Es impensable que, a priori, un fichaje en la delantera modifique mucho la salida de balón. Los sistemas de juego que hasta el momento está empleando Ancelotti en pretemporada no tendrían sentido si tienen que albergar a un jugador potencialmente de banda –a pesar de que en la última temporada ha alternado el juego por dentro en la media punta con la posición en la banda derecha– como es Gareth Bale. Por tanto, la base de la jugada tendería a ser diferente. Pero como el galés aún es jugador del Tottenham, vamos a intentar explicar cómo, a día de hoy, va a sacar el balón jugado el Real Madrid desde atrás, subrayando las dificultades que encontró José Mourinho en su último año en el banquillo blanco.
El anhelado sistema de Carlo Ancelotti. 4-3-2-1 o reconvertible en 4-3-1-2 si el Madrid acaba jugando con doble delantero. La pirámide para asegurar fortaleza defensiva parece habérsele atragantado durante la pretemporada. La pausa que intenta transferir se convierte en un cortocircuito blanco. suplido hasta el momento por acciones individuales. El italiano, sin poder alinear a Xabi por lesión, ha apostado por Illarramendi como el eje del equipo siempre que las sobrecargas no han dejado fuera al nuevo fichaje. Modric e Isco –el tiempo dirá si el malagueño se acostumbra a jugar más cerca de la base que en el Málaga– han sido interiores y escuderos junto al mediocentro y, digamos, los encargados de recibir el pase del central. Este sistema goza de una ventaja respecto al anterior (4-2-3-1): la superioridad numérica. Mientras el de Mourinho dejaba a Khedira como vía de escape ante la presión sobre Xabi, el 4-3-2-1 otorga un futbolista más para ofrecerse en la recepción y dar una salida limpia. Hay inconvenientes, pero a la hora de iniciar jugada es más beneficioso. Lo veremos más abajo.
Eso sí, la flexibilidad de Ancelotti en el campo será notable. Los interiores son una pieza clave para llevar el balón a la zona de tres cuartos y, por tanto, sacarlo de forma limpia por dentro. Ese papel parece que recaerá en Isco, Modric y Khedira e incluso algunas veces en Illarra. Como ha dicho Ancelotti, Isco es un jugador que «puede jugar en varias posiciones distintas». La incógnita está en Xabi Alonso y la teórica pareja que pudiese formar con Illarramendi. En tal caso, el sistema piramidal no serviría para juntar a los dos mediocentros provenientes de la Real Sociedad, a no ser que el más joven lo hiciese como interior. Además, hasta el momento Ancelotti ha probado a Casemiro en el eje por las bajas de Alonso e Illarra. El brasileño será el jugador comodín, aunque hasta el momento con él en el campo la salida de balón ha sido deficiente.
Uno de los matices que introduce este esquema, tan utilizado por el italiano, es la disminución de importancia de Khedira. El alemán, pieza clave en el sistema de Mourinho, parece haber quedado relegado a un segundo plano en las quinielas que formulan el teórico once titular. Con menos toque de balón y desplazamiento que Illarramendi, su mejor aliado es Xabi. El tolosarra, que podría afrontar su última temporada en el club blanco, es el mayor aval de Khedira. Su complemento perfecto. No interviene en su zona de influencia y no le agobia, algo que sí hizo Lass, además de que es una gran ayuda para tapar al medio constructor, algo en lo que Luka Modric tiene que mejorar.
Pero la llegada de Illarramendi por casi 40 millones no es casualidad. Se busca al sustituto natural de Xabi, pero este guarda ciertas diferencias que le podrían hacer prescindir de Khedira por un mediocentro de un corte más creativo. Modric, tal vez.
El planteamiento, al contrario que hace ocho meses, cuando el Madrid urgía a Marcelo en su recuperación –lesionado– y a un lateral capaz de sacar el balón limpio por la parte derecha, como hemos dicho antes, se basará en los interiores. Isco y Modric –en partidos de gran exigencia defensiva Ancelotti los reforzaría con más músculo– bajan a recibir, colocándose a la altura de los laterales, abiertos. El mediocentro único, ante la presión que le realizó el mediapunta rival a Xabi durante toda la temporada, baja a situarse entre centrales, formando un 3-4-3. La gran diferencia respecto al anterior Real Madrid, en cuanto a salida de balón, es que el triángulo que va a capitalizar la salida limpia va a ser el Xabi/Illarra-Isco-Khedira/Modric con apoyo en laterales (Carvajal y Marcelo o Coentrao) capaces de ofrecer alternativas. Desde luego, el hecho de repescar al canterano para el lateral derecho ofrece garantías con balón, algo que con Arbeloa era impensable. Falta por ver el nivel defensivo del exjugador del Bayer Leverkusen, posible factor que determine su titularidad o suplencia.
Antes, dicho triángulo se encontraba en la zona izquierda del campo con Marcelo, Ramos y Xabi Alonso como protagonistas. Si se encontraban los tres, la salida era factible, pero en el momento en el que se ausentase uno, al Madrid le costaba mucho. Y ocurrió con la lesión de Marcelo. Además, por la derecha no había alternativas reales. Khedira y Arbeloa son jugadores que cumplen a la perfección con su cometido, pero son lentos con el balón en los pies y, por tanto, un déficit en la salida limpia. Gozar de un lado más por el que salir desde atrás es un beneficio al que no se podía sustraer el Real Madrid de esta temporada y que impedirá al equipo contrario concentrar la presión en una determinada zona. El asfixiante ahogo al que fue sometido por el Borussia Dortmund quizá no hubiese tenido efecto de tener otras alternativas, de poseer un sustituto real de Xabi Alonso y, por tanto, llegar con él al tramo final de temporada descansado o bioen pudiendo alinear laterales largos y capaces de abrir el campo para salir con el esférico de la forma más limpia posible.
– La salida de balón del Real Madrid (I)
* Carlos Jiménez Barragán es periodista.
– Foto: EFE
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