1.- Si el fútbol es un estado de ánimo, el Barcelona está eufórico y su juego rebosa felicidad y confianza. Hoy, con la vuelta a la titularidad de Messi, la dinámica colectiva del equipo y la descompensación entre la altura de la línea defensiva romana y su presión alta, los culés volvieron a hacer un partido imponente.
2.- Como decíamos, el planteamiento de la Roma fue atrevido. Rudi García identificó que el principal problema del Madrid en el Bernabéu fue la distancia entre líneas. Por ello, colocó al equipo en bloque alto, con la línea defensiva muy adelantada. Pero la presión al poseedor del balón de los atacantes no se correspondía con la posición de los defensores. El riesgo era constante porque el Barcelona llegaba muy fácil hasta tres cuartos de campo para dar el último pase. Si en los primeros minutos los culés volcaron al juego a la izquierda con la profundidad de Neymar, a medida que avanzaba el partido las llegadas desde un lado y otro fueron más equitativas, pero eran constantes.
3.- Y tras un gol anulado a Messi por fuera de juego y otras aproximaciones muy claras, llegó el gol. Diagonal hacia dentro de Neymar, que pudo levantar la cabeza y pensar el pase sin que ningún jugador visitantes le inquietara. Dani Alves, desmarque de ruptura mediante, le regaló el gol a Luis Suárez, que llegaba sin oposición.
4.- El equipo italiano no sabía qué hacer. Sin argumentos para inquietar en ataque ni para detener el vendaval culé. Por fuera con Alba y Alves, aprovechando la llegada dese atrás de Sergi Roberto y Rakitic, y con el tridente jugando por donde quería y cómo quería. En una de tantas, Messi se acercó a la banda izquierda y, previo tuya-mía, se plantó en el área. Szczesny defendió el remate raso, pero el argentino picó el balón –cómo echada de menos el Camp Nou ese gesto técnico– para marcar el segundo.
5.- No fue el último de la primera parte. Luis Suárez aprovechó un despeje de la zaga italiana y tras centro de Neymar para inventarse un disparo con efecto hacia dentro de mucha dificultad. La clave estuvo en la lectura de la jugada. Cuando el balón entraba en el área y todos los jugadores iban en su búsqueda, Suárez dio un paso atrás a la espera del rechace. El resto es historia.
6.- Luis Enrique aprovechó para dar descanso a Sergio Busquets y premiar el trabajo de Sergi Samper con 45 minutos en Champions League. Samper, probablemente el jugador que mejor interpreta el juego de posición de la cantera culé, está teniendo una mala temporada en un filial, dirigido por Gerard López, que permanece en los puestos de descenso de la Segunda División B.
7.- Pese a la mayor intensidad de la Roma en la presión, el Barcelona seguía jugando muy cómodo. Se siente guapo, hace gala de ello y todo le sale. Tanto que Piqué marcaba gol -tras regalo de Messi- justo antes de salir sustituido (por Bartra), y el mismo ’10’ anotó el quinto aprovechando un mal despeje de Szczesny. La dinámica positiva era tal, que Neymar fallaba un penalti pero Adriano marcaba en el rechace, y Ter Stegen le paraba un penalti a Dzeko, que se rehízo en la última jugada del partido anotando de cabeza.
y 8.- Todo son sonrisas en el Barcelona, que en los últimos cinco partidos se ha medido a rivales como Villarreal, Real Madrid o Roma, y cuyo balance es pleno de victorias, 18 goles a favor y solo uno –el de hoy– en contra. Aún estamos en otoño, y quizá ese es el único aspecto negativo en el entorno culé, que ve cómo Messi vuelve a un nivel tan alto como el que mantienen Suárez y Neymar, casi nunca ha perdido Busquets o ha elevado Sergi Roberto. Sí, aún es noviembre y queda mucho camino por recorrer. Pero el trayecto cursado hasta ahora deja un fútbol de altura que desencadena muchas sonrisas en Can Barça.
* Ismael Ledesma.
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– Foto: Víctor Salgado (FC Barcelona)
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