Siguen vivos

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Siguen vivos

por RAFAEL LEON el 12 marzo, 2014 • 22:41

1.- El Barça llegaba al partido en el peor momento de la temporada, con el Camp Nou y la lujosa renta de la ida como enormes ventajas para invertir la tendencia. Martino alineaba a los once que, por separado, son mejores. O a los de más jerarquía, según se mire. Y la apuesta le salió muy bien.

2.- Le salió muy bien por distintas razones. La primera, que todos los jugadores del Barça se vaciaron en el campo. Incluso Messi se movió como no suele, llegando a correr hacia atrás para recuperar la pelota cuando fue menester. La segunda, que enfrente había un gran grupo de jugadores que dista de ser un gran equipo.

3.- Si en la ida Pellegrini consiguió que su equipo fuera mejor que el Barça hasta que Messi pudo conducir una contra aislada gracias a un planteamiento conservador que le valió muchas críticas, hoy su grupo se ha quedado a mitad de camino. Obligado por el resultado, ha tratado de atacar. Pero, a excepción de los primeros minutos de la segunda mitad, en ningún momento todos los jugadores del City han caminado en la misma dirección. Querían atacar, pero no acababan de volcarse. Querían presionar, pero no todos acompañaban. Aunque quizá en este punto el bajo nivel de Lescott, quien en diez minutos sufrió más que Demichelis en cincuenta (hasta que tomó una decisión equivocada), obligó pronto a que los dos centrales quedaran lejos de sus mediocentros.

4.- Y, claro, el Barça sabía lo que hacía. Con unas facilidades inusuales para salir jugando, era frecuente que Iniesta o Messi recibieran en condiciones favorables. Y, claro, individualmente están muy bien y ya sabemos lo que eso significa. También anduvo acertado un Neymar que se movió de manera altruista para generar espacios y estuvo mucho más acertado que últimamente con el balón.

5.- En parte por este trabajo de Neymar y sobre todo por la facilidades concedidas por el City, la ausencia de un especialista en desmarcarse al espacio (Alexis o Pedro) no se acusaba y el Barça conseguía mover bien el balón, encontrar a sus mejores hombres entre líneas y ser profundo. Sí, profundo. A diferencia de los últimos grandes partidos, con el balón el Barça tuvo una vocación marcadamente ofensiva que se simboliza en el mayor número de llegadas de Xavi y Jordi Alba.

6.- Eso sí, el Barça no defendía con el balón. Aquel punto óptimo que alcanzó hace algunos años en el que atacaba y defendía al mismo tiempo ya no lo encuentra. No obstante, la consigna de finalizar jugadas y la intensidad de los jugadores reflejada en un gran número de faltas tácticas conseguía evitar que esta vocación ofensiva redundara en contraataques rivales.

7.- En clara relación con lo anterior, el Barça no monopolizaba el balón, pero tampoco quedaba desnudo sin él. La enorme intensidad mostrada por sus jugadores (incluso Xavi ha sumado hoy en defensa sin balón), unida al acierto defensivo de la columna Piqué-Busquets-Mascherano-Jordi Alba y la indecisión del City conseguían que el Barça no sufriera más allá de alguna genialidad del exquisito David Silva.

8.- Pero el sorprendente desacierto en la finalización impedía que el Barça plasmara su superioridad en el marcador, por lo que los sky blues seguían vivos. Así, atesorando tanto talento, era imposible que no dominaran una fase del encuentro, como sucedió al comienzo del segundo tiempo. Pero si antes Mascherano había mandado fuera del área, dentro de la misma Piqué volvió a demostrar que ahí no hay dos mejores que él.

9.- Quizá lo más llamativo sea que, en ningún momento, pese a verse embotellados en su área, los culés fueron totalmente superados. Una capacidad más que añadir al demoledor oficio de este equipo y un mérito que reconocer a un entrenador normal cuyos métodos normales están sirviendo al Barça, hasta el momento, para ser competitivo y vencer en los días grandes.

10.- Entre esta normalidad figura una cada vez más frecuente naturaleza contragolpeadora que, con Messi, prácticamente garantiza el reparto de ocasiones por grande que sea el rival que asedia el marco culé. Y, como no podía ser de otra manera, terminó marcando y zanjando la eliminatoria más allá de la actuación de un árbitro cuyo nivel distó del propio del partido que arbitraba, repartiendo errores graves que podían desquiciar a cualquiera.

y 11.- En definitiva, la respuesta del Barça, pese a lo favorable del contexto, ha sido propia del equipo campeón que es. Sin alcanzar el nivel colectivo que a estas alturas de la temporada seguramente ya no sea posible alcanzar, tanto el equipo como todos sus componentes salen reforzados del día de hoy. Todos menos Alves, realmente, que con su deleznable actitud ha empañado un día alegre para todas esas personas que gastan parte de lo poco que tienen en que personas como él puedan ser multimillonarias. Qué menos, a cambio, que soportar alguna que otra crítica. Ahora que se va Puyol, bien haría el Barça en encontrar un nuevo capitán que no permita estos gestos.