Después de los análisis sobre las derrotas ante Gales y Australia, cerramos el capítulo dedicado a Inglaterra con algunos datos que resultan sorprendentes.
Las estadísticas son claras. Inglaterra dominó a Gales en: ocupación territorial (53-47), posesión (51-49), metros recorridos con la pelota (468-387), offloads (6-4), rupturas (6-4), scrums ganados (5-2), line outs robados (2-1) y penales concedidos en el scrum (1-4).
Gales por su parte dominó en: número de tackles (106-104), tackles errados (16-18) y en penales concedidos (11-12).
El equipo de Stuart Lancaster hizo estadísticamente mejor partido que el equipo de Warren Gatland.
Pasemos al Inglaterra vs Australia:
Inglaterra dominó a los Wallabies en: metros recorridos con la pelota (423-283), rupturas (7-5), tackles errados (15-22) y line outs robados (2-0).
Australia dominó en: tackles (124-120), scrums ganados (8-5) y penales concedidos (6-9).
Hay un dato revelador en ambos partidos: Inglaterra recorre muchos más metros con el balón que sus rivales. Los réditos: 38 puntos y 2 ensayos. Gales y Australia consiguieron 61 puntos y 4 ensayos. El gran lastre de Inglaterra ha sido la falta de fluidez y decisión en su juego de ataque, no ha sabido materializar en puntos los metros recorridos; la posesión útil de pelota de Inglaterra ha sido muy escasa y eso es un punto de inflexión ante rivales de semejante entidad.
Inglaterra pierde ante Gales por su pésima toma de decisiones sobre el campo; ante Australia cae derrotada -simplemente- porque es un equipo inferior.
El secreto de Australia:
La delantera australiana trabaja como un bloque. Dice Michael Cheika que “Mario Ledesma (entrenador de delantera de Waratahs y de los Wallabies) me enseñó que el scrum es una parte fundamental del juego“.
Sekope Kepu (pilar de Waratahs y Australia) resume de la siguiente forma la labor del argentino: “Trabaja el scrum como algo de los ocho, un paquete, en lugar de hacer uno su propia lucha. Si podemos trabajar en conjunto y no ser egoístas, se obtienen resultados“.
Su tight five no es un dechado de virtudes individuales (nadie de su primera y segunda línea estaría en los peldaños más altos de un ranking, puesto por puesto), pero han conseguido funcionar como unidad en los scrums, con el apoyo de su fenomenal tercera línea.
En esa solidez se asienta gran parte de la mejora colectiva australiana; el talento y el juego expansivo de sus backs era y es de sobra conocido: Genia aporta rapidez en la salida del balón, Foley equilibra el juego, Giteau y Ashley-Cooper proporcionan la experiencia necesaria y Folau pone el elemento diferencial.
La delantera australiana superó como conjunto -e individualmente en casi todos los casos- a la delantera inglesa y ahí ganaron el partido. Los backs fueron los encargados de marcar las diferencias.
A Inglaterra le faltó para ganar a Gales la decisión que sí tuvo Australia para ganar a Inglaterra. Este tipo de decisión y el plan de juego para llevarla a cabo es el cometido de los entrenadores. Michael Cheika estuvo muy por encima de Stuart Lancaster.
* Javier Señaris es analista de rugby.
– Estadísticas oficiales de www.rugbyworldcup.com.
– Foto: Getty Images
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