1.- El Real Madrid firmó un partido vacío de contenido, sin una idea definida. Además, no valoró el peligro que tenían las virtudes de su rival. El resultado de todo fue un encuentro muy malo para sus intereses y un resultado que le obliga a vivir en un riesgo enorme para intentar levantar la eliminatoria en la vuelta. Comenzó el encuentro dominando y encontrando con facilidad el área contraria, pero no midió los riesgos defensivos a los que un equipo como el Wolfsburgo le podía someter. El conjunto alemán es un equipo vulnerable atrás, de ahí su posición actual en la Bundesliga, pero poderoso en transición. El Madrid comenzó a penar con el paso de los minutos, se convirtió en un equipo disperso y falto de convicción; el Wolfsburgo respondió con eficacia y terminó ganando con justicia dos a cero.
2.- Zinedine Zidane optó por darle el dos a Danilo en detrimento de Carvajal y Julian Draxler lo celebró por todo lo alto. El irregular mediapunta alemán hizo un primer tiempo espléndido. Escorado a la izquierda en el 4-5-1 que dispuso Hecking, fue una pesadilla para la zaga del Madrid. Draxler no es un jugador rápido, pero su zancada es eficaz y su cabeza sí piensa rápido. Es un generador de fútbol y desde el costado izquierdo destrozó al Madrid. Comenzó la jugada que terminó en el penalti de Casemiro sobre Schürrle que transformó Ricardo Rodríguez en el 1-0. Minutos más tarde, y también desde ese costado, armó la jugada del 2-0, obra de Arnold.
3.- Hecking, técnico del Wolfsburgo, dispuso un once sin Max Kruse, con Schürrle de falso nueve, Bruno Henrique en la derecha para proteger a Vierinha y protegerse ambos de Marcelo y Draxler en la izquierda. Pobló el medio con Luiz Gustavo como mediocentro y dos interiores con una enorme capacidad de despliegue, Guilavogui y Arnold. El Wolfsburgo consiguió robar y salir con mucha gente en ataque en varias ocasiones durante el primer acto. Una de las principales virtudes del conjunto alemán es la capacidad de sus interiores para trabajar en defensa y llegar arriba en ataque.
4.- El Madrid generó peligro al comienzo del partido con Bale en la derecha y se recuperó también a través del galés, tras el 2-0, en la izquierda. Luego terminó el partido buscando balones arriba de nueve. Fue el mejor de un Madrid deslabazado que perdió a Benzema por lesión al filo del descanso. El francés ordena y mejora a Cristiano y Bale; sin él, el equipo ataca peor. Jesé, que entró por él, tuvo poca presencia y se fue dispersando, sin posición fija y sin peso ofensivo real. El Madrid abusó de los balones frontales y previsibles, un caramelo para dos centrales poderosos por arriba como Naldo y Dante, poco fiables si abandonan su zona de confort, pero inaccesibles dentro de ella.
5.- El Wolfsburgo estaba a gusto y con un marcador a favor que le permitía protegerse y descolgarse arriba desprendiendo los jugadores justos, con mucha cabeza en todo momento, administrando la renta. Además, tuvo fases en las que mantuvo el balón con paciencia y criterio. En los últimos minutos rozó el 3-0 hasta en dos ocasiones. Hecking fue reforzando los costados con el paso de los minutos. Entraron Träsch y Schäfer por Bruno Henrique y Draxler para jugar por delante de Vierinha y Ricardo Rodríguez. Dobló los laterales y metió a Kruse arriba por Schürrle para tener un recurso en el juego directo que pudiese aguantar el balón. Su dirección de campo fue magnífica.
6.- El Madrid encontró aire a través de Isco. El malagueño entró por Modric y consiguió recibir a la espalda de Luiz Gustavo hasta en tres ocasiones para posteriormente dar buenos pases interiores. El mejor de los tres envíos que realizó encontró a Cristiano Ronaldo, pero Benaglio tapó el centro-chut del portugués con una magnífica salida. El Madrid no supo explotar las debilidades de la pareja formada por Naldo y Dante, que las tiene, ni incomodar a Vierinha, un extremo que juega de lateral y que sufre a su espalda.
7.- Cuando el Madrid quiso entrar en el partido de verdad, ya no pudo. En unas ocasiones por precipitación, en otras por exceso de individualismo, no encontró el juego colectivo necesario para desarmar al Wolfsburgo. Abusó del juego horizontal en campo propio y excesivamente directo en campo contrario. No tuvo un plan definido en ningún momento. Eran ataques basados en ramalazos individuales y así es muy difícil. Zidane lo intentó en el tramo final con la entrada de James por Kroos, pero entonces el equipo era una fisura camino de la fractura. En ningún momento del partido había encontrado previamente a Modric y Kroos, y por ahí empezó a perder sus opciones de atacar bien. Las distracciones defensivas en el primer tiempo ya le habían puesto en una desventaja importante en el marcador.
y 8.- El Madrid puede remontar la eliminatoria en el Bernabéu, pero deberá ser un equipo radicalmente distinto: recuperar los valores colectivos del juego, el orden defensivo y no menospreciar la capacidad que tiene el Wolfsburgo para dañar a sus rivales en transición. Cualquier contragolpe del equipo alemán en Madrid puede cerrar la eliminatoria, o al menos obligar a su rival marcar cuatro goles. El Madrid no es un equipo fiable a nivel defensivo y el Wolfsburgo tiene las armas necesarias para explotar esa debilidad.
* Alberto López Frau es periodista.
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