Para preparar el libro “Senda de Campeones” pude entrevistar de manera extensa a Tito Vilanova, en noviembre de 2010. Los que siguen son algunas de sus ideas básicas sobre la metodología formativa del Barça, las dificultades de adaptación de jugadores externos o las exigencias competitivas.
“Creo que lo que hace hoy grande al Barça, aparte de ganar, es que todo el mundo sabe a qué juega y que desde que los chavales son pequeños se intenta que aprendan el modelo de juego. Si un chaval que ha empezado en la categoría infantil tiene la suerte de llegar al primer equipo llevará muchos, muchos años trabajando y jugando de esta manera concreta. En cambio, jugadores que son muy, muy buenos, internacionales y grandes estrellas mundiales que lo han ganado todo, cuando llegan aquí deben adaptarse a nuestra manera de jugar y les cuesta mucho más que a un chico que llega de abajo. Por eso decimos que los chavales de las categorías inferiores, si decides ponerlos, se llamen Busquets o Pedro, se adaptarán bien y de una forma normal y sencilla. En estos momentos debemos aprovechar que este modelo está metido en las entrañas del club y eso debemos aprovecharlo”.
“Al fútbol base le hizo mucho bien la subida de Busquets y de Pedro porque eran un perfil de jugadores que casi nadie señalaba desde pequeños, en aquel momento en que se dice que un futbolista es tan bueno que seguro llegará al primer equipo. Eran dos chicos a los que nadie tenía en cuenta, a los que nadie los señalaba como futuros componentes del primer equipo. Y el hecho es que, además de tener una gran calidad técnica como han demostrado -recordemos que son campeones del mundo y son muy jóvenes-, su gran mérito para subir y lograr quedarse en el primer equipo reside en que lo lograron con mucho esfuerzo, sacrificio y voluntad. Anteriormente, al fútbol base parecía que le llegaba el mensaje de que solo triunfaría quien tenía mucha calidad y que, por tanto, no hacía falta correr. Pero con Busquets y Pedro llega un mensaje diferente: para triunfar hace falta calidad, pero también hay que correr, esforzarse y trabajar. Este mensaje es lo que más nos satisface a Pep y a mí. El mensaje de “aquí corre todo Dios”. Y que hay que ganárselo día a día, currando. Es un mensaje que ha calado en las categorías inferiores”.
“Me gusta recordarle a todos que Andrés (Iniesta) no fue titular de verdad en el primer equipo hasta los 22 o 23 años y que ha tenido que adaptarse a jugar en todo tipo de posiciones. Que si por la derecha, que si por la izquierda, que si ahora juego, que si ahora no juego… Y lo tenemos entre los tres mejores jugadores del mundo y resulta que no fue titular hasta los 23 años y le costó mucho llegar a serlo. El ejemplo de Iniesta es muy importante para los demás jugadores. Yo les digo: ‘Si tenéis la suerte de llegar donde llegó Andrés y él no consiguió ser titular de entrada, ¿Qué os hace pensar que vosotros podéis serlo con 18 años?’”.
“La ventaja que tenemos es que abajo hay una hornada magnífica, muy joven y con el equipo en Segunda A. Y con esto debemos tener un poco de paciencia. Sólo por el hecho de jugar en 2ªA y tener la posibilidad de que, en cualquier momento, puedas subir al primer equipo porque alguien se lesiona, es una plataforma muy importante para los chavales. Lo digo por propia experiencia, ya que yo en el momento de mi renovación como jugador les dije a Charly y a Cruyff que solo quería estar dos años en el Barça B. Tenía 21 años y les dije que si no subía al primer equipo, en dos temporadas me iba. Con el paso de los años he visto que me equivoqué porque mi estilo de juego se adaptaba como un guante al estilo del Barça y, en cambio, cuando fui a otros equipos no me resultó fácil adaptarme a otro estilo de juego. Quizás tampoco hubiera triunfado en el Barça grande, pero me fui demasiado pronto. No era necesario marcharme con solo 21 años . Esta experiencia personal la tengo muy clara y si los chicos me quieren hacer caso les diría que no tengan prisa porque, si lo que quieren es jugar en Primera División, ya tendrán tiempo. Si no es con 21 años será con 23, pero por el camino habrán perdido la posibilidad de jugar en el primer equipo del Barça”.
– ¿El modelo formativo del Barça puede tener el punto débil de que falléis los ascensoristas?
“Esto sería lo más normal del mundo. Este club necesita ganar siempre y la gente no concede tiempo de adaptación. Hay que ganar ya. Y adaptarse ya. Quizás no habrá paciencia para que un jugador de abajo se vaya formando poco a poco. Tampoco debemos olvidar que no siempre saldrá un Messi, un Iniesta, un Pedro, un Busquets. Aunque trabajes muy bien la cantera, los frutos no están garantizados. Un Messi puede salir una vez en la vida. Y uno que esté diez escalones por debajo de Messi, quizás también surja solo de vez en cuando. Por lo tanto, el club siempre que pueda debe apostar por gente de abajo, pero teniendo puesto el ojo en jugadores con talento que se adapten a nuestras características. Habrá que traerlos porque, ante todo, los seguidores del Barça quieren gozar y ganar. Si es con jugadores de la casa, mejor; pero la filosofía y la idea del club no es jugar únicamente con gente de la casa sin dar importancia a si ganamos o no. Esta no es la idea del club”.
“Lo más importante es formar jugadores para el primer equipo. La formación es muy importante, pero una parte de la formación es obligarme a ganar. Lo más importante no es ganar, pero si soy un jugador de esta casa debo decirme: ‘Soy del Barça y tengo que ganar‘. Desde alevines, infantiles o cadetes deben saber que cuando se enfundan esta camiseta deben ganar. Deben hacer lo posible para ganar. Y deben hacerlo jugando de una forma determinada, pero tienen que adaptarse a la presión de ganar siempre, que es la más difícil de soportar. Incluidos los partidos amistosos. Ganar forma parte de la formación. Si no se gana, los educadores debemos pensar que no pasa nada, pero no podemos transmitirles que no pasa nada. Es una parte de su formación para llegar al primer equipo sabiendo cómo se juega y sabiendo que en Can Barça siempre hay que ganar. Aquí juegas cien partidos y tienes que ganar cien partidos. A veces nos llega un jugador de fuera y no está acostumbrado a esta presión de tener que vencer siempre. Esta voluntad se educa desde abajo. Yo no pasé por el primer equipo, pero cuando he llegado como entrenador me ha salido de dentro este espíritu que mamé en la cantera y sé que siempre tengo que ganar”.
– Fotos: La Vanguardia – Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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