Todo tiene su principio y su final. El 2 de mayo de 1996, Alemania perdía un partido contra su máximo enemigo continental en la ciudad de Jena (Alemania): Noruega. A partir de ahí se construyó una racha de 59 partidos seguidos sin perder en la Eurocopa, incluidas las fases finales y el torneo final, en la que Alemania se alzó con nada más y nada menos que cuatro títulos continentales. La vida da mil vueltas, y es curioso que las mismas noruegas hayan puesto el punto y final a esta tremenda racha. La magnitud de semejante racha se puede observar con el simple dato de que Sara Däbritz, jugadora que hoy ha jugado su segundo partido con la Nationalelf, apenas tenía un año de edad cuando Noruega batió por última vez a las alemanas.
Pero vayamos al partido de hoy. Floja actuación de ambas selecciones, que en ningún momento han puesto ritmo al partido, y en ocasiones parecía que ni siquiera se lo querían llevar. Ambas selecciones tenían la clasificación asegurada y probablemente ese haya sido el motivo por el cual no hemos visto un gran espectáculo.
La selección de Silvia Neid dominó el balón en la primera parte y la ocasión más clara la tuvo Saskia Bartusiak con un disparo, si lo podemos definir así, ya que parecía más bien un mal pase desde el centro del campo que botó muy alto superando a la portera noruega y dio en el larguero. Poco más, mucho control del balón, sin problemas defensivos, encerrando en su campo a las noruegas, pero sin pegada. En el descuento de la primera parte llegó el gol de las nórdicas. Tras una falta lateral, la defensa alemana despejó el centro aunque la pelota le cayó a Ingvild Isaksen, que disparó desde fuera del área y su disparo rebotó en Elise Thorsnes, que desvió el balón y sorprendió a Angerer. Empezaban a saltar las alarmas.
Más de lo mismo en la segunda parte. Alemania dominó el balón, pero la falta de precisión las condenaba en los metros finales. Noruega se limitó a defender e intentar ampliar la renta al contraataque. Tan sólo en los minutos finales, con la entrada de Melanie Behringer y Anja Mittag, la cosa cambió, pero no lo suficiente como para lograr empatar el partido.
Con esta derrota, las pupilas de Silvia Neid vuelven a levantar dudas, aunque no pareció importarle mucho la derrota y la pérdida de la primera plaza de grupo. Irónicamente, la derrota las ha favorecido, ya que evitan hasta una teórica final a su mayor miedo: la selección francesa, además de haber evitado posiblemente a España en un posible cruce de cuartos. La difícil papeleta se la pasan a Noruega, mientras que ellas ahora se centrarán en intentar doblegar a la selección italiana de Antonio Cabrini en los cuartos de final.
* Borja Rodríguez.
– Foto: AFP
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