Mito, leyenda y emblema del Athletic Club y de la selección española. Su nombre evoca tiempos pasados en los que el balompié era puro romanticismo y el estilo de juego, con cinco hombres en el ataque, se distinguía por ser muy ofensivo. En su poder mantiene récords como ser el máximo goleador de la historia del Athletic, el jugador que más Trofeos Pichichi ha conseguido, con seis, o el mejor artillero de la Copa y de la Liga, estando este último en peligro ahora mismo, con Messi al acecho. Nacido en Erandio (España) el 20 de enero de 1921, fue un delantero centro a la antigua usanza, excelso rematador tanto con los píes como con la cabeza, fuerte físicamente, oportunista y con un extraordinario olfato de gol. Siempre fue reconocido como un futbolista enormemente caballeroso y deportivo sobre el césped y en la época se comentaba que era “la mejor cabeza de Europa después de Churchill”. Tuvo dos hermanos futbolistas que militaron en el Arenas de Getxo: Tomás, que era portero, y Domingo (fallecido tras la Guerra Civil), delantero.
Comenzó a jugar en varios equipos de su barrio como el Asúa o Pitoverese hasta que firmó su primer contrato con el Erandio, que se encontraba en segunda división a finales de la década de los 30. El Athletic Club, cuya plantilla se había desmembrado tras la salida de muchos jugadores en la Guerra Civil, le vio jugar y le firmó un contrato para la temporada 1940-1941.
Por aquel entonces el técnico era Juan José Urquizu, que le dio la alternativa en el primer partido liguero ante el Valencia, donde Zarra le correspondió con dos goles. Esa campaña se había incorporado Iriondo y Gaínza y Panizo cumplían su segunda temporada, restando solo la llegada de Venancio para que el cuadro bilbaíno completase un ataque de leyenda. Zarra tenía por delante a Unamuno, que fue Trofeo Pichichi, y en Liga acabó participando en ocho encuentros con un bagaje de seis goles.
La campaña siguiente ya adquiere el rango de titular y su rendimiento empieza a crecer paulatinamente. Se proclama mejor realizador del equipo con 15 dianas y el Athletic alcanza la final de la Copa en la que es derrotado en la prórroga por el F. C. Barcelona de los Martín, Escolá, Raich o Miró. Es en el curso 1942-1943 cuando el artillero de Erandio inaugura su palmarés de títulos con un excepcional doblete de liga y copa. En el campeonato doméstico logra dos tantos más que el año anterior con tardes memorables como ante el Real Oviedo al que marca cinco dianas o frente al F. C. Barcelona al que anota un triplete en San Mamés. El Athletic domina la competición y supera en tres puntos a Sevilla y F. C. Barcelona para alzar el título. Mientras que en la Copa eliminan a C. D. Castellón, Atlético Aviación y Valencia para verse las caras contra el Real Madrid en una final en la que se imponen por la mínima con gol en el tiempo extra de Zarra.
En 1944 y 1945, el equipo rojiblanco demuestra tener un feeling especial con la Copa y obtiene otros dos títulos de forma consecutiva. Zarra es clave en las dos finales contra el Valencia, al que marca un tanto en cada una de ellas pese a ser expulsado en la segunda a poco del final tras un encontronazo con el zaguero Álvaro. En la liga, ambas campañas son mediocres en cuanto a resultados, y aunque Zarra se erige por primera vez mejor artillero nacional en 1945 con 20 dianas, ocupan puestos en mitad de la tabla.
