Quizás sus aguas no son las más calientes de toda la península, eso nadie lo niega. Pero no hay nada que no cure el agarrar una buena ola, o una buena mariscada. Porque pese a la baja temperatura del agua, las playas gallegas del Océano Atlántico apuntan un año más a convertirse en uno de los principales puntos de referencia del panorama surfista peninsular. Así, Razo, Pantín, A Lanzada o Patos vuelven a ser algunos de los “spots” con más chinchetas en los mapas de los surferos españoles.
Gallegos como Gony Zubizarreta o Lucía Martiño ya hicieron su camino desde las aguas del noroeste español a los más grandes focos del profesionalismo y cada año, especialmente en los meses de verano, miles de surfistas intentan seguir los pasos de estos o, al menos, pasar un buen día entre las olas atlánticas. Además, el contexto que rodea a todo lo relacionado con el deporte de la tabla ayuda. Pocos sitios de costa se pueden aún encontrar más salvajes en España que la Costa da Morte, un tramo de cabos y rías que recorre la parte sur de la provincia de A Coruña, famosa por la bravura de su mar y la calidad de su marisco y pescado. Laxe, Malpica y sobre todo la playa de Razo, en Carballo, son de las olas más reconocidas en este tramo de costa donde mar y montaña se unen en solo uno, creando algunos de los acantilados y formaciones rocosas marítimas más impresionantes de toda la península.
Además, tanto la ciudad de Santiago de Compostela como la de A Coruña (donde también se puede surfear en la playa urbana del Orzán y otras del extrarradio como Sabón o Bastiagueiro) ofrecen una vía alternativa a A Costa da Morte en caso de necesitar soluciones más urbanas en cierto momento. Entre esta última y Ferrol también se puede encontrar el arenal de Pantín, posiblemente el más importante santuario gallego del surf y sede de un campeonato internacional en el mes de agosto.
Disfrutar de la gastronomía gallega, de su gente y de su mar no es solo un privilegio destinado exclusivamente a los surfistas. De hecho, otro de los atractivos del verano en Galicia son los cursos de surf que se reparten por su costa. Los precios del alojamiento y la comida dan un costo mucho más accesible que en otras partes de la península a la Costa da Morte, que además cuenta con un fuerte atractivo turístico (el Cabo de Fisterra, la catarata de O Ézaro, la iglesia de A Barca en Muxía) y una vida nocturna repleta de diferentes fiestas a lo largo de toda la costa.
A toda esta unión de factores hay que sumarle, también, un clima que no es tan adverso como su fama le concede. Así, la temperatura media del verano normalmente suele moverse por los 23° o los 25° grados durante los meses de verano.
Por todo ello parece casi una locura el no aventurarse a un viaje por la costa gallega durante los próximos meses y probar así un poco de su salvaje (y frío) mar. Ya seas surferoamateur, de nivel alto o aunque simplemente te interese probar por primera vez una tabla, Galicia, y especialmente A Costa da Morte, son el lugar en el que aterrizar. Tú equípate de ganas. Las otras cosas como la buena comida, el ambiente tranquilo, las playas, el vino o la cerveza ya vienen de serie con Galicia.
– Foto: AP
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