Fútbol 2011-2012 / España / Liga BBVA 2011-2012
1.- El Villamarín como símbolo de la Liga del Barça. No en juego, ni en maneras, sino en resultado. Ha sido el sexto empate fuera de casa, quizás la rémora de la temporada. Tres derrotas (Getafe, Osasuna, Real Madrid), cifra que entraría en la normalidad, independientemente de los escenarios en que se produjeron. Pero seis empates, cada uno distinto al otro, han sido un lastre decisivo en la tabla final.
2.- Partido de baja intensidad el de Sevilla, más de apariencias que de certezas, influido por su intrascendencia competitiva. El detalle táctico más interesante se vio en tramos del primer tiempo, con dos líneas del Barça muy altas: defensa y ataque. Dio la sensación que en el pensamiento de Guardiola estaba ya el Athletic y sus dificultades para sacar limpio el balón cuando le aprietan arriba, Falcao mediante.
3.- El resto fue contemplación y tránsito con sordina. Un gol de Busquets emulando aquel gesto cabeceador que popularizara Rafa Márquez rebajó aún más el escaso pulso del partido, frío en noche cde calor agobiante. De ese primer tiempo quedaron tres imágenes: la inédita de Busquets apareciendo a menudo por el balcón del área de Casto; la clásica de Alves como electrón libre del equipo, para lo bueno y, más tarde, para lo malo, su expulsión; y la inteligente de Mascherano.
4.- Inteligente y arriesgada. Mascherano se ha reconvertido en un central anticipador. Percibe el riesgo, olfatea el peligro y adelanta el gesto del contrario. Juega a anticiparse antes de tener que intervenir como corrector. Acierta casi siempre, de ahí que su balance como defensa ya sea portentoso en apenas un año de oficio. Pero cuando yerra, queda muy retratado. Con más años, limitará riesgos, aunque siempre jugará en el alambre, virtud y peligro al mismo tiempo.
5.- El partido no deja más, salvo el finiquito de una Liga que con 91 puntos deja aroma de fiasco a causa de un Madrid más regular, y abre un período idóneo para la antropofagia del entorno blaugrana, capaz de aparentar que lo engulle todo en 15 días sin pestañear, especialmente en estos tiempos de cerrazón informativa del club.
6.- Como si el doble traspiés ante Chelsea y Madrid hubiese disparado una dinámica del desastre en dicho entorno, al parecer casi todo está destruido o corrompido en este Barça. Desde los comportamientos individuales de varios jugadores, hasta la tiranía dictatorial de Messi, el declive absoluto de Xavi, el carácter irascible de Valdés, la blandura de Guardiola, la traición de Tito, la inutilidad del juego de posición y cien presagios catastróficos más.
7.- Salvo Messi, todo lo demás aparenta estar en cuestión estos días en que los augures hablan de purgas, ceses, bajas, planes B, fichajes de relumbrón, renovación absoluta de sangre, un cambio radical para un equipo que, en vez haberlo ganado casi todo, parece haberlo perdido todo y, para colmo, jugando de manera pésima y obtusa. Bien, yo confieso mi desconocimiento flagrante al respecto. No sé qué ocurrirá. Pero sí advierto que de todos los pronósticos, anuncios y exclusivas anunciadas en las últimas semanas sobre el Barça, la mayoría no se han cumplido.
y 8.- Villamarín como símbolo de una Liga irregular, con partidos excelentes y momentos de laxitud letal que han costado puntos vitales. Largo paréntesis hasta una final de Copa de apariencia bien distinta, estación término de Pep Guardiola, estación de transbordo para el Pep Team, con nuevos destinos por definir.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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