Las temporadas posteriores el delantero confirmó su gran nivel con otros dos Trofeos Pichichi en 1946 con 24 goles y 1947 con 33, pero el equipo bilbaíno no corresponde a las expectativas y está cuatro cursos sin levantar ningún título de importancia. La sequía finaliza con la llegada al banquillo de José Iraragorri y la inclusión como titular asentado de Venancio, lo que hace que la delantera mítica formada por Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza siembre el terror en las defensas contrarias. Zarra consigue su cuarto ‘Pichichi’ con 24 goles aprovechando los excelentes servicios de sus compañeros y la Copa es el trofeo que levantan para salvar una temporada aciaga en Liga. Español, Oviedo y Valencia son los rivales que caen en las rondas previas antes de acceder a una final de leyenda ante el Real Valladolid. El cuadro vallisoletano, con uno de los planteles con más calidad de su historia, sucumbe frente a un Zarra fantástico que logra un póker de goles en Chamartín. Al final de los 90 minutos se llega con empate a un tanto, pero el erandiotarra en la prórroga bate en tres ocasiones a Saso, dando la Copa número 17 a la institución bilbaína.
En el curso 1950-1951 Zarra vive su mejor campaña como profesional. Lanzado tras su gran Mundial bate el récord de goles en una temporada en Liga con 38, siendo sus victimas preferidas el Lleida al que marcó 8 (6 en el mismo partido), el Murcia con 6 (un triplete en La Condomina y otro en San Mamés) y la Real Sociedad con 5, todos ellos en la victoria en casa por 7-1. Estos goles solo tuvieron como premio la Copa Eva Duarte que lograron ante el Atlético de Madrid después del empate a cinco en el Metropolitano y la victoria en Bilbao con un doblete suyo en San Mamés. En la Liga concluyen en séptima posición y en la Copa el F.C. Barcelona les apartó de la final.
Las últimas campañas de Zarra como león estuvieron marcadas por las lesiones y la irregularidad, excepto en el curso 1952-1953 en el que logró el sexto Trofeo Pichichi con 24 dianas. Anteriormente, en 1951-1952, solo pudo disputar 5 partidos de Liga al lesionarse de gravedad frente al Atlético de Madrid en un choque con el portero Montes y con posterioridad, en 1953-1954, también jugó los mismos encuentros anotando un total de dos dianas. Su despedida al término de la temporada 1954-1955 no pudo ser más feliz al marcharse con un título bajo el brazo, la Copa, pese a que no actuó en ningún partido de las rondas previas ni en la final, donde el Athletic doblegó por la mínima al Sevilla.
Tras su salida del conjunto rojiblanco jugó dos años sin cobrar una peseta en la Segunda División, un curso en la SD Indautxu junto a sus amigos Panizo o Azcárate y otro en el Barakaldo, hasta que con 36 años en el año 1957 decidió colgar las botas.
Con la selección española fue internacional en 20 ocasiones logrando el mismo número de tantos, algo que le convirtió en su momento en el mejor artillero del equipo nacional. Hizo su debut de la mano del técnico Jacinto Quincoces el 11 de marzo de 1945 en un choque ante Portugal en Lisboa. No marcó, pero España sacó un empate del estadio Jamor pese a que a falta de 20 minutos para el final vencían por 0-2.
Los años venideros, todavía sin ninguna fase de clasificación en el horizonte, Zarra participó en varios duelos amistosos donde cuajó grandes actuaciones. Sus dos primeros goles llegaron ante los lusos el 6 de mayo de 1945 en Riazor tras devolver la visita de los hispanos de un par de meses antes. El cuadro rojo en un intenso encuentro ganó por 4-2 a los portugueses que tuvieron de nuevo en Peyroteo a su mejor hombre. Otra de las grandes víctimas del delantero de Erandio fue la selección de Irlanda. En 1947 España aterrizó en Dublín donde Zarra anotó un doblete, sin embargo estos goles no fueron suficientes para dar la victoria a los españoles, que cayeron por 3-2. Dos años después y en el mismo escenario la historia sería diferente. Zarra batió en dos ocasiones al arquero Godwin, pero esta vez si el equipo dirigido por Guillermo Eizaguirre se llevó el triunfo por un claro 1-4.
