1.- El Valencia de Pellegrino llegaba al Dynamo Stadium de Minsk con una trayectoria muy irregular en la liga y repleto de dudas en defensa; para colmo, se encontraba con un partido vital en Champions mucho antes de lo previsto. La inesperada victoria del BATE Borisov contra el mastodóntico Bayern de Munich situó a los bielorrusos a la cabeza del grupo y dentro de la pelea por entrar en octavos. Si el Valencia no ganaba fuera de casa podía quedar contra las cuerdas.
2.- Pellegrino reconstruyó el equipo: lo principal era acabar con la sangría en la que se había convertido la defensa del Valencia. Victor Ruiz desapareció del once merecidamente, dejando su sitio a Ricardo Costa. Pero la revolución llegó en el medio del campo, donde posicionó un trivote: Albelda asumió la responsabilidad de cubrir las espaldas y evitar los contragolpes bielorrusos, Gago debía construir y Tino Costa morder en campo rival. Viera, que había sido el jugador valencianista más destacado en las últimas semanas, se quedaba en el banquillo.
3.- Viktor Goncharenko no tuvo ninguna duda. El BATE Borisov es un equipo con una identidad propia, y por eso repitió el mismo equipo que ganó al Lille y al Bayern. Y es que, a pesar de tener poco nombre, los bielorrusos se están ganando el respeto de Europa con victorias como la conseguida ante los bávaros y su reconocible juego de contraataque.
4.- El Valencia cumplió el guión marcado y a los pocos minutos el control del partido estaba en las botas de Gago. La solidez en el medio del campo permitía incorporarse a los laterales y daba más libertad a las bandas, ocupadas por Guardado y Feghouli. Pellegrino acertó con la tecla para colapsar la salida de balón del rival, que no conseguía lanzar a sus delanteros desde la defensa, atosigada una y otra vez por Tino Costa (mucho más útil cuando juega por delante de los centrocampistas). Pero la posesión blanquinegra se mostraba estéril ante el buen posicionamiento del equipo de Goncharenko, Soldado era una isla en ataque y los jugadores del Valencia parecían más preocupados por recuperar el sitio que por buscarle las cosquillas al BATE.
5.- Ante la nula presencia en el área rival, la falta de atrevimiento de las bandas y la poca profundidad de los pases en el medio del campo, el BATE Borisov empezó a avisar a Diego Alves: primero fue Rodionov, que parecía más peligroso en solitario que todo el Valencia en ataque estático, y poco después Paulov, que entró como cuchillo en mantequilla entre Pereira y Rami. Pero apareció Soldado como un naúfrago en el área rival, caracoleó y provocó un penalti en una jugada aislada. Gol psicológico en el último minuto y el partido encarrilado.
6.- En la segunda parte, el BATE Borisov adelantó las líneas, dejando más espacios a la espalda de su defensa. Pellegrino supo leer el partido y el Valencia se agazapó como un animal preparado para finiquitar a su presa en un contragolpe. Entonces Hleb dio muestras de que su calidad existe, aunque sea tan intermitente que a veces parece imperceptible, y dejó mano a mano a Rodionov contra Diego Alves. El brasileño va sobrado de reflejos y de su parada nació el 0-2.
7.- Fue el propio Alves quien comenzó un contraataque de manual y Guardado demostró que, pese a no haber demostrado habilidades para el desborde, sí posee un golpeo de balón excelente. El esférico fue a caer en la bota de un Soldado en estado de gracia, que voleó con precisión al segundo palo. El Valencia desactivó al BATE Borisov con su propia medicina.
8.- Los bielorrusos, poco acostumbrados a perder –han sido campeones de su liga los últimos seis años–, acusaron el golpe anímico y el Valencia, con mucho espacio para correr, vivió los mejores minutos como equipo en lo que va de temporada. Los avisos eran constantes y Soldado olía la sangre: enésimo robo de Tino Costa en la medular, precisa pared con el goleador en el área y el balón acabó dentro de las mallas de la portería de Gorbunov.
9.- El delantero valencianista se sentó en el banquillo en el minuto 77, con la conciencia tranquila y con otro triplete, que le convierte en el máximo goleador del club en la Champions. El valenciano es un delantero de rachas y la mejor noticia para el Valencia y para Pellegrino es que su rematador recupere el olfato.
y 10.- El técnico argentino ha salvado el primer match-ball de la temporada y ha situado al Valencia primero del Grupo F, pero aún tiene mucho trabajo por delante. En primer lugar, terminar de dar consistencia a una defensa que aún flaquea, decidir si será un doble pivote o un trivote el dibujo del equipo en el medio del campo y hacer que la delantera carbure con Soldado como líder. Seguro que la vuelta de Banega y la inminente reaparición de Canales ayudan al Flaco.
*Alex Argelés es periodista
– Fotos: EFE
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