Hace tan solo dos años, Santiago Vergini era un ilustre desconocido cuando fichó por Newell’s proveniente del Hellas Verona, que acababa de ascender desde la C1 a la Serie B. Hoy, la llegada del Tata Martino al Barcelona generó que se lo indique como potencial refuerzo del conjunto blaugrana.
La ficha puede conducir a un engaño a la hora de concebir las características de Vergini. Si bien esos 191 centímetros le permiten tener un juego aéreo más que aceptable, no es su fuerte. No posee un gran despegue y el juego por alto es solo una faceta más.
Por el contrario, no es lento de desplazamientos. Obviamente no tiene el arranque explosivo de un futbolista con otro biotipo físico, pero no sufre en una carrera. De todas formas, no va a ser este apartado donde el nacido en Máximo Paz llame particularmente la atención.
Mirando en perspectiva su desarrollo, estamos frente a una persona muy centrada y fuerte mentalmente (algo que se confirma en las entrevistas que ha dado) dadas ciertas circunstancias que debió atravesar.
En octubre del 2007, cuando estaba en las divisiones menores de Vélez (compañero de camada de Nicolás Otamendi, hoy en el Porto), su hermano Ramiro –jugador de Almagro– falleció en un accidente de tránsito. Santiago viajaba junto a su hermano. Tiempo después quedó libre en Vélez y se marchó a Paraguay, donde logró pasar una prueba y fichó por Olimpia. Un año más tarde se marchó a jugar en el ascenso italiano. En el 2011 llegó a la Primera División argentina, tras haber afrontado un golpe durísimo y haberse curtido en el desarraigo.
En el campo de juego no tiene, por el momento, dones de líder. Su experiencia en Newell’s mostró a un jugador que ganó en confianza y seguridad actuando junto a Gabriel Heinze en el último año. Por otro lado, evidenció la capacidad de reponerse a algún error (como ante Atlético Mineiro en Brasil) dentro de un mismo juego.
En este apartado encontraremos probablemente lo mejor del defensor. Posee una buena salida de balón (que tampoco es excelente) y maneja muy bien ambos perfiles, incluso ha realizado asistencias con centros de zurda –su pierna menos hábil– cuando actuaba de lateral.
Si va al piso a realizar una entrada es solo porque es necesario, y rara vez falla. Como mencionamos antes, no es un prodigio en el aire, pero su golpe de cabeza es correcto. Por último, está en la esencia de su juego, la pulcritud, lo que lo destaca por su elegancia. Se hicieron habituales en el Marcelo Bielsa sus cortes con el pecho y la cabeza levantada para salir jugando.
Su puesto natural es el de marcador central derecho. Sin embargo, como mencionamos antes, con Martino comenzó actuando como lateral por la derecha (en línea de cuatro defensores) y en alguna ocasión como defensor derecho en línea de tres hombres. En algunos partidos en Italia lo hizo como marcador central izquierdo (en defensa de cuatro hombres).
Es un abonado a intentar jugar el balón a un compañero. Aunque esta fue una de las premisas básicas del ciclo de Martino en Newell’s, él ya tenía esta característica con los anteriores entrenadores (Torrente y Cagna) o también en el calcio. El Tata utilizó en su último semestre en muchas ocasiones la salida lavolpiana, y es por esa razón Vergini solía abrirse casi sobre el extremo derecho de la cancha para permitirle al pivote defensivo (Villalba o Mateo) incrustarse en la zaga. Él aportaba claridad por ese sector, sin embargo, no es infalible ante una presión alta conjunta –el primer gol de Atlético Mineiro así lo exhibe–.
Sí gusta de romper líneas con sus pases verticales hacia el mediocampo cuando no es presionado en exceso. En ocasiones se ha servido de la movilidad de Scocco para utilizar envíos largos con una precisión aceptable. Haber actuado –de buena forma– por la banda le dio la chance de ganar confianza en la conducción y no tiene problemas para hacerlo, pero lo ha evitado a la hora de ser zaguero.
Actuando como lateral ha marcado goles con su remate y también asistió en más de una ocasión con envíos desde los costados. Cuando ha jugado en la banda ha mostrado la capacidad de descolgarse sin la pelota y llegar a posiciones de gol. Por último, hay que resaltar que ha anotado goles de penal (en torneo local y también en Copa Libertadores).
Santiago se siente cómodo jugando con muchos metros a su espalda. Pese a no ser un velocista, hace gala de su muy buen timing a la hora de anticipar a los delanteros rivales; es uno de sus sellos. Por el contrario, no es una garantía absoluta jugando más replegado y cerca de su valla. Ha sufrido con delanteros de área con mucha presencia física (por ejemplo ante Ferreyra o Jo en la Libertadores). Como todo Newell’s, padeció los envíos desde los laterales.
Aunque puede jugar en el sector izquierdo de la zaga, su desplazamiento hacia la derecha es mucho más fluido que hacia la otra banda. Además, suele perfilarse como diestro nato, lo que podría ser peligroso si actuara sobre la izquierda en caso de que los rivales decidieran hacer una presión alta. Por último, hay que destacar que su agilidad le permite ser fiable ante delanteros habilidosos.
Todas estas observaciones han sido básicamente hechas en función del medio argentino y sudamericano (más el apartado de pequeños extractos en la Serie C1 italiana ). Es imposible, a priori, predecir cómo podría incrustarse Vergini en el fútbol europeo de primer nivel.
Sus características parecen más propias para un equipo que sea dominador y en el cual la salida clara del balón desde el fondo sea una premisa importante. Y pensando en si pudiera o no incrustarse en el Barcelona, no debería ser esa la principal pregunta, sino saber si es el perfil de defensor del cual carece el conjunto de la ciudad condal. En principio, sus características más destacadas parecieran estar cubiertas con Gerard Piqué y, en menor medida, con Marc Bartra. A su favor, el conocimiento que de él tiene el nuevo entrenador.
* Diego Huerta es periodista y editor del sitio web Cultura Redonda.
– Foto: EFE
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal