1.- En la película Sin City se agrupan tres historias: La gran masacre, que es lo que pudo ser el primer tiempo en el City of Manchester Stadium a poco que los madridistas hubiesen acertado en los remates; Ese bastardo amarillo, que probablemente es lo que pensará Arbeloa tras ser expulsado en un desmayo del Kun Agüero que ha significado el penalti del empate; y El duro adiós.
2.- El duro adiós. Roberto Mancini ya va por su segundo duro adiós de Champions en dos años y centenares de millones después; y siempre arrastrando esa imagen de equipo del que se desprenden como unos hilillos no se sabe muy bien de qué. Ganar ciertos títulos de cierta manera puede girarse muy en contra, como atestigua desde hoy Di Matteo. Y lo reitera Mancini constantemente.
3.- El técnico italiano ha salido con tres centrales para un total de cinco defensas, pero ha dejado a Yayá Touré solo ante Modric, Khedira y Xabi Alonso. ¿Qué pretendía con eso Mancini? Lo que ha ocurrido era previsible desde la alineación: una masacre en el centro del campo, donde el trío madridista ha engullido al elefante marfileño: cuando eso ocurre, da igual que pongas cinco como diez defensas, le estás regalando toda la ventaja al rival.
4.- Mourinho se ha frotado las manos y Cristiano Ronaldo se ha sentido en el paraíso. Xabi y Sami para cortar los pocos balones que llegaban a su zona, Modric para orientar y los velocistas, a recorrer las autopistas. Regalo mayúsculo.
5.- Madrid muy energético, como le gusta ser en las grandes noches, poderoso en el doble pivote con la pareja de lujo y un Khedira cada día más crecido, ya siempre más adelantado que Xabi Alonso. Esa pareja libera a Modric y el resto consiste en un buen repliegue y la búsqueda de los tres pasillos. ¿Pasillos? Autopistas pese a los cinco defensores mancunianos, gelatina azul en manos de Cristiano, Di María y el bailarín Benzema, pies de claqué.
6.- Madrid con defensa muy presionante, basculando con acierto, con los mediocentros saltando a por el dueño del esférico. Algo más frágil entre líneas, donde los pases filtrados de Nasri y Silva le hacen daño, pero la línea alta de los defensas evita cualquier peligro, con Coentrao y Ramos entonados en su máxima expresión.
7.- Marcaje individual en algunos casos muy concretos: Alonso saltando a por Silva, Arbeloa vigilando al Kun por todo el campo y Modric intentando estorbar a un Touré ubicado de mediocentro defensivo, decisión indescriptible del técnico italiano tras la exhibición del africano en el Bernabéu como interior ofensivo.
8.- Primera media hora aplastante del Madrid, con Cristiano desbocado y Khedira dejando boquiabiertos a los suyos y a los demás. Momento culminante del khedirismo, personaje capaz de hacer su propio trabajo con rigor germánico y también con pasión turca el que no le corresponde. Defiende, corta, presiona y sirve de muleta para que Alonso no naufrague en los movimientos laterales. Y agita, bulle y percute para acompañar a sus velocistas en el vértigo caótico. Solo yerra en la suerte suprema del remate.
9.- La superioridad merengue culmina pronto con el gol de Benzema, monumento a todas las estatuas humanas que en el mundo son. Con Maicon en protagonista, remedo de sí mismo, una broma si no fuese tan lamentable el abismo que separa al gran lateral del Inter de este sucedáneo del primer tiempo.
10.- A la media hora, y tras sufrir un aplastamiento, Mancini pasa a cuatro defensas y le da aire a Touré. Al descanso, corrige más y acierta: ya con la entrada de Javi García como mediocentro, el partido da la vuelta. El marfileño, gris toda la noche, desnaturalizado, sube un peldaño y Silva empieza a tocar el balón, lo que equivale a que el Madrid pierde el control del centro del campo.
11.- Aunque uno tiene la sensación de que el Madrid ha trabajado bien varios conceptos (repliegue medio, repliegue intensivo, conexión directa con los atacantes y búsqueda de pasillos entre defensas) y que el City quizás se entrena, pero desde luego no parece haber aprendido nada, el segundo tiempo es abundantemente de los locales, beneficiados por los cambios de su técnico y cómodos en el desorden.
12.- De pronto, el Madrid se vulgariza. Normalmente, en cuanto adquiere ventaja da un paso atrás, pero hoy ha sido algo más que eso: Coentrao, imperial en el primer tiempo, extiende una alfombra roja para Maicon; Modric ya no retiene ni un balón; Alonso y Khedira no llegan a los costados para cubrir ; el Kun quiebra por todas partes; y Casillas, ofuscado hasta niveles inimaginables, se convierte en un síntoma de la ansiedad que ni el despeje del disparo a bocajarro del Kun puede borrar.
y 13.- Tras el empate, incluso se defiende mejor el Madrid con diez que con once, posiblemente porque con Modric en el campo tampoco eran once en la segunda mitad y su cambio por Callejón más la entrada de Albiol por Benzema cose las entrañas. El partido deja un Madrid de dos rostros tan opuestos que parece inverosímil, como chocante es que una de sus grandes fortalezas, la contundencia rematadora, lleve tiempo en cuestión. Su ratio de eficacia no es el que fue. El del City, sí. Dos eliminaciones de dos. El duro adiós. Sin City.
– Fotos: Helios de la Rubia (Real Madrid)
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