulación.
Un coágulo es, por lo tanto, una red tridimensional de fibrina que eventualmente ha atrapado entre sus fibras a otras proteínas, agua, sales y hasta células sanguíneas.
Por una convención se denomina «trombo» a un coágulo formado en el interior de un vaso sanguíneo. La coagulación es una función necesaria e imprescindible para evitar que nos desangremos tras un corte o un traumatismo.
Una de las alteraciones de la cascada de la coagulación es la posibilidad de que se produzca un trombo. Este se suele depositar en las venas de las piernas y bien se queda en la extremidad o bien puede migrar y dirigirse a los pulmones.
En personas mayores suelen aparecer trombosis venosa profunda y embolia pulmonar. Son poco frecuentes entre la población joven y sana, motivo por el que atletas y corredores, así como sus médicos, apenas sospechan cuando los síntomas se manifiestan. Dos estudios de reciente publicación instan a tener en cuenta la relación entre maratón y enfermedad tromboembólica venosa (ETV), dado que muchos atletas reúnen las condiciones que propician una ETV.
Viajes largos, deshidratación, traumatismos importantes, inmovilización, fracturas óseas y cirugía mayor, anticonceptivos orales y tratamientos hormonales sustitutivos, antecedentes familiares de ETV o mutaciones genéticas son los principales factores de riesgo a los que pueden estar sometidos corredores y atletas.
La tenista Serena Williams, Chris Bosh (Miami Heat) o Anderson Varejao (Golden State Warriors) son algunos de los deportistas profesionales que han sufrido una o varias trombosis y embolia pulmonar. Y algunos de ellos no hicieron caso de los síntomas (dolor en la pierna, en el caso de la trombosis) o los confundieron con molestias habituales sin mayor importancia.
Cuando se produce un trombo en la pierna, puede provocar la siguiente sintomatología:
Sin embargo, la situación puede tornarse dramática si el trombo se moviliza y acaba en los pulmones del deportista ya que puede tener consecuencias fatales.
Entra dentro de lo posible que un gran hematoma, con el consiguiente reposo que se aconseja, pueda desencadenar en la presencia de una trombosis en la extremidad afecta, y el trombo en cuestión migrar hacia órganos vitales como son los pulmones.
Descanse en paz Fran Carles, deportista querido en su tierra y ejemplo para sus compañeros.
* Antonio Ríos Luna es traumatólogo, maratoniano y autor del libro “Del sillón a la maratón”.
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal