Una vez hemos definido el desmarque en la primera parte de este artículo, a continuación nos centraremos en su correcta aplicación en las tareas de entrenamiento.
Hacemos alusión al desmarque de apoyo cuando un jugador realiza un movimiento para dar soluciones al poseedor de balón, de la misma manera que nos referimos al desmarque de ruptura cuando un jugador ocupa un espacio libre, por ejemplo, a la espalda de la defensa. Sin embargo, el simple hecho de ejecutar el movimiento (definido por la RAE como el «estado de los cuerpos mientras cambia de lugar o posición») no implica que se lleve a cabo un desmarque. El diseño de una tarea de desmarque de ruptura sin un marcaje previo carece de sentido, dado que este marcaje tendrá connotaciones tácticas e incurrirá no solo en la ocupación de espacios, sino también en su creación.
«¿Por qué hacemos alusión al desmarque en una acción de apoyo de un jugador que no está previamente marcado?»
Para entender las alteraciones tácticas implícitas en el desmarque expondré el siguiente ejemplo donde los espacios libres juegan un rol fundamental (dado que estos se crean, se ocupan y se aprovechan).
Cuando el jugador A realiza un pase a la espalda de la defensa para que el jugador B reciba, pueden suceder dos cosas:
«El entrenamiento del desmarque debe tener connotaciones tácticas que no son apreciables ni se pueden entrenar si no existe un marcaje previo»
De esta manera, las tareas de entrenamiento ligadas al desmarque deben contener un marcaje previo y perseguir un objetivo táctico definido en cuanto a ocupación, creación y aprovechamiento. Esto no sería posible sin dicho marcaje.
* Joaquín Lobón es entrenador y autor de «Modelo de Juego: estructura, metodología y aplicación práctica». Responsable técnico de CITY FOOT Academy (Casablanca, Marruecos)
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