El contraataque se define como la acción de “restar o robar el balón al adversario e intentar llegar rápidamente a su portería, sorprendiéndole de forma que no pueda replegarse ni organizarse defensivamente y explotando los espacios libres que dejó al adelantarse”.
Su definición no deja lugar a dudas en cuanto a su interpretación, si bien son numerosas las formas y maneras de entrenarlo. No debemos caer en el error de afirmar que una acción donde se ataca de manera rápida y vertical es un contraataque si no se produce una recuperación previa del balón, dado que sin ésta hablaríamos de un ataque directo.
En palabras de Sergio Piernas e Iván Díaz Infantes[1], el ataque directo “se fundamenta en pases largos efectuados por los jugadores de la primera y segunda línea sobre los que formen la delantera…, en su ejecución se alternan los pases de amplitud y los de profundidad así como pases largos y cortos…” .
Por otro lado, el juego combinado, según los mismos autores, se caracteriza por “adoptar unos posicionamientos previos colectivos, seguidos de unas evoluciones establecidas de antemano… la circulación del balón se realiza más en amplitud que en profundidad con pases cortos y desmarques de apoyo. Se busca velocidad en la circulación del balón…”.
A raíz de lo expuesto podemos concluir las principales características en los distintos tipo de ataque:
Juego de posesión 6×6.
Objetivo: recuperación del balón en zona de desestabilización y contraataque con juego en profundidad a la espalda de la defensa. Tras la pérdida de balón el equipo defensor realizará repliegue intensivo.
Partido de 11×11.
Objetivo: Realizar máximo 3, 4, 5… pases antes de entrar en la zona A.
Esta tarea en sí no tiene valor alguno si no sigue unos patrones de actuación establecidos por el entrenador en función de sus jugadores e idea a desarrollar; sin embargo, las consignas de la tarea permiten:
Partido de 11×11.
Objetivo: Realizar mínimo 6, 7, 8… pases antes de entrar en la zona A.
A través del esquema de la tarea anterior podemos perseguir el objetivo opuesto si aplicamos la consigna contraria: un número de pases mínimos. Nuevamente incido en la importancia de establecer unos patrones colectivos propios que terminarán por dar sentido a la tarea.
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[1] Sergio Piernas e Iván Díaz Infantes: autores del libro “Entrenamiento de la táctica y estrategia en el fútbol”.
* Joaquín Lobón es responsable técnico de CITY FOOT (Casablanca, Marruecos). www.joaquinlobon.wordpress.com
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