Será el esfuerzo, no el nombre

por MARTI PERARNAU el 20 abril, 2013 • 16:07

Desabrochado el primer botón de la chaqueta electoral en un gesto tan improvisado que venía escrito en papel oficial, el Barça se encuentra frente a un escenario que parecía haber pasado al olvido: el de no ser favorito en un duelo cumbre mientras la Directiva se enreda en cada palabra pronunciada y al anterior entrenador se le quieren pasar facturas incluso por gastos en los que no incurrió. Viejo escenario, desconocido por los más jóvenes, pero habitual años ha, cuando al Barça le bastaba con derrotar al Madrid un día y soltar una bella soflama otro para ser feliz. Será que tendría razón Marx cuando explicó que la siguiente vez que la historia se repitiera sonaría a farsa, que es lo que desprenden las últimas horas, cuando hasta el segundo entrenador tiene que poner templanza en los discursos para evitar calenturas innecesarias.

¿Por qué el Barça no es favorito en su sexta semifinal consecutiva de Champions, si lo fue en las cinco anteriores? Otorguemos al Bayern, desde luego, su gran cuota de valor por la formidable temporada que está protagonizando. Y también al propio Barça por las sensaciones que ha dejado. No se trata de tener mayor o menor fe o pasión, sino de escuchar simplemente a los propios jugadores. Una vez eliminado el Milan, dichos jugadores reconocieron de forma contundente las carencias que desde el exterior habían sido señaladas. Vencido el PSG a la pata coja, se repitieron las coincidencias: el Barça había vencido, pero no había convencido. Y no son sensaciones vacías, sino fundamentadas en el juego, percibidas por propios y ajenos, por los que están dentro y los que estamos fuera. Ahora bien, en fútbol diez días son un mundo y si algo sabe hacer este equipo es corregirse, aplicarse y concentrarse. La descompresión táctica vivida esta temporada no es fácil de resolver, pero tampoco una heroicidad. Tito conoce el libreto y solo deberá ser valiente y atrevido para aplicarlo. Y los jugadores, solidarios y esforzados, conscientes que no vencerán solo con el nombre, sino a partir del esfuerzo, la precisión y el detalle.