El Mundial de Brasil 1950 estaba a la vuelta de la esquina y a principios de año España se jugó el pase en una eliminatoria a doble partido con Portugal. La ida en el estadio de Chamartín fue un paseo para los locales que apabullaron a sus vecinos por 5-1, con otro doblete del erandiotarra. En la vuelta, en Lisboa, los españoles necesitaban sacar un resultado positivo para que no fuese obligatorio un choque de desempate. En el minuto 25 de la primera mitad Zarra aprovechó un pase de Gaínza para empujar el balón a la red lusa en el área pequeña. En la segunda parte los portugueses con dos zarpazos dieron la vuelta al marcador, pero Gaínza a poco del final puso las tablas en el marcador, dando de este modo a España el billete para el torneo mundialista.
En territorio brasileño el sorteo les deparó como rivales Chile, Estados Unidos e Inglaterra. El seleccionador Eizaguirre llevó como arietes a Zarra y César, pero el titular indiscutible toda la competición fue el vasco. El estreno ante los estadounidenses no fue tan sencillo como se esperaba y España solo obtuvo el triunfo en los últimos minutos. Gino Pariani había marcado para Estados Unidos y la reacción española se hizo esperar hasta el minuto 81. Igoa y Basora marcaron dos goles en dos minutos y Zarra sentenció el partido con un bonito empalme. A continuación el rival fue Chile que venía de perder con Inglaterra. Los pupilos de Eizaguirre se mostraron muy superiores y certificaron la victoria con un 0-2 donde el artillero vasco no faltó a su cita con el gol, después de una bonita jugada en la que arrancó en el centro del campo y con un toque sutil superó a Livingstone. El último partido de la fase de grupos era el definitivo para conocer quién pasaba de ronda. España se enfrentaba a Inglaterra a la que únicamente había vencido en el lejano 1929. En una contienda que pasó a la historia del deporte español y de la carrera de Zarra los españoles doblegaron a los ingleses por la mínima y les apearon del torneo. El gol fue obra del jugador del Athletic en una fabulosa jugada en la que intervinieron Gabriel Alonso, Gaínza e Igoa que dejó pasar inteligentemente el cuero para que Zarra perforase la red de los ‘pross‘. La ronda final para los hispanos no fue tan satisfactoria al no poder lograr ningún triunfo frente a suecos, brasileños y uruguayos. Precisamente contra los charrúas consiguieron sumar su único punto al empatar a dos en Pacaembú. Luego dos duras derrotas ante Brasil por 6-1 y Suecia por 3-1, con el cuarto gol del Mundial de Zarra, les dejó en la cuarta posición final de la competición.
Los últimos encuentros en los que Zarra vistió la zamarra roja de la selección tuvieron lugar en 1951. Frente a Suiza en Chamartín obtuvo su mejor registro en un partido con España al anotar cuatro tantos en la victoria por 6-3. Unos meses más tarde viajaron a Bruselas para jugar ante Bélgica y Zarra volvió a ser el mejor de su equipo. Un doblete suyo y un gol de Gonzalvo III permitieron que España no fuese derrotada en el estadio de Heysel. La mini gira que realizaron por Europa tuvo Estocolmo como siguiente destino, lugar en el que Zarra jugaría su partido internacional 20. En el estadio Rasunda y con un aburrido 0-0 final el mejor artillero español de la época dijo adiós a su etapa en el conjunto nacional.
Al término de su carrera deportiva abrió una tienda de deportes y un restaurante en Bilbao que dirigió junto a varios familiares el resto de su vida. En 1954 recibió un homenaje de todo el fútbol español en Chamartín y en 1997 le tocó al club de sus amores, el Athletic, que le rindió tributo con un partido en el que se enfrentaron los leones rojiblancos frente a un combinado de la Liga española entrenado por Javier Clemente.
Desde 2006 el diario Marca instauró el Trofeo Zarra al mejor artillero de la Primera y la Segunda División del Campeonato Nacional de Liga. A lo largo de su vida recibió numerosas condecoraciones, entre las que destaca la Medalla de Oro al Mérito Deportivo, y en el pasado mes de septiembre el Ayuntamiento de Bilbao puso su nombre a una calle cercana al estadio de San Mamés. Falleció en Bilbao el 23 de Febrero de 2006 a los 85 años de edad.
* Alberto Cosín.
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