24 de abril de 2007, Old Trafford. Aquel día de hace ya casi 6 años el Milan visitaba el Teatro de los Sueños en la ida de las semifinales de la Champions League de la temporada 2006-07.
Ricardo Izecson Dos Santos Leite, Kaká, es el hombre elegido para jugar por detrás de Alberto Gilardino, el punta de lanza de los rossoneri aquella tarde-noche de la primavera del 2007.
Aquel Milan de Carlo Ancelotti jugaba con el eterno Ambrosini como recuperador (¿les suena?), Gatusso de ida y vuelta en mediocampo, Pirlo por detrás de ambos para iniciar las jugadas y Seedorf por delante para enlazar con Kaká.
El brasileño estaba en un contexto ideal para desplegar su poderosa zancada de aquel momento, a la que sumaba mucha habilidad para regatear en carrera. La primera parte que realizó Kaká aquel día en Manchester, con dos goles de una bellísima factura, deslumbró al fútbol mundial.
El partido lo terminó perdiendo el Milan 3-2, aunque levantó la eliminatoria en San Siro con un contundente 3-0. Pero para la historia ha quedado como el gran día de Kaká.
Seis años después, Kaká es un jugador diferente y pasados las dos primeras temporadas como jugador del Real Madrid, en las que se le seguía considerando una estrella, actualmente las expectativas ya solo están puestas en averiguar sí todavía puede ser un jugador aprovechable.
El fútbol invita a recordar a Kaká ahora que va a volver a Old Trafford, pero realmente ni aquel Milan es este Madrid, ni aquel Kaká es este Kaká. Quizá lo más parecido sea el United, que ese día resurgió de la mano de un buen Michael Carrick en la zona central del centro del campo y un gran Wayne Rooney arriba.
El actual Real Madrid es un equipo que, en su mejor versión, puede aplastar a sus rivales a la contra, en teoría un contexto que podría favorecer a Kaká para explotar la conducción y habilidad en las transiciones, algo que le ha caracterizado en los mejores momentos de su carrera, pero en este Real Madrid dicho papel está reservado para Cristiano Ronaldo, y quizá Kaká no ha sabido o no ha podido adaptar su juego a otras necesidades.
Los años son un enemigo para la velocidad y la frescura en las piernas, y además en aquel Milan de 2007, que terminaría siendo campeón de Europa, Kaká pisaba mucho más el área contraria que en el Madrid actual.
Se ha especulado en los últimos días, coincidiendo con buenas actuaciones de Kaká cuando ha jugado últimamente, con la posibilidad de que pudiese jugar de inicio el martes en Old Trafford. Sinceramente, creo que lo tiene muy complicado, pero juegue o no de inicio o entre durante el partido, era necesario recordar aquel encuentro en el que Kaká, aquel sí el mejor Kaká, dejó su sello en partido de la máxima exigencia.
Al Kaká de los últimos años le falta un gran partido ante un gran rival y en un partido grande. La duda es si todo eso todavía es posible. Seis años en la vida de un fútbolista son muchos, y son más aún si el jugador no ha vuelto a firmar una actuación como aquella.
* Alberto López Frau es periodista.
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