Camino al entrenamiento, en un trayecto de escasamente veinte minutos en coche, puedo ver cómo el balón me acompañará un día más. Grupos de jóvenes se encargan de organizar partidos sobre terrenos impracticables donde unas piedras marcan las porterías. La pelota comienza a rodar y el fútbol en estado puro se convertirá en el protagonista absoluto permitiendo a esos chicos y chicas olvidar todos sus problemas y disfrutar del deporte que aman.
Ya son prácticamente tres años trabajando y analizando el fútbol sudafricano habiendo podido apreciar el gran talento que existe en el país, pero ¿qué sucede para que este se pierda en el camino?
Horas y horas de práctica acompañan a los niños y niñas sudafricanos durante su infancia. Verlos después del colegio practicando el deporte que les apasiona es habitual; trabajan su técnica y la perfeccionan día tras día mediante partidos en la calle donde deben encontrar la manera de sobrevivir.
Los jugadores desarrollan recursos para poder adaptarse a las condiciones con las que se encontrarán: un terreno de juego impracticable, número desconocido de futbolistas que participarán en el encuentro o la calidad del balón con el que jueguen serán algunas de las causas que les obligarán a adecuar sus aptitudes futbolísticas.
La imaginación y la fantasía están presentes en cada instante durante el juego, aunque lo que se puede destacar por encima de todo es el espíritu competitivo que se vive desde el momento en que el balón se pone en marcha.
El talento natural es el que marcará la diferencia en estos partidos, dando protagonismo a determinados jugadores que todo el mundo será capaz de reconocer echándole un vistazo al juego.
La calle ofrece al fútbol sudafricano una oportunidad única al desarrollar jugadores a diario, aunque una vez identificados aquellos futbolistas destacados llega el momento de ayudarlos y entrenarlos en busca de que sean capaces de alcanzar un nivel superior.
Los jugadores deben iniciar su proceso formativo para que sus cualidades innatas se vean complementadas por un mayor conocimiento del juego. Los entrenadores se convertirán en los lideres en este proceso y desafortunadamente con malos resultados para los jóvenes.
La mayoría de entrenadores no cuentan con una formación adecuada para desarrollar jugadores. Esta falta de conocimiento impide a los técnicos en muchas ocasiones detectar las necesidades de estos, además de ser incapaces de identificar los errores que realizan durante entrenamientos y partidos.
La federación fomenta cursos, pero siempre orientados al fútbol profesional, obviando por completo la formación. De esta forma, los técnicos se encuentran con una información orientada al alto rendimiento y de gran dificultad, que en vez de ayudarles a mejorar les acaba creando mayor confusión en los métodos que deberán utilizar.
Po este desconocimiento de los entrenadores solo habrá unos grandes perjudicados: los jugadores, ya que con el inicio de los entrenamientos sus cualidades se verán estancadas, al contrario de lo que pensaban al dejar la calle.
Los entrenadores buscan el éxito fijándose e intentando copiar diferentes estilos o modelos de entrenamiento sin intentar crear uno propio que sea capaz de adaptarse a las necesidades de sus futbolistas.
Durante las sesiones, los jugadores comienzan a ver cómo la libertad con la que jugaban en la calle comienza a desaparecer, teniendo que seguir las directrices del entrenador, que buscará una disciplina táctica a la que estos no están acostumbrados.
El día a día de los jugadores se convertirá en un sinsentido constante al no establecerse unos objetivos por parte de la dirección técnica que acompañen el proceso formativo de los jóvenes. Poco a poco, aparecerá en los futbolistas la frustración y el descontento, ya que estos no serán capaces de entender todo lo que el entrenador quiere obtener en ellos, entrando en una dinámica en la que sus aptitudes comenzarán a verse afectadas y todo ese talento que mostraron se va apagando.
El continente africano está lleno de grandes jugadores que tienen unas grandes cualidades para la práctica de este deporte, pero desafortunadamente para ellos no tienen un sistema formativo adecuado para que sus cualidades sean mejoradas, siendo muy complicado para ellos evolucionar como futbolistas. Dar el salto a Europa es el sueño de todos ello para poder aumentar sus posibilidades de convertirse en aquel futbolista que un día soñaron ser mientras jugaban en las calles.
Hay muchos otros elementos que afectan el desarrollo de estas jóvenes promesas en África, pero en esta ocasión solo hago referencia al trabajo de los técnicos, ya que deberían ser los encargados de pulir a los futbolistas y se acaban convirtiendo en un muro que muchos jugadores no serán capaces de superar.
Se acabó el entrenamiento y de vuelta a casa la puesta de sol comenzará a marcar el final de los partidos callejeros, llegando el momento de despedirse del balón hasta el día siguiente, cuando una vez más volverán a juntarse a su alrededor y disfrutar de nuevo de ese maravilloso deporte llamado fútbol.
* Enrique Durán es Director Técnico de fútbol base de los Mamelodi Sundowns de Sudáfrica. Anteriormente fue coordinador de la FCB Escola.
– Fotos: Yasuyoshi Chiba (AFP)
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal